Los 8.000 parados menos de Andalucía salvan a Díaz del segundo peor desempleo desde 2011
Julio incorpora 96.000 demandantes de empleo, la cifra más alta desde el año 2010

Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo. | Europa Press
Un total de 8.035 parados menos han salvado al balance positivo que este lunes ha hecho el Gobierno, pese a que el dato de desempleo del mes de julio es el segundo peor desde hace 14 años. Y es que, «sin ese resultado en la región andaluza -afirman expertos en empleo a THE OBJECTIVE– se hubiera incrementado el desempleo a nivel nacional».
Este lunes, y tras conocer los registros de Empleo y de la Afiliación a la Seguridad Social, la consultora Randstad resumía la imagen fija de nuestro mercado laboral, señalando que estamos ante un «mal mes de julio, con débil aumento de la afiliación y crecimiento de 96.000 demandantes de empleo, siendo este también el peor dato desde 2010». Una sentencia que dista mucho del triunfalismo con el que el Ejecutivo y la titular de Trabajo ha interpretado la manera con la que viene conduciéndose el empleo en España, al tiempo que las patronales avisan de una preocupante ralentización en la creación de empleo y en la reducción del paro.
Frente a esta situación, Cepyme reclama mayor apoyo a las empresas y reducir la incertidumbre para impulsar la creación de empleo, recordando además que la última referencia de paro registrada refleja una caída en el mes de julio de 1.357 personas, «con un claro empeoramiento respecto del mismo mes del año anterior, cuando el paro cayó en 10.830 personas», afirma la organización que preside Ángela de Miguel.
Para Lorenzo Amor, presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), «el mes de julio nos deja un mal dato de afiliación de autónomos, porque estamos hablando del peor dato de los últimos tres años», lo que se manifiesta en que «cada día de julio se perdieron 235 autónomos, y eso significa una pérdida de 7.286 autónomos».
El paro baja menos que en 2024
Según los datos de Randstad, consultados por THE OBJECTIVE, el paro registrado descendió, en términos desestacionalizados, en 188 personas durante julio, lo que pone de manifiesto que dicho mes ha sido positivo para esta variable. Lo que, en cualquier caso -remarca la Unión Sindical Obrera (USO) a este diario-, implica en sí una bajada del paro muy inferior a la del año anterior, ya que en julio de 2024, el desempleo bajó en 10.830 personas.
La serie desestacionalizada de afiliación, según los criterios del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, ha reflejado en julio un aumento mensual de 31.085 personas, equivalente a un incremento del 0,14%. En términos interanuales, la afiliación desestacionalizada crece un 2,25%, lo que supone acelerar en siete centésimas su crecimiento interanual.
Por cifras, la afiliación a la Seguridad Social ha crecido en nueve de las 17 comunidades autónomas y en Melilla. Los mayores aumentos se han medido en Baleares (+12.579), Galicia (+10.835) y Comunidad Valenciana (+6.968); mientras que, los mayores descensos proceden de Madrid, Andalucía y País Vasco. Por sectores, en julio la afiliación registró su mayor aumento en actividades sanitarias y servicios sociales (+56.395), seguido por comercio (+45.597). El sector con mayor descenso del empleo, con gran diferencia, fue el de educación (-127.560), seguido por agricultura (-43.191).
Datos preocupantes y a la cola de la UE
Para la organización empresarial que preside Antonio Garamendi, los datos que conocimos este lunes arrojan un balance que resulta preocupante, «especialmente si se tiene en cuenta que el número de desempleados en España supera los 2,40 millones de personas, con la tasa más elevada del entorno europeo, pese a haber registrado la cifra más baja en un mes de julio desde 2007. Y si se incluyen los demandantes con disponibilidad limitada o demanda específica, el desempleo alcanza los 2,97 millones de personas».
Pese a estar en niveles récord de afiliación a la Seguridad Social, con 21,86 millones de afiliados -destaca CEOE-, la subida de la afiliación es inferior a la media de los meses de julio previos a la pandemia (periodo 2014-2019), que se situaba en 52.196 personas, y el descenso del paro también se sitúa por debajo de la media de ese periodo, que era de 41.023 personas. Todo ello, reflejo de un contexto económico incierto como el actual.
Cepyme, por su parte, reitera su preocupación por la destrucción de microempresas -en junio de 2025 existían 30.000 menos que en el mismo período de 2019-, y recuerda que la microempresa es el primer escalón para que la empresa se desarrolle y consolide sus primeros pasos y el deterioro de esta base puede condicionar la fortaleza del tejido empresarial español en el futuro y, en conjunto, los datos de crecimiento económico y el potencial de creación de empleo.
«Un mes perdido para el empleo»
La patronal madrileña CEIM también ha hecho una valoración de los últimos datos de empleo y de afiliación a la Seguridad Social del pasado mes de julio, lamentando que haya sido «un mes perdido para la creación de empleo, dado que ha descendido solamente un 0,06%».
Un mes más, indican los empresarios de Madrid, representados por Miguel Garrido, «la contratación se caracteriza por su escasa estabilidad, ya que menos del 40% de los contratos firmados en julio han sido indefinidos y, de ellos, poco más de un tercio a tiempo completo, ya que la mayoría son a tiempo parcial o fijos discontinuos».
Ello se debe, según CEIM, a la «notoria influencia de decisiones políticas erradas que quitan dinamismo al mercado de trabajo. De ahí la relevancia de que 1.304.041 personas trabajadoras se inscriban como demandantes de empleo para poder trabajar más horas, no menos, como pretende el Gobierno». Por esta razón, CEIM lamenta que «en el país con la tasa de paro más alta de Europa no cesen de crecer los impuestos sobre la cada vez más empobrecida clase media; las cotizaciones sociales esquilmen a las empresas a un ritmo interanual del 7% sin ninguna mejora de la gestión de la espiral de bajas por incapacidad temporal; se aprueben constantemente medidas laborales, populistas, sin diálogo social, sin el procedimiento parlamentario adecuado y sin cuantificar el impacto en el empleo; y, finalmente, se amenace con más medidas que vacíen de contenido a la negociación colectiva a la vuelta del verano».