España dispara su dependencia del gas argelino y compra un 32% más que hace un año
El país del norte de África aventaja con gran distancia a Rusia y Estados Unidos
España ha aumentado un 32% la compra de gas a Argelia en este primer semestre (enero a junio) de 2024 en comparación con el mismo periodo del año anterior. Así lo reflejan las estadísticas mensuales de la compañía Enagas, que mide la importación de gas natural y gas natural líquido (GNL) en nuestro país. Un contexto que ha convertido a Argel no solo en nuestro principal suministrador, sino además a una gran distancia del segundo, Rusia.
Según las estadísticas de 2024, entre enero y junio de 2024 se importó desde Argelia 66.356 gigavatios hora (gwh), lo que supuso el 37,3% de la cuota total. Una cantidad sensiblemente superior al de nuestro segundo proveedor, Rusia, que exportó a España 38.950 gwh, representando el 21,9%. Por último, Estados Unidos vendió 33.085 gwh, es decir, el 18,9%. La principal razón de esta abrumadora diferencia se debe a que el gasoducto ‘Medgaz’ (que llega hasta la costa de Almería) exportó en estos seis primeros meses 51.654 gwh.
Por otro lado, entre enero y junio del año 2023, Argelia exportó a España 50.043 gwh, representando el 24,4% del total que se compró en el primer semestre del pasado año. Estados Unidos fue nuestro segundo máximo proveedor, con 41.295 gwh, y suponiendo el 20,2% del total. Por último, y en tercer lugar, se situó Rusia, con 41.145 gwh, y el 20,1%. Como se puede apreciar, en 2023 la diferencia porcentual entre los tres principales suministradores fue mínima.
Acuerdo entre Naturgy y Sonatrach
Esta semana, la compañía española Naturgy ha cerrado un acuerdo con la empresa estatal argelina Sonatrach sobre el precio del suministro de gas natural para el año 2024. Así, el presidente de la energética, Francisco Reynés, afirmó que el cierre de esta última negociación confirmó la capacidad de la compañía «para llegar a acuerdos en contextos competitivos». «Además, pone de manifiesto la solidez de la histórica relación entre las partes y ratifica el compromiso de ambas compañías con la seguridad de suministro a la Península Ibérica. Sonatrach demuestra así ser un partner confiable», sentenció.
Casi dos años antes, en octubre de 2022, Naturgy y Sonatrach ya habían alcanzado un acuerdo para la revisión del precio de sus contratos de aprovisionamiento de gas natural que afectaba, de manera retroactiva, a los volúmenes suministrados en ese año, y acordaron proseguir las negociaciones para los precios de 2023. Por otro lado, Argelia también ha sido protagonista en los movimientos corporativos de Naturgy en los últimos meses, donde se le acusó de querer reventar la opa (oferta pública de adquisición) de la emiratí Taqa por desavenencias políticas. Una información que desmintieron a este periódico asegurando que era información cruzada de lobbies marroquíes e israelíes.
El cierre de gas a Marruecos
A finales del año 2021, Argelia anunció que ponía punto y final al gasoducto Magreb-Europa, que nacía en los yacimientos argelinos de Hassi R’Mel y atravesaba todo el reino alauita hasta llegar a España a través de Gibraltar. La razón que se esgrimió por entonces fue por motivos políticos. Rabat y Argel enseñaban así su crisis diplomática tanto fuera como dentro de sus fronteras. Sin embargo, un ex alto cargo argelino que llegó a tener una posición muy relevante dentro de la empresa Sonatrach (compañía que explota hoy el otro gasoducto), aseguró a THE OBJECTIVE que la causa de esta decisión no fue política, sino meramente económica: «Había dos tubos hacia España y uno de ellos no era rentable ya».
Así, según señaló el exdirectivo a este periódico, «Argelia nunca ha cortado el suministro de gas a Marruecos porque el gas se entregaba a España. Marruecos autorizó el tubo a España a cambio de cobrar el 7% del gas en tránsito. En cuanto disminuyó la demanda de gas y dejaron de ser necesarios dos gasoductos, lo lógico era elegir el que mejor pagaba las pocas cantidades de gas entregadas».
Sobre las palabras del poder ejecutivo de Argelia, señalando que las causas eran principalmente políticas, el exdirectivo afirmó que «es importante comprender que el poder político puede expresar una posición que puede no ser compatible con las normas internacionales. El suministro de gas es un contrato comercial. La posición dogmática de Argelia ha sido siempre la de respetar sus compromisos contractuales. El discurso político se dirige al consumo interno».