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Energía

El 'lobby energético' de Trump abre fuego contra la Agencia Internacional de la Energía

La califica de «brazo armado» del Acuerdo de París y defiende la producción de petróleo y de gas

El ‘lobby energético’ de Trump abre fuego contra la Agencia Internacional de la Energía

El presidente de EEUU, Donald Trump. | Europa Press

El think tank National Center for Energy Analytics (NCEA), un centro vinculado a las tesis energéticas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha criticado con dureza a la Agencia Internacional de la Energía (AIE), cuyas ideas se censuran en Washington desde que el nuevo presidente llegó a la Casa Blanca. La NCEA carga contra todas las políticas energéticas verdes que promueve la agencia y defiende la extracción de petróleo.

El título del informe del NCEA es «crítica a los escenarios petroleros del World Energy Outlook 2024 de la AIE» y dentro de sus 32 páginas selecciona una serie de capítulos que se han aceptado por parte de la agencia y que el think tank rechaza. Defiende, por un lado, el uso del petróleo en todas sus fases. «No hay pruebas de la adopción en el mercado de ninguna opción de combustible que conlleve unos costes de capital mucho más elevados y una enorme degradación del rendimiento (…) No hay tendencias que muestren opciones no petroleras para una cuota siquiera ínfima del mercado de la aviación, en un sector que prevé una demanda en auge».

Además, niega argumentos de la agencia como que «el crecimiento del petróleo en los mercados emergentes será bajo». Así, el informe asevera que «el hecho de que la demanda sea baja en algunas regiones más pobres -por ejemplo, África consume aproximadamente una décima parte del nivel per cápita de los países de la OCDE- indica que el potencial de crecimiento en esos mercados no es bajo, sino muy alto».

Por otro lado, critica el desarrollo del coche eléctrico como vehículo del presente. «La ralentización de la adopción en el mercado y las reducciones en los planes o promesas de los fabricantes de automóviles en materia de vehículos eléctricos son evidentes, lo que exige escenarios que modelen realidades que podrían persistir». Y, en el mismo documento, el estudio afirma que la mayoría de las energías renovables no son eficientes al cien por cien porque «contradice la física fundamental».

En la Agencia Internacional de la Energía reina cierto caos. Por ejemplo, todavía desconocen si la exvicepresidenta del Gobierno, Teresa Ribera, puede continuar al frente de una de las comisiones clave para la próxima conferencia del clima. De momento, tanto ella como el comisario de Energía, Dan Jørgensen, siguen, y han retrasado la decisión de un posible cambio otro mes más, hasta finales del próximo mes de febrero. En principio, ninguno de los dos podría compatibilizar cargos en Bruselas y en la agencia.

«Durante décadas, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) fue el referente mundial en información energética y análisis creíbles. Tras el compromiso de sus gobiernos miembros con los acuerdos climáticos del Acuerdo de París de 2015, la agencia cambió radicalmente su misión para convertirse en promotora de una transición energética», sentencia el think tank norteamericano.

Sobre esto último, el director ejecutivo del think tank escribió el pasado 23 de enero en un artículo de opinión en el periódico The Wall Street Journal que la Agencia Internacional de la Energía (AIE) había pasado «de ser un intermediario honesto a ser «brazo armado» del Acuerdo de París». Este escenario complica a la agencia porque hasta ahora contaba con EEUU como su gran socio fuerte frente a su principal competidor, que es la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo, entre los que destaca Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Nigeria y Kuwait.) en la lucha por el cambio climático.

Situación en Estados Unidos

«La estrategia del drill baby drill (perfora, cariño, perfora) de Trump consistirá en una reducción de la energía solar y la eólica y apostar sobre todo por el gas. Es un modelo meramente económico que no prima los objetivos del cambio climático y que permitirá bajar los precios de la energía en Estados Unidos y aumentar sus exportaciones al exterior. Por otro lado, habrá también un impulso a la energía nuclear, que permitirá reducir las emisiones de CO2 del gas», señalan expertos energéticos de EE.UU.

Fuentes del sector energético en Estados Unidos aseguran que «ahora mismo la energía eólica se encuentra como una tecnología estancada en el país, junto con la solar. En la zona de California se apostó fuertemente por esta última, y al ser esta tecnología intermitente (porque por la noche no genera) no se desactivaron las centrales de gas. Esto provocó un aumento del coste y de los gastos, pero produciendo la misma energía. Lo que ha hecho, evidentemente, que el precio energético sea superior en California que en la media del resto de Estados Unidos».

El NCEA sigue muy de cerca los movimientos energéticos en Estados Unidos. Hace unos días se hizo eco de la delicada situación que atravesaba el gigante de eólica marina danesa Ørsted. «Sufrió otro deterioro de sus activos eólicos marinos en Estados Unidos, con un resultado doloroso para los accionistas. ¿Por qué los directivos no pueden evitar estos desastres financieros?». Unos días después, la empresa anunció que su presidente Mads Nipper iba a dejar el cargo para ser sustituido por un directivo de la propia compañía.

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