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Energía

Inquietud en los inversores extranjeros por el alcance del fraude de los hidrocarburos

Los fondos temen futuros desenlaces judiciales que tengan un efecto perverso en el negocio o en el retorno del capital

Inquietud en los inversores extranjeros por el alcance del fraude de los hidrocarburos

Un petrolero. | Europa Press

Hay inquietud entre los inversores extranjeros por el alcance que pueda tener el fraude de los hidrocarburos en el sector petrolero español. THE OBJECTIVE ha podido constatar, a través de varias fuentes, «la preocupación» que existe por invertir o llevar a cabo movimientos corporativos en empresas vinculadas al fuel por miedo a futuros desenlaces judiciales. Una realidad que se detalla en los expedientes de los analistas que estudian el mercado petrolero español.

Villafuel, Buran, Hafesa… la Audiencia Nacional investiga numerosos casos sobre presuntos fraudes de hidrocarburos. Algunos llevan años desde que comenzaron su fase de instrucción y otros se encuentran todavía bajo secreto de sumario. Existen muchas dudas en el exterior sobre un sector que está sufriendo las consecuencias reputacionales de la crisis de fraude del IVA, y que además no se logra entender fuera.

El negocio del petróleo ha salpicado además a varias formaciones políticas. Por un lado, el principal partido del Gobierno, el PSOE, fue acusado por una empresaria vinculada a este sector de recibir dinero en bolsas de plástico en su sede de Madrid, como así adelantó este periódico. Por otro lado, uno de los principales socios del Ejecutivo, el PNV, benefició –a través de posponer el impuesto especial y el del IVA– a un hombre fugado –y a su conglomerado empresarial– e imputado precisamente por un caso de fraude de IVA que investiga la Justicia, y que también adelantó este medio. Lo que generó un gran revuelo en el sector de los hidrocarburos y entre los expertos fiscalistas.

El fraude del IVA comienza cuando una compañía -conocida como «trucha» en el sector- vende a otra empresa vinculada una «subcuenta» diésel dentro del depósito fiscal. Este movimiento no genera ningún pago de impuestos, ya que estos solo se liquidan en el momento en el que esa segunda empresa vende fuera del depósito a una distribuidora. Primero, y nada más salir el combustible del depósito, se paga automáticamente el impuesto especial (recaudado en su mayoría por la empresa privada Exolum), con el que no existe ninguna controversia. Al mismo tiempo, tiene lugar el inicio de la cuenta atrás para el pago del IVA (las empresas, según su tamaño, tienen hasta tres meses para liquidarlo) y donde se encuentra el núcleo de todos los problemas.

Las compañías aprovechaban ese tiempo que concedía el Ministerio de Hacienda para hacer desaparecer el dinero a través de diversos métodos, como facturas falsas y solicitudes de aplazamiento. Una realidad que ha creado un agujero de cientos de millones en los últimos años en las cuentas del Estado. Además de los que cometen el propio fraude con una estructura mercantil organizada, existen otros focos puestos sobre los que alimentan dicho fraude o lo permiten.

Esta situación se da además en un momento en el que el sector petrolero busca dar un paso hacia la descarbonización, con nuevas fuentes -como el biodiésel y el hidrógeno verde- que han despertado el interés de los inversores. Además del fraude del IVA, existe un segundo fraude menos conocido, que es el de biocombustibles, y que también se analiza por diversos agentes del sector energético.

Singapur y Marruecos

Otro frente de incertidumbre en el sector son las llamativas importaciones de diésel. Según los últimos datos estadísticos de importación de diésel (que es el principal derivado del crudo que se consume en España), Singapur y Marruecos han disparado sus ventas a España bajo la sospecha de que procede de Rusia. Hasta mayo, desde el reino alauita se han comprado 170.000 toneladas de diésel, mientras que desde la isla del sudeste asiático se han importado 427.000 toneladas de gasoil. Un hecho, el de este último país, que lo ha puesto a la cabeza de las importaciones de diésel a España. También cabe mencionar Gibraltar, que exportó a España 162.000 toneladas.

Por último, el pasado mes de mayo se certificó que España ha dejado de importar petróleo venezolano. Ocurre después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, retirase licencias a las petroleras europeas para operar allí. Todos esos miles de toneladas han sido sustituidas por las procedentes de Guayana, un vecino con el que Venezuela mantiene tensión. Así, y según los datos estadísticos, el pasado mayo (el último mes del que se tienen datos) se importaron de dicho territorio 232.000 toneladas.

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