He perdido mi vuelo, ¿y ahora qué?
Llegar tarde al aeropuerto puede ser solo un contratiempo o el final del viaje. Dependerá sobre todo de las condiciones del billete, pero también de la aerolínea
Las características del billete condicionan por completo que llegar tarde al aeropuerto sea solo un contratiempo o suponga el final del viaje. No todos los tiques son iguales. Algunos tienen coberturas adicionales ante los imprevistos y lógicamente salen más caros. Con otros simplemente se pierden lo abonado y los planes de viaje. Al margen del agravio que supone no llegar a un vuelo, hay pasajes cuyo importe puede recuperarse total o parcialmente y otros no. Cada cual tiene su propio contrato y sus condiciones particulares. Eso sí, de no poder partir han de poder recuperarse al menos las tasas aeroportuarias, aunque habrá que reclamárselas a la compañía aérea y la devolución tardará unas semanas. Esas tasas deben devolvértelas porque son el impuesto que se cobra a cada avión por pasajero, y tú te has quedado en tierra.
Cada billete tiene sus particularidades, que algunos viajeros tienen presentes y determinan y otros obvian. Lo cierto es que pueden implicar perderlo todo o retomar el viaje a través de otro vuelo sin coste adicional alguno. Hay tiques con esa opción en caso de no llegar, al margen del motivo, y plazos de entre 4 y 6 horas según la compañía para encontrar un pasaje alternativo o reintegrar lo abonado. Todo esto en el supuesto de que sea el viajero quien no llega en hora al embarque, si es la aerolínea quien retrasa el vuelo por alguna razón, las reclamaciones tiene muchas más opciones de prosperar, aunque casi nunca de inmediato.
Vuelo anulado por cualquier causa
Hay muchas formas de reclamar en el caso de que una compañía aérea sea la responsable de que llegues tarde a tu destino, pero si eres tú quien llega tarde no hay tantas. De hacerlo pero con un billete que protege de este tipo de imprevistos o con un seguro de viaje contratado, es más que posible que puedas tomar otro vuelo y además sin pagar más. De lo contrario, reclamar será complicado y tedioso.
Pero, ojo, porque la Ley de Navegación Aérea dice que es posible anular un vuelo por cualquier causa que impida realizarlo, dentro de un plazo, y la renuncia a volar implica la devolución de la cantidad abonada que marque el tique. Puede ser otra opción y en la práctica funciona, pese a que puede tener interpretaciones diversas.
El mostrador como solución
Si has llegado con retraso al embarque pero el avión no ha partido, debes acudir al mostrador de la compañía, contar tu incidencia y pedir el acceso inmediato. No suele haber problema si realmente aún es factible el embarque, y si el avión ya se ha ido, no va a volver a por ti ,pero quizás la aerolínea pueda ofrecerte una alternativa.
Lo primero que hará será fijarse en tu billete, aunque siempre se puede negociar -con calma- en caso de que la ‘solución’ no satisfaga. El mostrador del Servicio de Atención al Cliente de la compañía debe ofrecerte soluciones y resolver incidencias por ser cliente de la aerolínea, no solo informar. Esa es su función en cada aeropuerto, al margen del mostrador para dispensar billetes, que tiene exclusivamente esa otra función.
Otro billete
La compañía aérea sabe que debe devolver a sus clientes al menos el importe íntegro de las tasas aeroportuarias. Además, si en el mostrador no ofrecen alternativas de vuelo o reembolso, hay dos opciones: desechar el vuelo y reclamar después, lo cual conlleva perder el viaje y el tiempo; o intentar retomar el trayecto y tomarse la pérdida del vuelo y sus consecuencias como una incidencia más del viaje.
Esta opción optimista casi seguro obliga a comprar otro billete, al margen de que luego se pueda reclamar por el que se ha perdido y por el nuevo. Se trata de una solución contundente si existe la posibilidad de otro vuelo similar. Otra circunstancia son los enlaces perdidos de dos compañías diferentes, ya que ante ese contratiempo no existe obligación de compensar a los viajeros.
Reclamaciones aéreas
Es evidente que volar conlleva imprevistos. Millones de personas de todo el planeta se suben a un avión cada día y es previsible que no todo marche sobre ruedas. Quizás por ello las incidencias son tan habituales, pero no deja de sorprender, en todo caso, la cantidad de opciones específicas para reclamar a compañías aéreas que existen en Internet, páginas que ofrecen soluciones estudiadas y concretas a cualquier problema que pueda surgir en un trayecto: no llegar al vuelo, sufrir retrasos, cancelaciones, pérdida de equipaje… La oferta es amplísima.
Ante un problema grave, la aerolínea ha de ser el primer interlocutor para encontrar soluciones y no habrá necesidad de más mediadores si se llega a un acuerdo. En otro caso, una penúltima solución, antes de los tribunales de Justicia, sería solicitar la medicación de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea del Ministerio de Fomento, siempre que el contratiempo haya tenido lugar en un aeropuerto español o en un vuelo procedente de otro país de la Unión Europea.