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Macroeconomía

Inquietud entre los inversores extranjeros por el «caos generalizado» en España

Los altercados de La Vuelta ciclista y el nuevo colapso de Barajas perjudican aún más la imagen del país en el exterior

Inquietud entre los inversores extranjeros por el «caos generalizado» en España

(i-d) Pedro Sánchez, María Jesús Montero y Yolanda Díaz, en un reciente sesión de control en el Congreso. | Eduardo Parra / Europa Press

Inversores extranjeros, asesores y representantes de fondos con intereses en nuestro país han presenciado con estupefacción los incidentes que provocaron la abrupta finalización de la Vuelta ciclista a España el pasado domingo por las protestas pro-palestinas en las calles de Madrid. Una situación que ha despertado inquietud por el «caos generalizado» que el Gobierno «lleva meses alimentando» y que «con seguridad» influirá en decisiones de inversión a medio o largo plazo, según han indicado a THE OBJECTIVE fuentes de este sector.

En el caso de La Vuelta la preocupación no es tanto por los altercados, algo que puede producirse en cualquier democracia occidental y europea, ni por la escasa previsión de efectivos policiales. Lo que realmente preocupa a los inversores consultados es que estos actos han sido alentados desde el Gobierno de España y por el propio presidente Pedro Sánchez, que horas antes -y este mismo lunes- ha aplaudido las manifestaciones, al igual que todos los miembros de su Ejecutivo.

Desde la confederación de empresarios madrileños, CEIM, han indicado que las declaraciones «de diversos responsables del Gobierno de España suponen una enorme irresponsabilidad, alentando las manifestaciones primero y felicitándose por el éxito de la suspensión después». Por su parte, Madrid Foro Empresarial mostró «su profunda preocupación y rechazo» de los acontecimientos vividos durante el evento deportivo. Una sensación de bloqueo y de descontrol institucional que va a más.

Trenes y aviones

Los inversores consultados advierten de que estamos ante un clima que se ha ido deteriorando durante la legislatura al mismo tiempo que crecen los casos de corrupción cercanos al Gobierno. Caos en la calle; en los transportes; ministros y un presidente poniendo en cuestión la labor de algunos jueces; y familiares y excolaboradores de Sánchez siendo investigados. A ello se suma la pérdida de peso internacional en la OTAN y en las relaciones con Estados Unidos; y un probable tercer año sin presupuestos. No son buenas noticias para la imagen de España en el extranjero y desde luego no ayudan a mejorar el clima inversor. Al contrario, lo empeoran.

El domingo, y a pocos kilómetros de donde irrumpieron las protestas, el aeropuerto de Madrid-Barajas estaba nuevamente colapsado por la huelga del personal de seguridad. Pasajeros haciendo filas durante largas horas y algunos perdiendo sus vuelos, en una imagen que ya se repitió en algunas jornadas durante el verano. España es un país de turismo y los inversores llegan por esta terminal a nuestro país, por lo que este tipo de problemas son sumamente sensibles de cara a nuestra imagen exterior.

Tampoco ayuda el anuncio de Ryanair de la retirada de algunos aeropuertos españoles y de un millón de plazas por la subida de las tasas. Ni la respuesta del Gobierno, criminalizando a la aerolínea y sin disposición de buscar acuerdos. Si a eso se le suma el pésimo verano de los trenes de alta velocidad y que el ministro Óscar Puente dijo que habrá al menos otros tres años de problemas, tenemos un cóctel explosivo de colapso de las infraestructuras y de un país poco fiable para quienes usan sus transportes.

Inversores de EEUU

No obstante, la sensación de «caos generalizado» y de las infraestructuras es menor si se compara con la guerra que ha emprendido el Gobierno contra Estados Unidos y la OTAN a propósito de Gaza. El Ejecutivo se ha puesto delante de la política de Donald Trump, criticando sus movimientos políticos y económicos. Y el presidente de EEUU ya insinuó mayores sanciones comerciales después de que Sánchez se negara a aumentar el gasto en Defensa al 5% del PIB.

Una situación que preocupa a los inversores, porque podría perjudicar la llegada de capitales de EEUU y desequilibrar el ecosistema de inversión. Un país sin el apoyo de la primera economía del mundo, aunque esté dentro de la Unión Europeo, no es seguro para la inversión extranjera, dicen los expertos consultados por este diario. Y esto a la larga podría hacer que muchas empresas borren a nuestras ciudades de sus futuros proyectos.

Presupuestos

Una situación que podría verse empeorada por la imposibilidad del Gobierno de sacar presupuestos por tercer año consecutivo. Si no se logra sacar adelante las cuentas de 2026 seguiríamos con las últimas aprobadas en la legislatura anterior, y con los fondos europeos todavía sin gastar y los ajustes exigidos por Bruselas. Por mucho que el Ejecutivo diga que puede funcionar sin esta herramienta, la realidad es que sin ellos poco se podrá hacer para poner en marcha proyectos de inversión que puedan atraer capital extranjero.

En definitiva, las sensaciones no son buenas y eso podría aumentar la contracción de la inversión extranjera que ya se vivió durante la primera parte del año. Este indicador se desplomó un 45,3% durante el primer trimestre con apenas 4.067 millones de euros, la cifra más baja en cuatro años. Si se compara con 2023, la caída es de 6.219 millones, reflejando un progresivo deterioro en los últimos dos años y pese a que el Gobierno insiste en indicar que España es un destino fiable y atractivo para los inversores.

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