Las empresas públicas gestionadas por la SEPI perdieron 660 millones en 2024
Correos se dejó 522 millones y Navantia otros 197, generando un agujero que suma más de 2.000 millones desde 2019

Belén Gualda, presidenta de la SEPI; y María Jesús Montero, vicepresidenta primera y ministra de Hacienda. | Europa Press
Las empresas controladas y gestionadas por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) registraron pérdidas por encima de los 660 millones de euros durante el año 2024, según el detalle de las cifras en poder del holding industrial del Estado a las que ha tenido acceso THE OBJECTIVE. Esto supone casi duplicar los 340 millones de desequilibrio de 2024 y está muy por encima de los 321 que ya se perdieron en 2022 y de los 191 de 2021. Es, por tanto, uno de los peores datos del último decenio para el grupo de compañías que depende directamente del Ministerio de Hacienda.
El consejo de administración de la SEPI aprobó esta semana las cuentas anuales correspondientes al ejercicio 2024 en las que reflejó pérdidas de 501 millones de euros para todo el grupo, pese a alcanzar una cifra de negocio récord de 6.355 millones, un 7,5% más que el año anterior. Aunque no dio más detalles, el holding público atribuye estos malos resultados a las provisiones de 428 millones para salidas voluntarias en Correos e indicó que sin este impacto hubiesen tenido beneficios de 76 millones.
El grupo suma los resultados de sus empresas mayoritarias (en las que tiene más de un 50% de participación y entre las que encontramos a Correos, Tragsa, Navantia, Hunosa, Mercasa, Agencia Efe, Cetarsa, Alycesa, Cofivacasa y Sepides) y su porcentaje en los beneficios de compañías en las que posee menos de este 50%, como Telefónica, AENA, Redeia, Indra y Airbus. Estas últimas otorgan importantes beneficios que la SEPI computa como ingresos financieros, los que suele maquillar los resultados operativos de sus gestionadas.
Correos y Navantia
Este último año estas minoritarias aportaron unos 400 millones gracias al tirón del 10% adquirido en Telefónica, lo que en definitiva elevó el resultado sin extraordinarios hasta estos 76 millones. Sin embargo, si se consideran solo las compañías que controla y en las que decide su gestión en su condición de empresa pública, hablamos de un desequilibrio de 660 millones que supera en más de 160 las cifras oficiales difundidas, unos 240 de pérdidas totales si se elimina el impacto de las provisiones de Correos.
Estas importantes pérdidas -que se producen al margen de las circunstancias extraordinarias- se explican por problemas coyunturales, pero además por una gestión pública altamente ineficiente y falta de soluciones para compañías que encadenan desde 2019 un desequilibrio cercano a los 2.300 millones de euros. Un déficit lastrado por sus dos empresas más importantes, Correos y Navantia, que volvieron a registrar importantes desequilibrios y que representan el 60% de todos los ingresos del holding.
En el caso de la sociedad dirigida por Pedro Saura, registró unas pérdidas de 522 millones por el impacto extraordinario de una provisión de 428 para facilitar salidas voluntarias de personal. Sin este movimiento se hubiesen dejado 92 millones, con lo que la compañía postal cierra otro año en números rojos tras acumular más de 1.000 millones de desequilibrio solo desde 2019. Han puesto en marcha un plan de reformas acordado con los sindicatos, pero las sinergias probablemente no se empiecen a notar hasta dentro de un par de años.
Tragsa y Agencia EFE
No le fue mejor a Navantia, la segunda empresa de la SEPI por facturación. La pública cerró su ejercicio fiscal 2024 con unas pérdidas de 196 millones, lo que supone un 64% más que los 122 de un año antes. Un desequilibrio que podría haber sido mucho mayor de no haber activado algunos créditos fiscales. Del mismo modo, sus ventas totales se situaron en los 1.408 millones de euros, una caída del 1,8%.
A estas empresas controladas por la SEPI -cuyos presidentes son nombrados directamente por el Gobierno- hay que sumar la Agencia EFE que se dejó 16 millones de euros durante 2024, y Hunosa, que perdió otros 29 millones; otras dos compañías que acumulan un decenio de sonados desequilibrios financieros, engordando el déficit acumulado por la sociedad pública.
No ha sido el caso de Tragsa, que logró los mejores resultados del holding durante el pasado 2024. La compañía ganó 91 millones de euros tras disparar la facturación hasta los 2.020 millones de euros, superando la cifra de negocio de 2023 en un 17,4%. Este buen desempeño se explica por la gran cantidad de encargos que el sector público ha hecho a esta sociedad, principalmente de proyectos ligados a fondos europeos Next Generation que las privadas no pueden realizar porque -consideran- no salen rentables o los plazos requeridos no son asumibles. Otra de las empresas con beneficios, aunque más reducidos, fue Enusa con 3,6 millones.
Politización de la SEPI
Evidentemente, pueden producirse circunstancias externas para explicar estas pérdidas como la crisis de la covid, la de los componentes, la energética, de los combustibles, la inflación y ahora los aranceles, pero también hay factores internos en sociedades públicas con elevadas plantillas, poca flexibilidad y elevados costes de producción. Compañías que no han hecho transiciones digitales ni han buscado estructuras más ágiles y más dinámicas.
Esto además ha empeorado por la politización de su gestión, que se ha acrecentado desde la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa. Una etapa con nuevos equipos directivos en casi todas estas empresas, presidentes con importantes vínculos con el PSOE y el propio jefe del Gobierno, pero con poca experiencia y lejanos del perfil técnico requerido para los cargos que ocupan, y que han generado importantes limpiezas en cargos medios, con lo que buena parte de los técnicos históricos han tenido que abandonar sus puestos.