Malestar de la eólica marina con Ribera: "La regulación se ha hecho deprisa y con lagunas"
Alertan de que otros países están adelantando a España y los optimistas estiman para 2033 la puesta del primer parque
Pesimismo e incertidumbre en la eólica marina en España. Más de un año después de la aprobación del decreto ley que regula las zonas para levantar los futuros proyectos -conocido como Planes de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM)- y tras el lanzamiento de la nueva regulación de la eólica marina y las energías renovables del mar hace unos meses, el Ministerio de Transición Ecológica ha vuelto a reunir al sector en Segovia esta semana para discutir la situación. Una provincia que, como de forma irónica relatan las empresas, «se caracterizaba por sus grandes kilómetros de costa». Los más optimistas apuntan a que se podrá ver un parque de eólica marina, como pronto, en 2033. Sin embargo, ya levantan la voz sobre la regulación que se prepara: «La ley se hizo de prisa y corriendo y no ha sido lo mejor».
La pasada semana, el despacho de abogados Clifford Chance celebró, junto con Women in a Legal World, una mesa redonda sobre energía eólica marina en su auditorio de Madrid. En la sesión intervino el director general de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), Juan Virgilio, el director general de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA), José María González, y el responsable del servicio jurídico de proyectos de eólica marina de Iberdrola, David González.
De momento, los retos de esta tecnología han quedado en un segundo plano por el estancamiento regulatorio y los frentes judiciales que sufren en España. Una situación que contrasta con los países vecinos, como Francia y Portugal, donde la eólica marina avanza. «Una vez que se aprobaron los POEM, más que buscar las compatibilidades entre los usos del agua, se buscó prácticamente lo contrario: desde las zonas de defensa nacional hasta la de los pescadores», aseguró González.
José María González fue uno de los más críticos durante el debate. «En principio, la nueva regulación soluciona todo en uno: otorga régimen económico y un derecho de acceso. Pero yo me pregunto cómo se va a otorgar un derecho de acceso en eólica marina en un nudo reservado para concurso cuando en ese mismo nudo, o en otros, hay trescientos mil actores que van a optar por capacidad en los próximos años», señaló
Por otro lado, González aseguró que «en cuanto al régimen económico, si se tira del marco de renovables vigente, hay debilidades. Por ejemplo, se excluye la posibilidad de liquidar en el momento en el que las horas sean cero o negativas. Por lo que caminamos hacia una incertidumbre bestial». También criticó el régimen económico de las renovables, «que no reconoce la posibilidad de valorar las garantías de origen».
Como pronto, para 2033
Virgilio pidió al Gobierno «ponerse las pilas» porque no se podía perder otro año más «dando una patada para adelante». «Estamos hablando de pocos proyectos en España y subastas que son gestionadas desde el Ministerio. Además, la competencia la tiene el Gobierno central, desde los mares hasta los puertos. Lo que hace que haya menos riesgos de que se complique el escenario político. Si tenemos una orden ministerial a final de año, podríamos tener una convocatoria a principios del año siguiente que pudiese crear una subasta en 2025. Y si lo conseguimos, hasta 2033 no tendremos un parque». Para ello, habría que tener en cuenta el devenir judicial de la eólica marina, cuya sentencia se espera en un trimestre.
Otro de los temas que se trató fue la razón de por qué no se ha experimentado ya con un parque: «No sé como en este país no se han montado dos o tres instalaciones con un régimen concesional y de autorizaciones administrativas. Haber creado un prototipo a través de iniciativa privada, sin apoyo público. Siempre buscamos el proyecto a lo grande».
Por último, González (Iberdrola) aseveró que «las razones por las cuales se ha desarrollado la tecnología de eólica marina en países como Francia, Alemania, Holanda o Dinamarca se basan en la necesidad, sea por falta de terreno, como en Dinamarca y Holanda, por buscar la independencia energética reduciendo el uso del gas y carbón, como en Alemania, o por la búsqueda de alternativas a la energía nuclear, como en el caso de Francia. La situación de España con una alta penetración de las renovables es distinta a la que puedan tener estos países, sobre todo por nuestra gran capacidad en energía fotovoltaica».