Galán pide estabilidad regulatoria junto con el exjefe de energía de Obama tras ganar Trump
Iberdrola cuenta con planes millonarios en Estados Unidos, donde está haciendo una fuerte apuesta por las renovables
«Estabilidad, previsibilidad, Estado de derecho, planificación y autorización rápida». Son las palabras que pronunció el pasado lunes el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, en relación con la inversión energética, junto con el que fuera secretario de Energía del segundo mandato de Barack Obama, Ernest Moniz. Unas palabras pronunciadas una semana después de la victoria del candidato republicano Donald Trump, muy crítico con los planes de incentivos de energía renovable de la Administración de Joe Biden.
El evento tuvo lugar en la Universidad Pontificia de Comillas, donde se celebró el 40 aniversario del Instituto de Investigación Tecnológica (IIT). Un encuentro que tenía como estrella invitada a Moniz -que hoy trabaja en la prestigiosa universidad norteamericana MIT-, pero en la que aparecieron los primeros espadas de las grandes energéticas de nuestro país: desde el ya mencionado Galán hasta el ceo de Endesa, José Bogas, pasando por el ceo de Enagás, Arturo Gonzalo.
Durante su comparecencia, el presidente de Iberdrola, defendió la necesaria electrificación de la economía mundial, elogió las políticas de Reino Unido en materia energética y advirtió contra los comentarios de los políticos, porque espantan a los inversores. «He visitado a muchos inversores y siempre que los reguladores o los gobernantes hacen un comentario -ni siquiera una ley- automáticamente empiezan a preguntar. Y siempre que un inversor hace preguntas no es positivo. Nosotros no tenemos el dinero en el bolsillo, tenemos que convencer al mercado».
Durante el encuentro del pasado lunes, Galán y Moniz mostraron sintonía y coincidieron en la necesidad de lograr una estabilidad regulatoria para sacar adelante los proyectos energéticos. «En Estados Unidos la actual regulación cuenta con el sistema de zanahorias y palos (premiar o castigar a las empresas, dependiendo de los criterios del gobierno de turno), y los palos se van a ir con la siguiente administración y muchas de las zanahorias también. Pero eso no es sostenible. Lo que necesitamos es invertir en proyectos porque el sector privado, las compañías como Iberdrola y las instituciones financieras (desde bancos a fondos de inversión) van a necesitar criterios para invertir si van a destinar miles de millones de euros en el sector», señaló Moniz.
Buena relación con Biden
Iberdrola ha mantenido una buena relación con la Administración demócrata de Joe Biden. De hecho, en febrero de 2022, la energética española fue la única empresa europea que participó en una mesa redonda de energía en una reunión de alto nivel con el presidente Joe Biden en la Casa Blanca. Además, unos meses después, Biden visitó los proyectos eólicos marinos que construye la empresa en Nueva Inglaterra. Ahora, con Trump, el escenario está dominado por la incertidumbre.
En el último año, Iberdrola ha llevado a cabo decisiones corporativas de impacto en EEUU. Así, canceló el pasado enero la segunda mayor operación de su historia con la empresa PNM (que llevaba varios años atascada), que iba a transformar a la energética en un gigante en el país. Por otro lado, la energética ejecutó hace unos meses una fusión con su filial norteamericana Avangrid, adquiriendo el 18,5% del capital restante. Por lo que pronto la empresa dejará de cotizar oficialmente en la bolsa de Nueva York.
Guiños al gas y al petróleo
Los politólogos subrayan que el segundo mandado de Donald Trump al frente de la Casa Blanca va a ser menos caótico y más efectivo que el primero, en el que apenas conocía los entresijos de Washington. Un ejemplo ha sido el nombramiento de su discreta estratega Susie Wiles como jefa de gabinete de la Casa Blanca (el segundo puesto con mayor poder de Washington). Una responsabilidad que, durante su primer mandato (2017-2021), fue asumida por una persona distinta cada año.
La energía va a ser uno de los ejes de su programa económico. De momento, lo que se conocen son las críticas al programa energético IRA (Inflation Reduction Act) de Biden para incentivar las renovables y su apoyo al gas y al petróleo tras su discurso en Florida después de haber ganado las elecciones. Ahora, el negocio energético de EEUU espera la nueva hoja de ruta y el nombre de la persona que estará al frente del Departamento de Energía.