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Macroeconomía

Fainé reivindica el papel de los directivos en la gestión ante la arremetida de la tecnología

El presidente del CEDE clausuró el XXIV Congreso de Directivos en Zaragoza ante unos 1.600 participantes

Fainé reivindica el papel de los directivos en la gestión ante la arremetida de la tecnología

Isidro Fainé en La clausura del XXIV Congreso de Directivos CEDE | CEDE

El presidente de la Fundación CEDE, de la Fundación La Caixa y de Criteria, Isidro Fainé, ha reividicado este jueves el papel de los directivos en la gestión de las empresas ante la arremetida de las nuevas tecnologías y de la Inteligencia Artificial (IA). En la clausura del XXIV Congreso de Directivos CEDE -y ante unos 1.600 participantes- ha indicado que el futuro de las compañías «no lo determinarán ni las máquinas, ni los mercados, ni las regulaciones, sino que dependerá de nuestra capacidad humana para pensar, y obrar con sentido, con sabiduría, con propósito, y poniendo el alma».

Fainé comenzó su intervención indicando que vivimos tiempos intensos, cambiantes y muy exigentes. Y que la mayoría de los retos, y también de las oportunidades, surgen a partir de grandes fuerzas globales, como el proceso de la integración europea, las crecientes desigualdades sociales y la polarización política, los conflictos geopolíticos internacionales, el cambio climático, la transición demográfica, y, por supuesto, la revolución tecnológica.

Ha indicado que todas estas megatendencias inciden de manera directa en el modo como gestionamos nuestras empresas y ejercemos la función directiva, ya que repercuten sobre la estrategia, las cadenas de suministro, la gestión del talento, la cultura organizativa y otros muchos elementos de la vida de las empresas. «Dirigir una empresa hoy exige estar dispuesto a moverse entre la incertidumbre y las oportunidades, saber anticiparse a los cambios del mercado, manteniendo siempre la confianza en nuestras capacidades», ha señalado.

Líderes empresariales

De esta manera, ha dicho que los cambios del entorno están transformando las relaciones económicas y sociales, y también la escala de valores en nuestras sociedades occidentales. «Hoy se espera de los líderes empresariales, no solo eficiencia, sino también ejemplaridad y compromiso social. La legitimidad del liderazgo empresarial se construye cada vez más desde su utilidad social». Es por ello que ha agregado que para conseguir un futuro mejor, el papel del empresario y del directivo «sigue siendo del todo esencial», con el apoyo de las políticas públicas.

Ha pedido poner a las personas en el centro de la función directiva «porque en este mundo cada vez más tecnológico y automatizado, es imprescindible no olvidar que lo esencial son las personas». «El líder emocionalmente inteligente actúa con conciencia, sensibilidad y visión de largo plazo. Liderar no consiste en imponer, sino en proponer, escuchar, convencer y servir. Para liderar en positivo se necesita abrir el corazón, cultivar buenos hábitos en las relaciones con todos, y desarrollar la habilidad de inspirar y guiar al equipo. El liderazgo no es una posición de dominio, sino una actitud de servicio».

Ha pedido además anticiparse al mercado sin perder el sentido social de la empresa. «Vivimos una época de grandes transformaciones tecnológicas, económicas y sociales. El cambio es constante, y la velocidad con que se produce nos obliga a estar en adaptación permanente. Por tanto, la planificación estratégica es imprescindible, pero solo será eficaz si va acompañada de flexibilidad, rapidez de respuesta y visión integral».

Fainé y el CEDE

Es por ello que ha reforzado la idea de que se debe dirigir una empresa con una mirada amplia que integre lo económico, lo tecnológico, lo humanista y lo social. «Nuestras acciones y decisiones deben estar guiadas por valores humanistas y sociales. La coherencia entre los valores personales del directivo y los de la empresa debe ser visible, genuina y sincera. Y en paralelo, el compromiso o adhesión con el propósito social de la empresa debe ser explícito».

Y ha concluido indicado que el CEDE tiene la ambición de contribuir a que las empresas españolas sigan siendo motores del progreso, y vectores de la cohesión social. «Aspiramos a ser líderes que tratan a las personas con respeto, que generan confianza, que construyen y motivan equipos diversos, que piensan en el largo plazo sin dejar de actuar en el corto, que deciden con responsabilidad y rigor, que reconocen sus errores y siguen adelante, y que inspiran a sus equipos para anticiparse al mercado, innovando y sirviendo cada día mejor a los clientes».

XXIV edición

El XXIV Congreso de Directivos CEDE se está desarrollando este jueves en Zaragoza reuniendo a unos 2.200 líderes, directivos y empresarios del ámbito nacional e internacional. Con el lema «Europa: del diagnóstico a la acción», en esta oportunidad se pone el foco en el papel que nuestro continente debe desempeñar en el nuevo escenario global. Es así como el debate gira en torno a los desafíos a los que se enfrenta la Unión Europea y las reformas necesarias para mantener su liderazgo económico, político y social.

La Fundación CEDE, presidida por Isidro Fainé, integra a 40 asociaciones que representan a más de 170.000 directivos. Su objetivo es colaborar con los directivos para intercambiar experiencias y técnicas de gestión que contribuyan al progreso de sus empresas y a la economía del país. La Fundación CEDE realiza con sus entidades asociadas más de 3.258 actividades a lo largo del año, destacando entre ellas los desayunos de trabajo, liderandos, eventos para jóvenes y programas de liderazgo en las que han participado importantes personalidades del ámbito económico y empresarial.

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