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Consumo

Los vigilantes de seguridad no quieren trabajar en comercios por las agresiones en los hurtos

Un 65% de las empresas de distribución asegura tener problemas para encontrar personal de seguridad privada

Los vigilantes de seguridad no quieren trabajar en comercios por las agresiones en los hurtos

Robo en un centro comercial.

Un 65% de las empresas de distribución asegura tener problemas para encontrar personal de seguridad privada que trabaje en sus tiendas, según el Barómetro del Hurto 2025 elaborado por Checkpoint Systems España y la Asociación de Empresas del Gran Consumo (Aecoc). Una situación que corrobora a THE OBJECTIVE el sector de la seguridad privada en el que, al igual que está ocurriendo con otros muchos como el transporte y la construcción, adolece de una falta de mano de obra creciente.

«Hay un dato objetivo y significativo: ahora mismo el sector de la seguridad privada no es un sector apetecible», asegura Alberto García, portavoz de Alternativa Sindical, sindicato profesional del sector. «Somos uno de tantos sectores que estamos padeciendo la problemática del relevo generacional. Tenemos una media de edad de 48 años aproximadamente y es un sector que no atrae a la gente joven», explica García en conversación con este diario. Un escaso atractivo muy relacionado, apunta, con las malas condiciones laborales, unos horarios complejos y unos sueldos bajos. La titulación que se exige para desempeñar estas funciones está avalada por el Ministerio del Interior y consiste en un curso intensivo que dura entre cinco y seis meses.

«Tienes que ir a un centro de formación específico y hacer un curso que ronda los 1.600 euros. Los futuros aspirantes luego ven que tienen que trabajar fines de semana y festivos por 1.300 euros al mes y buscan otras opciones laborales», añade. «Esta problemática es generalizada en el sector de la seguridad privada», lamenta el representante sindical. Además de esto, en el sector retail -en todo lo relacionado con el comercio- hay que sumar que es un «servicio muy poco atractivo para estos profesionales» debido al aumento de la agresividad. «Las empresas de seguridad que tienen como clientes esa clase de servicios de seguridad se las ven negras para cubrir esas vacantes laborales», asegura el portavoz de Alternativa Sindical.

Escalada de agresividad en las tiendas

La agresividad de los hurtos en los comercios se ha disparado en los últimos años. Concretamente, un 74% de los encuestados en el Barómetro del Hurto 2025 declara que la agresividad verbal o física de los infractores hacia el personal de tienda se ha incrementado mucho. «Hace dos años empezó a preocupar este tema de la falta de personal de seguridad privada», dice Alejandro López, responsable de Prevención de pérdida de la Asociación de Fabricantes y distribuidores Aecoc en conversación con este diario. «Es algo que está afectando al sector de la seguridad privada, pero que requiere atención desde diferentes matices».

Por ello, creen que la carrera de seguridad privada debería elevarse y equipararse de alguna manera con alguna fuerza de seguridad, al tiempo que se atienden las demandas salariales para hacer más demandada esta profesión. «Todo lo que es comercio, centros comerciales, grandes superficies o supermercados son clientes que no son nada atractivos», asegura el responsable sindical del sector de la seguridad privada. «Te mandan a un Supercor o un Carrefour Exprés y los horarios son muy malos, son jornadas pequeñas de seis o siete horas y el vigilante tiene que trabajar más días al mes. Además, las agresiones son habituales y está mal pagado. Imagina que te toca en un barrio problemático de una gran ciudad, es sinónimo de problemas», añade, al tiempo que coincide en que el nivel de agresividad se ha incrementado en los últimos años.

«El que entra en un establecimiento de este tipo a las dos de la madrugada no entra para nada bueno. Es el vigilante el que tiene que dar la cara, le insultan, le escupen, le vejan». Unas agresiones que van en aumento ante el silencio, asegura, del Ministerio del Interior, de quien dependen. «Es el Ministerio del Interior el que nos controla a través de la Dirección General de la Policía, mediante la unidad Central de Seguridad Privada, que es la que controla empresas de seguridad y todo el personal de seguridad privada».

Salarios precarios

Este es un sector que fue refugio de muchos trabajadores que se quedaron en paro tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria hace ya casi 20 años, pero que actualmente adolece, según el representante sindical, de unos salarios y condiciones precarias. El salario base bruto es de 1.393 euros con jornadas laborales de entre seis y siete horas, lo que implica que para completar la jornada haya que trabajar muchos días seguidos, incluyendo sábados y domingos.

Además, añade García, en estos servicios que prestan en los supermercados tienen una situación de «bipedestación prolongada». «Están las seis o siete horas de pie en el mismo sitio, se cargan los lumbares, los gemelos. Está penado en la ley de prevención de riesgos laborales. Hemos tenido que denunciar a empresas de seguridad por esa cuestión».

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