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Macroeconomía

La SEPI dispara su deuda bancaria hasta los 3.510 millones: debe pagar 730 este año

La situación del ‘holding’ empresarial del Estado se complica sin Presupuestos Generales del Estado

La SEPI dispara su deuda bancaria hasta los 3.510 millones: debe pagar 730 este año

Belén Gualda, presidenta de la SEPI. | Europa Press

La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) disparó su deuda con entidades de crédito hasta los 3.510 millones de euros en 2024, un 5% superior a los 3.359 millones con los que cerró el curso anterior, según las cuentas anuales de la compañía a las que ha tenido acceso THE OBJECTIVE. Un elevado nivel de endeudamiento que se ha disparado en los últimos cursos debido a la serie de inyecciones de capital que debe aportar anualmente el holding industrial del Estado a sus empresas participadas, la mayoría de ellas en números rojos.

Estas cuentas de la SEPI incluyen su desempeño como sociedad individual, no como holding. Por tanto, excluyen la aportación de sus 16 empresas mayoritarias directas, entre las que se incluyen Correos, Navantia y la Agencia EFE; y sus participaciones minoritarias en gigantes como Indra, Telefónica y Redeia. No reflejan la suma de estos ingresos ni de sus beneficios (o pérdidas), pero sí plasman su situación financiera, confirmando que el Ministerio de Hacienda utiliza a esta empresa para equilibrar patrimonios de sus compañías públicas, más que para administrarlas.

Con todo, este año las cuentas de la SEPI se pueden complicar más de lo esperado, ya que el holding debe abonar 730 millones de euros, que se suman a los 1.024 millones que ya pagaron a sus acreedores en 2024. El año pasado tuvo que pagar 56,5 millones en concepto de intereses por esta deuda y comisiones financieras por valor de 130.000 euros. Y todo ello con los Presupuestos Generales del Estado (PGE) congelados y sin previsiones de que en 2026 puedan aflorar unas nuevas cuentas públicas. Una situación extrema que da menos margen de maniobra a la sociedad pública.

Empresas de la SEPI

Esto se traduce además en que se reduce al mínimo el espacio para participar en operaciones de compra de activos en empresas privadas. Este año ya se han comprometido 75 millones para Talgo, pero sin la intervención del Ministerio de Hacienda —como pasó en el caso de Telefónica— se antoja imposible que se lance a nuevas inversiones con sus propios recursos. Recordemos que el Gobierno le inyectó 2.300 millones el primer semestre del año pasado para que pudiese abordar la compra del 10% de la operadora de telecomunicaciones. De lo contrario, no hubiese podido hacerlo.

Por ello, desde entonces la SEPI ha sido mucho más cauta a la hora de participar en operaciones similares. Este diario publicó las reticencias para entrar en Talgo, movimiento que finalmente se produjo por la intervención directa del presidente del Gobierno y de Moncloa. Tampoco han querido dar un salvavidas a Duro Felguera, descartando aportar más capital o convertir la deuda de la ingeniería asturiana con el fondo de rescate de la covid. Por el contrario, presionaron in extremis a sus socios mexicanos, que finalmente inyectaron más capital.

La SEPI sabe que su situación es compleja y que —sin Presupuestos— todos sus esfuerzos deben centrarse en mantener los salvavidas financieros a las empresas que forman parte del holding. Compañías con muchas urgencias que aumentan año tras año. En 2024 la sociedad otorgó préstamos por valor de 560 millones a Navantia, una de sus joyas de la corona junto con Correos, las que más facturan y las que más empleo generan. De este montante, 344,5 millones fueron para sustituir un préstamo con vencimiento en el pasado ejercicio. El saldo total de créditos con el astillero público asciende a 2.049 millones.

Margen de maniobra

Este mismo año se dotó a la Agencia EFE de 21,1 millones y a finales de diciembre se aprobó un nuevo préstamo de 23,6 millones para el medio de comunicación, a pagar este 2025. El objetivo es restablecer su equilibrio patrimonial condicionado por la ley que excluye las cuentas de la pandemia como condicionante para forzar una quiebra. Por su parte, el fabricante de componentes nucleares, ENSA, recibió 3,5 millones «por conversión del saldo vivo de todos sus contratos de financiación con SEPI, para la realización de proyectos tecnológicos de desarrollo industrial».

Frente a esta situación, el único margen de maniobra de la SEPI es mantener la autorización que le dan los PGE prorrogados de incrementar en 320 millones sus operaciones de crédito. Al amparo de esta autorización se contrataron operaciones financieras que incrementaron el endeudamiento en 150 millones en 2024. De esta manera, la refinanciación de la deuda —que es lo que tendrán que hacer también en 2025— elevó el montante total hasta los 1.175 millones desde los vencimientos del año pasado equivalentes a 1.025 millones.

Las operaciones contratadas en 2024 fueron once préstamos bilaterales con entidades financieras por un importe total de 950 millones y un plazo entre tres y cinco años, y siete en forma de líneas de crédito por un importe total de 225 millones y un plazo de un año. El calendario de pagos indica que tienen que abonar 310 millones en 2026 y otros 945 millones en 2027, aunque lo más probable es que se terminen renegociando estos montantes.

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