El 13% del diésel que llega a España procede de Singapur, pero EEUU sospecha que es ruso
Han entrado 615.000 toneladas desde la isla asiática, a punto de superar a un socio histórico como Países Bajos

Un petrolero. | Europa Press
El diésel procedente de Singapur no para de entrar en España. El último mes del que hay registros, el pasado julio, llegaron 111.000 toneladas, lo que representa ya el 13,4% del total del diésel que llega al país. Si se une esta cantidad con la de los meses previos, la cifra alcanza las 615.000 toneladas. Todos los meses, desde enero hasta julio, se ha comprado gasoil del país asiático. Un territorio que entre 2016 y 2022 no exportó ni una sola tonelada a España y que durante los dos últimos años -2023 y 2024- apenas alcanzó las 127.000 toneladas.
El presidente de EEUU, Donald Trump, sabe que hay países, como España, que están comprando indirectamente el petróleo a Moscú pese a que está prohibido en la Unión Europea desde 2022. Aunque no es el único país miembro que lo hace. «No están haciendo su trabajo. La OTAN tiene que unirse. Europa tiene que unirse. Miren, Europa es mi amiga, pero están comprando petróleo a Rusia. No quiero que sigan comprando petróleo a Moscú. Nosotros no compramos petróleo a Rusia y ellos compran mucho petróleo a Rusia», aseguró Trump hace unos días.
España es un país que consume principalmente diésel. Hasta ahora, Países Bajos ha sido un histórico socio en la venta de diésel a España. De hecho, el pasado año exportaron hacia la Península 1,8 millones de toneladas de diésel, siendo su récord histórico. Sin embargo, este año apenas supera al misterioso nuevo socio de España, Singapur, por 1.000 toneladas (desde enero a julio han vendido 616.000 toneladas). Por encima de Países Bajos solo está Italia, que ha exportado hasta ahora 957.000 toneladas.
Hay tres países subrayados en rojo por Estados Unidos por servir de trampolín para que el Kremlin cuele su petróleo en la Unión Europea. Estos son Turquía, Marruecos y Singapur. Según las estadísticas oficiales, los dos primeros territorios han cesado de enviar diésel a España. Turquía -tras erigirse sorprendentemente en 2024 y 2023 como uno de los grandes exportadores de diésel (llegando a las 439.000 y 272.000 toneladas respectivamente)- ha reducido drásticamente sus exportaciones. No obstante, estas cantidades son inéditas, ya que durante los años previos Turquía apenas exportó toneladas a la Península.
Por otro lado, el reino alauita ha exportado entre enero y julio de este año 174.000 toneladas de diésel. Una cantidad que, si la comparamos con los años previos, es llamativa: dos toneladas en 2024, 75 toneladas en 2023, 10 toneladas en 2022 y tres toneladas en 2021. Un año, este último año, que fue la primera vez que se exportó diésel hacia España desde Marruecos. No obstante, los últimos meses de este año se ha reducido notablemente la exportación de gasoil. Un escenario que no ocurre con Singapur, que en julio alcanzó su segunda cifra más alta.
En el sector petrolero es conocido que se sigue comprando petróleo ruso, pese a que hace casi tres años que se aprobó la prohibición de dicha importación. Se ha denunciado públicamente por parte de las empresas, pero hoy en el sector no es más que un asunto anecdótico.
10.000 millones en gas ruso
Según informó este medio, España está rozando los 10.000 millones de euros en pagos por la compra de gas ruso desde marzo de 2022 (el primer mes completo tras el inicio de la guerra en Ucrania). A diferencia del petróleo, la compra de gas sí está permitida, pero se busca ponerle fin en 2027. Según los datos del think tank europeo CREA (Centre for Research on Energy and Clean Air), en 2025 (desde enero hasta agosto) España ha comprado gas procedente de Rusia por valor de 993 millones de euros. Una cantidad que, sumada a los 8.704 millones de euros que se habían pagado desde principios de 2022 hasta finales de 2024, supone un monto total de 9.697 millones de euros.
Una realidad que se da mientras Bruselas presiona a los países miembros para que insten a sus empresas a romper los contratos de gas con Rusia. El Gobierno español siempre ha tratado de esquivar la presión argumentando que son contratos privados ajenos a su responsabilidad. Asociaciones proucranianas, como Razom We Stand, denuncian que a través de estas compras se está financiando la invasión rusa.