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Energía

Temor a una subida del precio del gas tras el fin del gasoducto ruso que pasa por Ucrania

Se pondrá fin al penúltimo gasoducto activo que une al país gobernado por Putin con la Unión Europea

Temor a una subida del precio del gas tras el fin del gasoducto ruso que pasa por Ucrania

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. | Europa Press

Los operadores de mercado temen una subida del precio del gas en 2025. Y una de las causas de esta puede ser el inminente cierre del gasoducto ruso que atraviesa Ucrania hasta llegar al corazón de Europa. Un tubo que transporta «en torno al 8% y 10% de la demanda de gas de la Unión Europea». Así, el próximo 31 de diciembre expira el contrato de gas entre dos países que siguen hoy bombardeándose.

De esta forma, se pondrá fin al penúltimo gasoducto activo que une Rusia con la Unión Europea después de las explosiones del Nord Stream 2 (que conectaba a través del mar Rusia con Alemania) y el oleoducto bielorruso Druzhba («que se encuentra parado sin saber el porqué»). El único que continúa activo bombeando gas es el turco Turkstream. La decisión de poner fin al contrato llega por parte de Ucrania porque el deseo ruso era seguir con este, que hoy explotan la estatal ucraniana Naftogaz y la rusa Gazprom. En los últimos meses, surgió la posibilidad de que Rusia transportase su gas a Azerbaijan para que este se lo vendiese a Kiev, pero finalmente se truncó la operación.

Pese a que esta realidad todavía no se ha materializado, los precios del gas ya han subido en España en los últimos meses de forma notoria. Un escenario del que han alertado en el sector y que ya notan los consumidores finales. Así, si atendemos a los datos del Mibgas (mercado ibérico del gas) en el pasado mes de mayo, este se situaba en los 29 euros/mwh. En cambio, en este último mes el precio se ha disparado hasta situarse en torno a los 40 euros/mwh.

No obstante, Bruselas muestra su tranquilidad con el fin de este contrato. En la Comisión Europea ha quedado lejos la inquietud de antaño por el corte de suministro en Europa. Además, no hay que olvidar que el gas ruso no se encuentra entre los hidrocarburos sancionados por la Unión Europea y, por lo tanto, se puede seguir comprando a través de metaneros (por medio de gas natural líquido). Pese a ello, los operadores del mercado muestran sus dudas y apuntan a que tendrá su efecto: «Puede subir más el precio al aumentar la demanda».

Fuentes conocedoras achacan a la geopolítica energética la subida de los precios de gas en los últimos meses: «Por un lado, seguimos con la calma tensa que hay en el Estrecho de Ormuz. Hay que estar a la espera de si Irán responde militarmente al último ataque de Israel. Por otro lado, el gas natural líquido (GNL) está poderoso, con grandes encargos de GNL yéndose al Pacífico, donde la demanda ha incrementado. Además, está habiendo cambios y países, como Egipto, que eran exportadores de gas, ahora son importadores».

Pero la geopolítica no es la única causa de la fluctuación de los precios. Las mismas fuentes afirman que «se está viendo desde agosto que una parte de los que negocian el gas no son solo comercializadores o traders al uso (que rondan un 65%) sino que también hay fondos de inversión e instituciones financieras que están tomando parte de este insumo». Aun así, se sostiene también que esto último no tiene por qué ser malo, ya que «pueden ser posiciones largas que ayuden a hacer coberturas para que luego los precios sean competitivos».

El informe Draghi, que se ha convertido en la hoja de ruta de la Comisión Europea, reflejó los precios competitivos de gas con los que cuenta Estados Unidos frente a la Unión Europea. Las causas son principalmente dos: la explotación de gases no convencionales y su exportación ilimitada (de hecho, España es uno de los grandes clientes de GNL del país norteamericano). Pero ese informe también subrayó otro asunto: el precio del gas asiático era más competitivo que el europeo.

El contrato entre la ucraniana Naftogaz y la rusa Gazprom, que parece indicar que llega a su fin, se acordó en 2019. Ucrania permitiría el tránsito de 225.000 millones de metros cúbicos (bcm) hacia los mercados europeos entre ese año y 2024. Cuando se firmó el contrato, se esperaba que Gazprom suministrara entre 40 y 60 bcm anuales a través de Ucrania. Los países más dependientes de este flujo energético son Eslovaquia, Austria, Hungría y la propia Ucrania, que tendrán que reajustar sus fuentes energéticas.

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