La inversión extranjera en España se desploma un 60% en el primer semestre
Entre enero y junio llegaron 8.476 millones de euros al país, 12.900 menos que igual periodo del año pasado

El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, interviene durante un pleno en el Senado, a 17 de junio de 2025, en Madrid (España). | Europa Press
Batacazo de la inversión extranjera directa (IED) en España. El dato actualizado de la Secretaría de Estado y de Comercio indica que el capital foráneo que llegó al país en el primer semestre del año fue de 8.476 millones de euros, lo que supone en 60,4% menos que lo registrado en igual periodo de 2024. Las turbulencias políticas nacionales sumadas a la incertidumbre económica internacional han pasado factura a un indicador del que el Ejecutivo de Pedro Sánchez suele referirse como el mejor ejemplo del «milagro económico» de su gestión. Un indicador que además puede anticipar un agotamiento financiero.
El cribado realizado por THE OBJECTIVE indica además que estamos ante la cifra semestral más baja en cuatro años y solo superada por los 7.770 millones del primer semestre de 2021. En términos trimestrales la inversión extranjera directa bruta (sin excluir desinversiones) se situó en los 3.993 millones, entre abril y junio un 71% menos que lo registrado en el segundo trimestre de 2024.
En los tres primeros meses del año y -con una serie de casos de corrupción cercando al Ejecutivo– la inversión extranjera directa bruta se redujo en 3.372 millones de euros. Si el dato se compara con el curso 2023, la caída es de 6.219 millones, reflejando un progresivo deterioro, al menos entre los meses de enero y marzo. Es así como se confirman ya dos trimestres con cifras negativas a la espera de que un segundo semestre que tampoco se anticipa demasiado positivo.
Inversión extranjera
Los expertos consultados por este diario advierten que las decisiones de inversión toman meses en materializarse por lo que se ha visto en el primer semestre puede ser el efecto de las políticas contrarias a la inversión que se han venido consolidando en los últimos años. Desde mediados de la legislatura pasada el Ejecutivo se ha dedicado a demonizar a las grandes empresas, ha puesto en marcha gravámenes temporales a las energéticas y a la banca y ha generado un claro clima antiempresarial.
También ha puesto sobre la lupa decisiones de cambiar de sede social como la de Ferrovial o se ha dedicado a intervenir en operaciones empresariales como la opa de BBVA a Sabadell, la compra de Talgo, Indra o Telefónica. También ha puesto en el foco a los inversores en vivienda y ha endurecido los controles para invertir. Y todo ello en un contexto en el que los impuestos a las empresas han aumentado y la legislación laboral se ha endurecido.
Otros informes apuntan a la burocracia y la carga regulatoria, que obstaculizan las licencias y los permisos, así como, la elevada presión fiscal que soportan las empresas en España. También influye nuestra posición rezagada en innovación y digitalización, los retos estructurales aún sin concluir, como la transición digital y ecológica y la sostenibilidad fiscal, y la inestabilidad política que genera incertidumbre entre los inversores. Y todo ello, con los fondos europeos a medio ejecutar.
Países y autonomías
Tampoco ayudan el colapso frecuente de los transportes o el apagón total de abril. Y las soluciones del Ejecutivo, frecuentemente culpando a las empresas de los problemas. En el caso de los transportes a los operadores privados como Ouigo y en el del apagón a todas las eléctricas que utilizan la red como Iberdrola, Endesa o Naturgy. Señales que transmiten al exterior una sensación de que en España las infraestructuras no funcionan.
Por países, Estados Unidos sigue siendo el primer origen inversor con 1.442 millones en el primer semestre, aunque muy lejos de los 6.400 millones que registró en todo 2024. Le sigue Reino Unido con 1.077 millones, a gran distancia de los 12.400 del año pasado; Francia con 867 millones, frente a los 2.681 de hace un curso; México con 733 millones, frente a 1.014; o Alemania con 539 millones, una cuarta parte de los 2.146 de hace un año.
Por comunidad autónoma, Madrid es el principal receptor durante el primer semestre con 4.509 millones, aunque muy lejos de los 26.304 que registró en todo 2024. Un ejemplo de las caídas generalizadas experimentadas en los motores económicos de España. Le sigue Cataluña con 1.189 millones, una cuarta parte de los 5.234 de hace un año; La Rioja con 402 millones (16,2 hace un curso); Cantabria con 370 millones (32,2); País Vasco con 286 millones (1.070); Andalucía con 283 millones (913); o Comunidad Valenciana con 275 millones (1.119).