Así fue la reunión de Moncloa que certificó el fin de Pallete y el asalto del Gobierno a Telefónica
La salida del directivo se venía fraguando desde hace meses, pero no se cerró hasta esta misma semana

Alejandra Svriz
Doce del mediodía del viernes 17 de enero. José María Álvarez Pallete es convocado a una reunión de urgencia en La Moncloa a las 17.30 horas. Sospechosamente, es la hora de cierre de los mercados. Ninguna buena noticia sobre empresas se comunica por parte del Gobierno fuera de las horas de cotización de la bolsa. El todavía presidente de Telefónica se temía lo peor. Quien le convocó a la cita le pidió máxima discreción y que no revelara a nadie sus movimientos. Era el comienzo del fin.
Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE confirman que en la reunión Pallete se encontró con los representantes del Gobierno y los otros dos mayores accionistas de Telefónica: Criteria, con un 9,9%, y Saudi Telecom, a punto de canjear sus derivados para llegar al mismo porcentaje accionarial. La voz cantante del encuentro la llevó Manuel de la Rocha, máximo asesor en temas económicos de Pedro Sánchez, con la presencia de los máximos gestores de los otros dos socios, incluido el consejero delegado de Criteria, Ángel Simón. Nadie de la SEPI estuvo en la reunión.
En el encuentro no se dieron mayores explicaciones, se hizo un escueto relato de la realidad de la compañía y se le pidió que renunciara a su cargo. Se le transmitió que su salida debía ser rápida y se le dio hasta finales de mes para presentar su dimisión en el consejo de administración que correspondía a enero. Pallete -que intuía hace semanas que se le buscaba sustituto– indicó que no tenía ningún problema en abandonar el cargo, pero que si era la voluntad de los accionistas, prefería salir lo antes posible, incluso al día siguiente si se lograba convocar a todo el consejo. Y se marchó.
La salida de José María Álvarez-Pallete
Por sorprendente que parezca, la salida de José María Álvarez-Pallete después de nueve años en la presidencia de Telefónica y 25 en la operadora se le comunicó cuando ya se tenía a su sustituto -los tres principales accionistas ya lo habían acordado- y sin darle margen de reacción, ni escuchar su opinión sobre la apertura de un proceso de sucesión. La decisión estaba tomada cuando se le convocó a Moncloa y además se hizo a una hora en que no pudiese filtrar la información en plena cotización de la compañía.
Lógicamente la respuesta de Pallete aceleró los acontecimientos. A primera hora de la mañana del sábado se publicó en El Confidencial que el Gobierno preparaba el relevo y horas después la SEPI movió ficha filtrando que se proponía a Marc Murtra como nuevo presidente de Telefónica. A partir de entonces se activaron todas las alarmas y desde Telefónica se citó con carácter de urgencia a todos los consejeros para realizar una reunión exprés en la que se certificara la salida del presidente ejecutivo.
Finalmente, a primera hora de la tarde se logró reunir a todo el consejo y por espacio de poco más de una hora (cerca de las 18 horas) se cerró la votación en la que se designó a Murtra. Antes, Pallete agradeció a la compañía sus años de servicio y dijo a los vocales que él no sería un obstáculo y que, pese a que consideraba que podía seguir liderando Telefónica, estaba dispuesto a dar un paso al lado si los accionistas así lo querían.
Los planes de Moncloa
Los consejeros tenían la orden de los tres mayores accionistas de votar la salida de Pallete, como así finalmente se produjo. Tras votarse el recambio por al menos doce de los trece vocales -excluyendo al todavía presidente- se procedió a designar al hasta ahora presidente de Indra. Las últimas palabras del directivo saliente fueron de agradecimiento y felicitaciones al nuevo nombramiento.
Las fuentes consultadas por TO indican que la salida del directivo llevaba meses fraguándose en Moncloa, ya que la idea del Gobierno era controlar Telefónica sin cortapisas y con un hombre de plena confianza que estuviese dispuesto a seguir sin fisuras la hoja de ruta del Ejecutivo para la compañía. Y Pallete no estaba dispuesto. Sin embargo, todo se fue retrasando a la espera de que STC tuviese la aprobación del Consejo de Ministros y fuese el tercer accionista de facto, además de convencer a Criteria de que había que respaldar el cambio.
Un movimiento que tomó algunas semanas más hasta que finalmente se acordó forzar la salida de Pallete. Como ya ha contado este diario, el brazo inversor de la Fundación La Caixa tardó algo más en dar el plácet, hasta asegurarse de que la designación de un hombre del PSC y muy cercano al Gobierno no complicara la gobernanza de la operadora y que se plegase a una gestión técnica y no política. Las promesas de Moncloa son precisamente no interferir en la gestión diaria, aunque en el sector se considera que es difícil que Sánchez y su equipo, liderado por Manuel de la Rocha, no intenten influir en el directivo que acaban de designar.