La actividad de la petrolera de Aldama coincidió con la vuelta del crudo venezolano a España
El empresario no tenía músculo financiero para traer barcos, lo que abre un abanico de posibilidades que se investigan

El empresario Víctor de Aldama. | Europa Press
La actividad de compraventa de hidrocarburos de la operadora Villafuel, controlada por el empresario Víctor de Aldama, coincidió con la reactivación de las importaciones de crudo venezolano a España. Así se desprende de las declaraciones trimestrales de la compañía que tuvieron lugar entre finales del año 2022 y principios de 2024 y las estadísticas de importación de petróleo de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores).
Aldama, que es uno de los cabecillas del caso Koldo, declaró en la Audiencia Nacional su vinculación con Venezuela y también el objetivo que tenía con Villafuel. «Yo desde el año 2008 tengo un contrato con una compañía donde compramos dos bloques de petróleo en Nigeria, y mi relación con Venezuela viene en parte también de ahí, vinculada con el tema del petróleo (…) Con título de operador de Villafuel se buscaba traer barcos de producto, principalmente diésel, en Exolum (la empresa que almacena el combustible en sus depósitos en España)», señaló en noviembre de 2024.
Los atestados de la Guardia Civil reflejan una relación estrecha entre el empresario y la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez. Además, en un audio que se filtró, el presidente del Grupo Hafesa, Alejandro Hamlyn, apuntó a que ambos tenían una empresa conjunta para traer petróleo. Tras hacerse público el audio, Hamlyn aseguró que se lo había inventado. Por otro lado, fuentes conocedoras del sector remarcan que el empresario no contaba con músculo financiero suficiente para traer barcos de crudo procedente de Venezuela. Lo que abre un abanico de posibilidades que se están investigando.
Los datos coinciden
Si se observan las declaraciones trimestrales de compra de producto de Villafuel se registrarán los siguientes datos: cero compras en el tercer trimestre de 2022; 17.182 toneladas en el cuarto trimestre de 2022; 89.399 toneladas en el primer trimestre de 2023; 208.342 toneladas en el segundo trimestre de 2023; 196.206 toneladas en el tercer trimestre de 2023; 89.781 toneladas en el cuarto trimestre de 2023 y, por último, 36.422 toneladas en el primer trimestre de 2024. Esta última cantidad es sensiblemente inferior al resto porque fue dada de baja del Redef (lo que te permite vender el producto fuera del depósito fiscal) en febrero de ese año.
Paralelamente a estas compras, España comenzó a importar crudo de Venezuela de forma recurrente tras el veto de Estados Unidos. Según Cores, entre octubre de 2020 y octubre de 2022 no se importó petróleo venezolano, salvo en un mes aislado. Atendiendo a los mismos datos podemos observar las siguientes importaciones, procedente del país caribeño: 152.000 toneladas (en noviembre de 2022), 140.000 toneladas (diciembre de 2022), 101.000 toneladas (marzo de 2023), 157.000 toneladas (abril de 2023), 156.000 toneladas (junio de 2023), 238.000 toneladas (julio de 2023), 160.000 toneladas (agosto de 2023), 121.000 toneladas (septiembre de 2023), 152.000 toneladas (octubre de 2023), 153.000 toneladas (noviembre de 2023), 153.000 toneladas (diciembre de 2023) y 283.000 toneladas (enero de 2024).
Solo para contextualizar estas últimas cifras, la media aproximada sobre el volumen de ventas mensuales en el mercado secundario (es decir, el combustible que se vende fuera del depósito fiscal una vez que ha llegado procedente del exterior) es de 600.000 toneladas sin contar con las empresas refineras. Lo que muestra el relevante papel de Villafuel durante aquellos meses que estuvo operando.
El despegue de Villafuel
En el sector de los hidrocarburos, en el que no existe fidelidad, es muy común que una empresa pase en un solo año de facturar decenas de millones de euros a facturar cientos. Esto se debe a que el precio del litro es caro; si se tiene lo mismo que la competencia, pero más barato, una operadora puede con facilidad arrebatarle los clientes. Una realidad que se observó con Villafuel, que pasó de facturar 59,1 millones de euros en 2022 a 815,9 millones en 2023. Es decir, un aumento porcentual de un 1.200% en un solo año.
No obstante, en el negocio de los hidrocarburos, la facturación no va vinculada proporcionalmente al margen. De hecho, este apenas es del 1% para aquellas empresas no refineras. Un escenario que ha empujado a muchas compañías a cometer fraude de IVA, por lo que está siendo investigada Villafuel. El que se queda con el 21% del impuesto sobre la facturación puede -por ejemplo- permitirse la opción de vender el producto con un 10% de descuento (y, por ende, ganar clientes a pérdidas en condiciones normales) a cambio de embolsarse en su tesorería el 11% restante.
Un año exacto después de que se le diese de baja del Redef por parte del Ministerio de Hacienda, el Ministerio de Transición Ecológica inhabilitó definitivamente a la operadora controlada por el empresario Aldama. Por último, es llamativo cómo esta operadora fue dada de baja por un presunto fraude de IVA -por el que meses después se le comenzó a investigar en la Audiencia Nacional- mientras que otra operadora lleva imputada años (Hafesa Energía) en la Audiencia Nacional y continúa operando en el mercado. Resulta aún más curioso que el conglomerado empresarial al que pertenece cuenta con ventajas (prórroga de impuestos) frente a la competencia por parte de la Diputación de Vizcaya (controlada por el PNV).
Fuentes de Villafuel subrayan a este periódico que «nunca importó del exterior ni un litro de combustible. Todas sus compras se produjeron dentro del depósito fiscal. Además, defiende que ha sido víctima del presunto fraude del IVA cometido por las otras siete empresas investigadas en el caso hidrocarburos (Canary Island, Carburantes Jalón-Plaza, Skyward Tech, Salamanca Fuel Center, Obaoil, Casmar Hidrocarburos y Espaeventos)».