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Energía

El 'lobby' energético da un giro radical y pasa de enterrar el petróleo a abrazarlo en dos años

La seguridad del suministro, función que garantizan los combustibles fósiles, se ha erigido como pilar clave en el sector

El ‘lobby’ energético da un giro radical y pasa de enterrar el petróleo a abrazarlo en dos años

Petróleo. | EP

El director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Fatih Birol, declaró en una entrevista en septiembre de 2023 en Financial Times: «Estamos siendo testigos del comienzo del fin de la era de los combustibles fósiles y debemos prepararnos para la siguiente era». Dos años después, la propia agencia reconoce en su informe anual que la demanda de petróleo no alcanza un máximo y que sigue siendo el combustible dominante, y pide inversión por el bien de la seguridad energética.

Hace dos años, la OPEP (la Organización de Países Exportadores de Petróleo), el lobby que choca con la Agencia Internacional de la Energía, criticó la postura de esta última y se desató una batalla entre ambos. Ahora, aprovechando la cumbre del clima en Brasil (COP30), les recuerda su anterior postura y la que tienen actualmente y pide a la agencia «análisis sólidos basados en datos; hechos, no fantasías, e imparcialidad, no ideología».

En la edición más reciente del World Energy Outlook (WEO) 2025 de la AIE, su informe estrella anual —considerado como la fuente más autorizada de análisis y proyecciones sobre la energía a nivel mundial, y a la que están atentos gobiernos, organismos internacionales e inversores— aseguran que en el «escenario de políticas actuales», «la demanda de petróleo y gas no alcanza un máximo hasta 2050, y el petróleo sigue siendo el combustible dominante durante este periodo».

Dubái, en 2023

Hace dos años, la vigésima octava cumbre del clima, celebrada en Dubái (Emiratos Árabes Unidos), llegó precedida de una fuerte polémica. Por primera vez, una compañía petrolera iba a presidir el encuentro: el elegido fue el sultán Ahmed Al Jaber, CEO de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dabi. Lo que comenzó como una anécdota cargada de simbolismo, dada la vocación ambiental de estas cumbres, terminó convirtiéndose en un choque directo entre los defensores de las energías renovables y quienes seguían apostando por el gas y el petróleo.

Hasta entonces, la Agencia Internacional de la Energía (AIE), integrada principalmente por Estados Unidos y la Unión Europea, había mantenido fricciones moderadas con la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que agrupa a grandes productores como Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Nigeria y Kuwait. Esas tensiones se intensificaron aquella semana, tras dos episodios que evidenciaron el pulso entre ambas visiones energéticas.

A falta de una semana para que comenzase la cumbre, la agencia publicó un informe titulado La industria del petróleo y el gas se enfrenta a la hora de la verdad —y a la oportunidad de adaptarse— a medida que avanza la transición hacia energías limpias. Era un mensaje claro que ponía sobre aviso a todas las petroleras, principalmente las de Oriente Próximo.

En el informe se podían leer afirmaciones como esta: «Los productores deben elegir entre contribuir a una crisis climática cada vez más grave o convertirse en parte de la solución adoptando el cambio hacia la energía limpia». Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE, lo elevó aún más: «La industria del petróleo y el gas se enfrenta a un momento de la verdad en la COP28 de Dubái. Con el mundo sufriendo los impactos de una crisis climática que se agrava, seguir como hasta ahora no es ni social ni medioambientalmente responsable».

Un mensaje que el director ejecutivo de la AIE ha modificado drásticamente. El pasado marzo dijo, durante la CERA Week, que es necesario invertir en yacimientos de petróleo y gas para respaldar la seguridad energética mundial. Fue aún más lejos en septiembre, al presentar el informe The Implications of Oil and Gas Field Decline Rates, cuando afirmó que «la ausencia de inversión upstream (exploración y producción) eliminaría cada año del equilibrio del mercado mundial el equivalente a la producción combinada de Brasil y Noruega. La situación significa que la industria tiene que correr mucho más rápido solo para mantenerse en el mismo sitio».

Fuentes del sector energético aseguran a este periódico que el objetivo es «cuadruplicar a nivel global el uso de combustibles renovables en 2035. Ya se han adherido 19 países, entre ellos India, México, Italia… Esto se une al Osaka Call to Action (C2A), cuyo objetivo es incrementar el apoyo a los combustibles renovables para el cumplimiento de los objetivos climáticos de 2050».

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