Red Eléctrica dispara un 64% el coste del proyecto que unirá Ceuta con la Península
El retraso en las obras ha causado que el presupuesto pase de 221 millones a 364,9 millones de euros

La presidenta de Red Eléctrica, Beatriz Corredor. | Europa Press
El 21 de abril de 2022, el gestor del sistema, Red Eléctrica, presentó a bombo y platillo –junto con el Gobierno– un proyecto clave para la ciudad de Ceuta: su interconexión con la Península a través de un cable eléctrico. El gestor del sistema lo definió como «un proyecto de país, estratégico y transformador». Sin embargo, el tiempo pasó y el inicio de las obras se fue retrasando hasta que dos años después, el 11 de junio de 2024, se anunció el comienzo.
Un retraso que ha tenido un efecto pernicioso porque el proyecto se ha disparado un 64% con respecto al presupuesto inicial. Según la nueva planificación de transporte hasta 2030 del Ministerio de Transición Ecológica, el coste del proyecto ha pasado de los 221 millones de euros iniciales a los 364,9 millones de euros en 2025. Es decir, un aumento porcentual del 64%. A diferencia de otros proyectos que aparecen en la planificación del transporte eléctrico, en este no se detalla la rentabilidad.
El objetivo, según el Ministerio, es «integrar el sistema eléctrico de Ceuta en el peninsular con objeto de aumentar sustancialmente la seguridad y calidad del suministro eléctrico ceutí. Reducir las necesidades de generación instalada en Ceuta y el impacto de potenciales incidentes en la generación y disminuir los costes globales de generación para el conjunto de los usuarios del sistema eléctrico nacional, así como las emisiones globales de CO2 (dióxido de carbono) nacionales y aumentar la integración de renovables».
De esta forma, se logra conectar un nuevo punto con la Península tras las Islas Baleares (el proyecto Rómulo unió Mallorca con Valencia hace unos años). El coste de este proyecto fue de 420 millones de euros a través de un cable submarino de 240 kilómetros. Un plan que, si se compara al ceutí, resulta más barato porque este, según se detalló en 2021, apenas recorre 58 kilómetros bajo el agua.
Melilla, olvidada
El día del inicio de la obra, Red Eléctrica ocultó el presupuesto. Unos meses antes, en abril de 2024, el Ministerio de Política Territorial había asegurado a través de su ministro, Ángel Víctor Torres, que «la ficha financiera superaba los 300 millones». Poco después, este periódico se puso en contacto con Red Eléctrica para conocer el sobrecoste real del cable que uniría Ceuta con la Península, pero rechazaron hacer comentarios.
Melilla ha sido la gran olvidada de la nueva planificación del transporte eléctrico. Una ciudad autónoma que también tenía la ambición, como Ceuta, de contar con un cable eléctrico que la conectase a la península, sobre todo para poder librarse de la central de fuelóleo que suministra la energía de la ciudad. Sin embargo, la gran mayoría de las formaciones políticas no parecen hacer mucho énfasis en esta cuestión, que permitiría transportar la energía verde que se genera en la península hacia la ciudad africana.
Avanza el tubo africano
Paralelamente a estos pequeños proyectos –o intentos de proyectos–, se prepara en África un colosal plan que pretende unir Nigeria con Marruecos a través de un gasoducto submarino. Según avanza The North Africa Post, recientemente se ha creado una empresa conjunta entre los dos países para gestionar este ambicioso proyecto, valorado en unos 25.000 millones de dólares. Según el mismo medio, la entidad recién constituida supervisará la financiación y la ejecución de esta gigantesca iniciativa de infraestructura, lo que supone el paso de la fase de planificación a la fase operativa.
Según la Oficina Nacional de Hidrocarburos y Minas (Omhym) de Marruecos, este avance «supone un paso importante en la estructuración de la financiación del proyecto y en la preparación para su ejecución». Además, según la misma oficina, «la creación de la nueva empresa conjunta proporciona ahora un marco de gobernanza claro e integrado, basado en una visión técnica y financiera más estructurada».