Así funcionaba el fraude de los hidrocarburos, el otro 'negocio' de la trama Koldo
La empresa de hidrocarburos de la trama, Villafauel, era una de las grandes conocidas dentro del sector
Un petrolero. | Europa Press
El fraude de los hidrocarburos ha sido uno de los grandes negocios y pelotazos de este país. Una forma de actuar que al principio comenzó de forma «muy burda y bastante casera a través de unas cuantas empresas», pero que pronto pasó a ser un auténtico entramado fiscal y empresarial inédito. Hoy supone para las arcas del Estado un roto multimillonario. Sin embargo, dos medidas recientes aprobadas a lo largo de 2023, el Real Decreto 249/2023 y el Real-Decreto ley 8/2023, han dejado el negocio fraudulento herido de muerte.
La operadora de hidrocarburos de la trama Koldo, Villafauel, era una de las grandes conocidas dentro del sector. Fue dada de baja en el Redef en 2024 por fraude del IVA (impuesto sobre el valor añadido), pero aún continúa dada de alta en la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia). Existen hoy «unos doscientos operadores» y entre estos reina la desconfianza.
En el mundo del petróleo hay muchos negocios. El principal es el del operador. Para serlo, antes de mediados de 2023 se necesitaba solo una licencia que otorgaba el Ministerio de Industria y que permitía importar petróleo e inyectarlo en el depósito fiscal para venderlo fuera de este. De este permiso se valió la trama para lograr montar una operadora y cobrar a otros empresarios que buscaban conseguir esta codiciada licencia. «Te daban la licencia sin tener los tres millones de euros que se exige», aseguran a THE OBJECTIVE conseguidores y fuentes expertas en ingeniería financiera para empresas del sector de hidrocarburos.
Para estar dentro de un depósito fiscal (que se encuentran distribuidos por diferentes puntos de España) hay que ser operador. El petróleo refinado que compran los operadores entra directamente a los depósitos de Exolum (la empresa líder en gestión de producto refinado) aunque también puede entrar en otras terminales independientes. Mientras se encuentre en el depósito, la operadora no paga ningún impuesto (especiales e impuesto sobre el valor añadido) y si se mueve entre depósitos fiscales tampoco (solo se declara en esa acción movimiento). Pero en el momento en el que sale de un depósito, porque se va a vender a un distribuidor (principalmente gasolineras), es cuando se liquidan los impuestos.
Sin embargo, a partir del decreto de principios de 2023, hizo falta solicitar el Redef (Registro de Extractores de Depósitos Fiscales) a la Agencia Tributaria para venderlo al exterior, es decir, a distribuidores (estaciones de servicio, por ejemplo). Una medida que puso un pequeño obstáculo al fraude. Aun así, hay operadores que prefieren no tener este permiso porque su negocio funciona vendiendo in tank (dentro del depósito) a otro operador para sacar beneficio con la subida y bajada del precio o por medio de su alquiler a Cores (Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos).
Los fraudes
En este procedimiento se cometen varios fraudes. Con los impuestos especiales es muy difícil que exista porque la empresa Exolum exige a la compañía que lo liquide, ya que es el responsable del cobro del impuesto. Hasta el pasado año había dentro del depósito fiscal una serie de empresas llamadas ‘subcuentas’ (una especie de segundo mayorista no autorizado para extraer petróleo pero sí para estar dentro del depósito fiscal) que vendían a un distribuidor (‘revendedor’, que son las estaciones de servicio principalmente), a un cliente final (flota de transportes, comunidades de vecinos u hospitales) y a empresas (comercializadoras que lo único que hacían era movimiento de producto en papel porque simplemente salía del depósito al cliente final).
El lío ocurría precisamente en estas últimas, las comercializadoras, algunas legales y otras ilegales. Esto provocaba un fraude de IVA porque se iban vendiendo entre ellas el combustible… desde que salía de un operador hasta que llegaba a un cliente. En esta operación podían estar actuando ocho empresas intermedias. De estas, posiblemente seis fuesen legales y una o dos jugaban con el bajo el precio y luego no declaraban el IVA.
Otro tipo de fraude se daba al participar en un depósito fiscal. Un ejemplo fue The Best Oil, que se dedicaba a comprar petróleo a muchos operadores para luego revenderlo a un precio muy barato, de hasta 100 euros por metro cúbico por debajo del mercado. La Agencia Tributaria inspeccionaba y no veía nada raro en el depósito . Al final, lo que ocurrió fue que la descoordinación entre administraciones regionales de Hacienda hacía que no viesen que estos pedían aplazamientos de IVA del primer trimestre y del segundo. Hacienda le cortó en el tercer trimestre (septiembre) con una gigantesca deuda millonaria. Las dos fórmulas que se emplean son, por un lado, hacer liquidaciones reales de IVA, pero pidiendo aplazamiento argumentando que no tienen dinero, y por otro haciendo declaraciones de IVA ficticias (metiendo gastos o inversiones que no son reales con IVA que se deduce) para pedir aplazamiento de la liquidación del IVA.
El último decreto
La Administración, a través del Real-Decreto ley 8/2023 (publicado el pasado 27 de diciembre), fijó que solo podían vender a un revendedor (estaciones de servicio) un operador, cargándose toda la línea de venta de los comercializadores. De esta manera, el Gobierno se centraba en controlar a los doscientos operadores vivos y no a las comercializadoras.
Puede seguir habiendo subcuentas en el Redef, pero estas ya no pueden vender a una estación de servicio o a un distribuidor. Solo pueden vender a un cliente final (flota de transportes o comunidades de vecinos), pero eso ya no les es rentable porque el volumen grande está en la estación de servicio low cost o en los grandes o pequeños distribuidores. Aun así, fuentes del sector aseguran que el Gobierno aún no controla el fraude del IVA porque sigue habiendo operadores que no liquidan el impuesto, porque son de reciente creación y aún pueden liquidar el impuesto trimestralmente (y no mensualmente).
¿El fin del fraude?
Sin embargo, debido a las exigencias de los decretos últimos contra el fraude del IVA, ser operador está perdiendo cierto atractivo. Existen otros negociados aparte del operador, como el comercializador -comisionistas que buscan clientes a los operadores- o incluso uno cada vez más en auge en el que otros actores -que no tienen por qué tener la licencia de operador- compran petróleo refinado de barcos y lo venden a los propios operadores.
«El fraude se acabó. Ahora por ser operador no vas a dejar de pagar los impuestos. Es más, desde el primer día vas a estar vigilado y si no pagas le dan al botón. Con ingeniería financiera se puede hacer algo, pero eso de no pagar nada, imposible. Lo que sí es posible es lograr que tu expediente en Hacienda pase antes (depende de cada comunidad, en Madrid es muy difícil). Pero ya no vale hablar con un funcionario o el ministro porque ya saben que están cogidos. En el Redef hay muy pocos ya, y todas las que hacían el negocio para no pagar los impuestos están cayendo. Están quitando todos los días a los italianos (en Italia se acabó con el fraude del IVA tras una medida del Gobierno que exigió el adelanto de este impuesto y llegaron muchos de ellos a nuestro país). Otros están dentro de depósito, pero sin Redef y no pueden sacar el producto. Hoy han cerrado a una, ayer a otra», aseguran las mismas fuentes.
El Real-Decreto ley 8/2023, no obstante, tuvo víctimas legales. Al prohibir que ningún comercializador pudiese vender el producto de un operador a un revendedor (como cooperativas, distribuidores, gasolineras pequeñas), se acabó con una línea de negocio legal de comercializadores que llevaban a cabo este tipo de operaciones. Hoy las comercializadoras son comisionistas de los operadores, que vienen a ser como unos comerciales que dan precio para que compren al operador.
