Draghi hace una enmienda a Sánchez: sí a la nuclear y a reducir la dependencia china
El documento para mejorar la competitividad de la UE choca con dos de las políticas clave del Gobierno español
El esperado ‘informe Draghi’ se ha convertido en un correctivo a los pilares de la estrategia económica de Pedro Sánchez desde que está en La Moncloa. El análisis de THE OBJECTIVE del documento llamado a ser la hoja de ruta de la Unión Europea en los próximos años revela una enmienda a varios ejes de los proyectos del Ejecutivo español, como su apuesta por una transición ecológica dura, y sin energía nuclear o su especial relación con Pekín y la economía china, donde precisamente Pedro Sánchez se encuentra esta semana en visita oficial.
El expresidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, y la reelegida presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, presentaron este lunes en Bruselas el informe que pide una completa refundación de la Unión Europea para que seamos más productivos y nos pongamos a la cabeza del desarrollo económico de las próximas décadas, superando a Estados Unidos y China que actualmente nos aventajan ampliamente.
«La única manera de ser más productivos es que Europa cambie radicalmente», dijo Draghi, que pidió una inversión sin precedentes de 800.000 millones de euros al año a través de planes similares a los fondos europeos Next Generation y que también deberán estar financiados -sugirió- con deuda contraída por todos los miembros. Y todo ello a través de tres ejes: reducir la brecha de la innovación con Estados Unidos y China; crear un plan conjunto de descarbonización y competitividad; e incrementar la seguridad y disminuirlas dependencias con estos dos bloques.
Descarbonización
El informe de Draghi, titulado «El futuro de la competitividad europea», es una respuesta al estancamiento económico del bloque con la revisión de las políticas que se han impuesto en la Unión Europea desde antes de la pandemia. Y una de ellas es la transición ecológica, promovida de manera ferviente, entre otros, por el Gobierno español y por la ministra del ramo -y actual candidata a comisaria- Teresa Ribera. Al respecto, Draghi es contundente y propone seguir adelante con estos objetivos de descarbonización, pero sin olvidar la industrialización del bloque.
En el documento se indica que los objetivos de descarbonización de la UE también son más ambiciosos que los de sus competidores, lo que crea costes adicionales a corto plazo para la industria europea. Por otro lado, aunque Europa es líder mundial en innovación en tecnologías limpias, «está desaprovechando las ventajas de las primeras etapas debido a las debilidades de su ecosistema de innovación; el potencial de innovación de Europa no se está traduciendo en una superioridad en la fabricación de tecnologías limpias, a pesar del tamaño de su mercado interno».
De esta manera, advierte que la amenaza para la posición de Europa en las tecnologías limpias se debe principalmente a la falta de una estrategia industrial equivalente a la de otras regiones importantes. En este sentido, apunta directamente a que la descarbonización estará marcada al menos en esta década por los combustibles fósiles, por lo que la transición debe hacerse aprovechando todas las energías limpias de las que disponemos, incluyendo la energía nuclear. «La descarbonización del sistema energético europeo implica el despliegue masivo de fuentes de energía limpia con bajos costes marginales de generación, como las renovables y la nuclear», indica el documento.
Draghi y la energía nuclear
Y agrega que uno de los grandes objetivos es acelerar la descarbonización de una forma rentable, aprovechando todas las soluciones disponibles a través de un enfoque tecnológicamente neutral. «Este enfoque debería incluir las energías renovables, la energía nuclear, el hidrógeno, la bioenergía y la captura, utilización y almacenamiento de carbono, y debería estar respaldado por una movilización masiva de financiación pública y privada».
Respecto a este punto, el Gobierno de Pedro Sánchez ha demonizado la energía nuclear y ha acelerado el calendario de cierre de centrales en España que debería culminar en 2035. Una situación que contrasta con otros países del continente donde las prolongan y dilatan su vida. De hecho, si hacemos caso al ‘informe Draghi’, España no está en estos momentos en condiciones de aportar a esta transición, ya que no tiene un enfoque «tecnológicamente neutral».
El otro punto donde el documento contradice los movimientos del Gobierno español es la relación con China. El informe de Draghi admite que es imposible desligarse completamente de la economía de Pekín, como lo ha hecho Estados Unidos, pero sí pide a Europa y sus Estados miembros reducir la dependencia del gigante asiático. «Si bien las dependencias son una calle de doble sentido, Europa es vulnerable tanto a la coerción como, en casos extremos, a la fragmentación geoeconómica», dice.
Autonomía estratégica
«El aumento de la independencia genera un importante coste para Europa, pero este puede mitigarse mediante la cooperación. Reducir las dependencias en las áreas clave en las que Europa está expuesta requerirá inversiones significativas y conllevará costes significativos. Por ejemplo, fortalecer la cadena de suministro de semiconductores requerirá cientos de miles de millones de nuevos gastos».
«Sin embargo, el ‘valor de opción’ de tales inversiones aumenta exponencialmente en escenarios extremos, como lo ha demostrado el corte del gas ruso. Al volverse menos vulnerable al apalancamiento externo, la UE también se beneficiará de una mayor autonomía en la toma de decisiones», concluyen.
El documento indica que China es un claro ejemplo de país no alineado políticamente con Europa, y que, por tanto, la dependencia de determinadas industrias como la de los coches eléctricos o la de los semiconductores, puede generar el grave riesgo de que se utilicen como arma geopolítica, generando importantes dificultades en situaciones de guerra comercial.
China y Draghi
Se advierte que para reducir sus vulnerabilidades, la UE debe desarrollar una auténtica «política económica exterior» basada en la protección de los recursos críticos, y para ello debe aprovechar el potencial de los recursos nacionales mediante la minería, el reciclaje y la innovación en materiales alternativos; y, en el caso de las industrias estratégicas, debe seguir una estrategia coordinada para reforzar la capacidad de producción nacional y proteger las infraestructuras de red claves.
Respecto de China, España es uno de los países que preocupa en la UE por su gran cercanía a Pekín. Precisamente la publicación de este informe clave ha coincidido con el hecho de que la mitad del Gobierno, con Sánchez a la cabeza, se encuentra en el país asiático intentando mediar para que se relaje la guerra de los aranceles entre los dos bloques (coches chinos en Europa y alimentos en Pekín).
Este diario ya ha publicado que en Bruselas alarma que se instale una fábrica china de coches eléctricos en Barcelona a la que se le hayan ofrecido fondos europeos Next Generation, además de la parálisis del Ejecutivo para excluir a empresas chinas de nuestras infraestructuras digitales de 5G.