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Cómo convertir tu coche viejo en un histórico para eludir restricciones y pagar menos

Convertir un coche antiguo en histórico permite que salga más barato el impuesto de circulación o incluso no tener que pagarlo, pasar la ITV cada más tiempo o acceder a zonas restringidas

Cómo convertir tu coche viejo en un histórico para eludir restricciones y pagar menos

Oli Woodman | Unsplash

Hay coches que se hacen viejos aparcados en un rincón del garaje. Siguen cumpliendo su función, pero la legislación medioambiental no los quiere y les pone difícil seguir circulando. Por eso, y ante las restricciones para los vehículos más contaminantes -cualquiera que aspire a convertirse en histórico lo es-, una buena opción no siempre posible es convertir tu coche viejo, de 30 o más años, en un vehículo histórico, que acumula destacadas ventajas. Eso sí, que un coche antiguo pase a tener la calificación de histórico legalmente requiere de una serie de requisitos que no todos los automóviles cumplen y no sale barato, pero tampoco es un desembolso desmesurado si el coche lo merece y a la larga compensa, y cada vez más, puesto que las restricciones a los vehículos más contaminantes van en aumento cada año.

Para empezar, lo más básico es poder acreditar con documentación que el coche ha cumplido 30 años desde su primera matriculación, no 25 como muchos creen erróneamente porque así fue hasta mayo de 2018, cuando se aumentaron los años. El segundo paso imprescindible es que el coche haya superado la ITV y la tenga en vigor, lo cual es garantía de que no ha sufrido alteraciones incompatibles con la homologación y mantiene su ficha técnica. La incorporación de piezas y repuestos diferentes a los originales puede conllevar que el coche no pase la inspección y eso imposibilitaría el cambio a histórico.

Si la ITV es favorable, lo siguiente pasa por ir a un laboratorio homologado que pueda certificar oficialmente que el vehículo cumple los dos requisitos básicos mencionados -más de 30 años e ITV en vigor- y elabore un informe que refleje que el coche cuenta con una serie de características singulares que le facultan para ser matriculado como un histórico. Esto conlleva una serie de trámites administrativos a desembolsar que varían según la comunidad autónoma pero rondan de media los 400 euros. En todo caso, el cambio deberá tener el visto bueno de la correspondiente Consejería de Industria.

Qué se necesita

En el Real Decreto 1247/95, por el que se aprueba el Reglamento de Vehículos Históricos, están pormenorizadas las características y la documentación necesarias, inspecciones y permisos, sin perjuicio de las competencias de las comunidades autónomas. Para iniciar el procedimiento será necesario adjuntar la documentación del vehículo, incluidos la ficha técnica, el certificado del fabricante, la tarjeta de la ITV y la adhesión a un club de históricos que acredite las peculiaridades del vehículo o bien que lo haga el fabricante, lo cual nos costará unos 50 euros. Se necesitará la acreditación de propiedad del vehículo mediante factura o acta notarial, DUA si se trata de un coche importado, además del DNI del propietario o tarjeta de identificación para extranjeros y su permiso de conducir.

El coche dispondrá entonces de una nueva ficha técnica que deberá entregarse en Tráfico y pagar las tasas de la nueva documentación, que incluirá dos tipos de placas: la original y la nueva matrícula histórica, que siempre empezara por H y a continuación tendrá dos bloques de 4 y 3 números. Además, la DGT entrega el distintivo VH, cuya misión es identificar mejor al vehículo cuando circule. Es otro elemento para acreditar el coche, aunque carecería de utilidad sin la nueva matrícula, que es lo que realmente identifica al vehículo como un histórico. El VH no deja de ser un complemento más.

Ventajas del cambio

Después, el coche podrá circular con cualquiera de sus dos matrículas, la de siempre o la histórica, aunque es recomendable hacerlo desde el inicio con la nueva, ya que para eso se ha pedido el cambio y, sobre todo, porque el coche pasará a estar registrado por la DGT con sus nuevas circunstancias. Volver a las antiguas puede conllevar confusiones que incluso se traduzcan en sanciones de tráfico y habrá que recurrirlas para probar que se atiende a la legalidad. Existen laboratorios de homologación que se encargan de todo el proceso de cambio a histórico y que anuncian tarifas por todos los trámites -incluidas las tasas de la DGT y la comunidad autónoma- que van de 500 a menos de mil euros. Sale más caro, pero se evitan los trámites y se tiene la garantía de que el laboratorio conoce a la perfección los pasos que se deben dar y la documentación que se requiere.

Entre las ventajas del cambio están que el coche deberá pasar la ITV cada más tiempo, de dos a cinco años dependiendo de cómo valore las características del coche el laboratorio, que es quien marcará los plazos para acudir a la ITV. Otra es que las pólizas de seguros, específicas o no, para los vehículos históricos son más baratas, aunque en ocasiones incluyen restricciones de obligado cumplimiento, como no realizar más de un determinado número de kilómetros al año. Y ojo: los vehículos históricos no deben cumplir la legislación anticontaminación, que se traduce en aspectos como el control de emisiones o de ruidos. Es decir, lo que nos piden para un vehículo que sale nuevo del concesionario en este caso no es válido. Pero sobre todo, los históricos o no pagan impuesto de circulación o las tarifas son más bajas habitualmente, con el consiguiente ahorro.

Acceso a zonas restringidas como novedad

Si compensa o no lo marcará el estado del coche. Obviamente si se trata de una tartana que da problemas, cualquier gasto acabará suponiendo otro y todo será inútil, pero ese no suele ser el perfil de los coches a los que sus dueños se deciden a convertir en históricos. Si el automóvil lo merece, una matrícula histórica también tiene la ventaja de que hace más atractivo el coche a la hora de venderlo.

Un automóvil histórico, además, por aquello de que deja de ser considerado viejo y pasa a clásico, tiene permitido desde el pasado 1 de enero el acceso a áreas de las ciudades vetadas a los coches modernos más contaminantes, pese a ser los autos antiguos poco respetuosos con el medio ambiente, y no deberá visitar obligatoriamente un aparcamiento para eludir una sanción si tiene más de 50 años. Podrá aparcar en la calle sin restricciones de horarios.

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