Los fondos buscan rebajas aprovechando la mala situación de algunos proyectos solares
Los grandes capitales ven la oportunidad de comprar ahora porque estiman que pronto resurgirá esta tecnología

Imagen de archivo de una instalación de energía solar fotovoltaica.
Los fondos de inversión –tanto de Alemania y España como de países árabes– monitorizan el mercado español y lanzan ofertas a la baja para hacerse con proyectos solares comprometidos financieramente. Los grandes capitales están observando cómo muchas empresas, apretadas económicamente, no están devolviendo su deuda, lo que les abre una oportunidad de oro para hacerse con proyectos que en pocos años resurgirán por la futura demanda.
Fuentes del sector energético creen que el negocio de la solar va a sufrir durante los próximos años porque sus nuevos clientes, las baterías y los centros de datos, no se instalarán de forma inminente. Las mismas fuentes señalan que en unos «tres años» subirá de nuevo el apetito por esta tecnología por el aumento de la demanda antes mencionado y el valor de esta tecnología en el mix energético a costa de una energía nuclear en proceso de cierre.
Los equipos internos de los fondos, en un ejercicio de política comparada, han observado cómo lo que está ocurriendo ahora en España –que cuenta precios bajos que llegan al cero durante algunos periodos del día– y falta de desarrollo de sus grandes clientes ya se vivió hace unos años en dos territorios de Estados Unidos en los que hoy la solar está en auge pese a la Administración Trump: California y Texas. Por otro lado, estos próximos meses se esperan en España pequeñas y grandes transacciones en el sector energético relacionadas con las baterías.
El reto al que se enfrentan las compañías que tienen hoy parques solares es la falta de un contrato a medio o largo plazo (conocidos como PPA en el sector) con un cliente, lo que obliga a muchas empresas a vender a mercado. Es un movimiento arriesgado por dos razones. Primero, porque muchas de las horas son muy baratas. y segundo, porque ahora Red Eléctrica está pidiendo modificaciones urgentes para operar el sistema, que afecta directamente a los intereses de las renovables: se busca inyectar la potencia en el sistema con más calma para evitar oscilaciones de tensión.
Este escenario, en el que la generación no sirve para pagar la propia deuda, obliga a muchas compañías a vender sus activos a los fondos, y algunos de ellos por varias decenas de millones por debajo del valor inicial. No obstante, otras empresas sí están encontrando soluciones a esta situación. Según fuentes del sector, algunas energéticas están pasando financiaciones de corto plazo a largo plazo con la predisposición de la banca, que no quiere que se lleven a cabo impagos por unos activos que además son considerados buenos.
Esta realidad se da en un momento de incertidumbre por el apagón que tuvo lugar el pasado 28 de abril, que ha provocado un enfrentamiento sin parangón entre el gestor del sistema, Red Eléctrica, y las energéticas. Todo gira en torno a quién fue el responsable de dicho incidente, lo que va a provocar futuras demandas millonarias por pérdidas. Esto afecta a muchas plantas solares, cuyos clientes exigen lo perdido aquel día por no recibir suministro eléctrico, y que obligan a estas plantas a mirar aguas arriba en busca también del responsable de aquella sobretensión para evitar futuros pagos.
Movimientos por 3.000 millones
Paralelamente a este escenario, los movimientos corporativos no han parado este año, lo que demuestra el interés continuo que existe por esta tecnología. Este periódico contabilizó el número de operaciones corporativas vinculadas a las renovables: superan los 3.000 millones en solo nueve meses. Es un dato que entierra el mito creado en los últimos meses sobre un posible fin de la fiebre verde desatada por los inversores. Una realidad que se debe o bien a la rotación de los activos –tanto eólicos como solares– de una empresa siguiendo una estrategia de desinversión, o bien a la apuesta de las compañías por nuevas plataformas para crecer y aumentar su cartera.
Entre estas operaciones cabe mencionar la compra de plantas fotovoltaicas de 163 megavatios de capacidad por parte de la canadiense Velto Renewables por 1.100 millones de euros a Helia, sociedad participada por Bankinter y Plenium Partners, y la venta del 49% de una cartera eólica y solar de 400 megavatios por parte de Repsol a la firma Schroders Greencoat, gestora especializada en infraestructuras renovables de Schroders Capital, por 580 millones de euros.