El gran desafío de la Telefónica de Murtra: ganar tamaño sin perder la disciplina financiera
La operadora quiere ganar tamaño mirando de reojo al mercado y al estricto marco regulatorio de Bruselas

Marc Murtra, presidente de Telefónica . | Kike Rincón / Europa Press
¿Qué se puede esperar del plan estratégico de Telefónica? La operadora presentará el 4 de noviembre las líneas generales de su hoja de ruta en el primer gran examen de su presidente, Marc Murtra. Un proyecto que -según analistas consultados por THE OBJECTIVE– se basará en tres pilares fundamentales: crecimiento con racionalidad, operaciones con riesgos calculados y centrado en Europa; pero que se enfrentará a una serie de desafíos como un entorno regulatorio hostil, el severo escrutinio de los mercados y el reto de ganar tamaño manteniendo la disciplina financiera.
No será fácil, ya que el mercado ha sido extremadamente duro con la compañía en los últimos diez años, con una caída acumulada en bolsa de más del 60%, y ha penalizado precisamente su parálisis ante la revolución tecnológica en medio de un entorno cambiante, cada vez más competitivo y -desde hace un lustro- afectado por una serie de desafíos geoestratégicos. Pero que también ha premiado los esfuerzos de su antecesor, José María Álvarez-Pallete, por reducir la deuda desde los 50.000 millones de la era de César Alierta hasta los 27.000 millones actuales.
Lo que está claro es que estamos ante un nuevo entorno en el que Europa necesita a sus compañías digitales para reforzar su autonomía estratégica y en el que es necesario hacer frente a los gigantes de EEUU y de China. En este sentido, el propio Murtra ha dicho que apostará por ganar tamaño y que analizarán oportunidades más allá del crecimiento orgánico. Quiere huir de la parálisis y apostar por riesgos que sitúen a Telefónica como uno de los cuatro grandes gigantes del sector en Europa junto con Orange en Francia, Deutsche Telekom en Alemania y British Telecom en Reino Unido. El big four de las telecos en torno al que se deberían pilotar las grandes consolidaciones en el continente.
«Riesgos controlados»
En la presentación de resultados anuales su primer mensaje como presidente ejecutivo fue que querían ser protagonistas de las fusiones en Europa y el segundo -pocas semanas después tras la Junta de Accionistas- es que había que crecer primero en los mercados locales para posteriormente dar el salto continental. Pero hacer crecer a Telefónica no es fácil. El equipo de Murtra es consciente de que no se puede adquirir cualquier empresa ni hacer una expansión descontrolada, ya no solo por no romper la caja ni aumentar el endeudamiento, sino que simplemente por lógica comercial e industrial.
En Telefónica se habla de «riesgos controlados», es decir invertir en operaciones exclusivamente rentables que puedan generar sinergias y valor y que aporten a la cuenta de resultados. Y en Europa, el foco del plan, no hay demasiadas opciones. En España está Vodafone y Digi, en Alemania el primer candidato sería 1&1 y en Reino Unido la gran opción es adquirir el 50% que no controla de Virgin O2. Operaciones que irían desde los 3.000 a 4.000 millones en el caso de la operadora de Zegona hasta los 25.000, sin deuda, que podría significar la adquisición de la parte de Liberty que no controlan en el mercado británico.
Por ello la operadora insiste en que cada operación se analizará al detalle y que no se harán inversiones más allá de lo que sea realmente rentable. Se harán, y quizás en un plazo más breve de lo que espera el mercado, pero siempre con racionalidad financiera e industrial. Esta misma semana, Murtra intervino en un foro organizado por el Financial Times en Bruselas y volvió a repetir que el objetivo era ganar tamaño y que para ello -además de consolidaciones- existen otras opciones de inversión como la simplificación de la estructura (la venta de inmuebles); o la propia ciberseguridad, para minimizar los riesgos ante potenciales ataques externos. También se abre la puerta a compras selectivas en este sector y en el de la inteligencia artificial (IA).
Orange y MásMóvil
Telefónica ya tiene las redes. Una de las mayores de fibra óptica de toda Europa, pero necesita ganar escala, lo suficiente como para poder invertir en nuevos desarrollos y en despliegues de tecnología (como la IA) para seguir la estela de los Amazon, los Google o los China Telecom. Si Europa quiere autonomía estratégica, va a tener que generar tecnologías a base de fusiones, crecimiento, sinergias e impulso a la conectividad a través de la tecnología. Un escenario en el que Murtra quiere que la operadora española sea un claro actor principal, no secundario.
Aunque tendrá que enfrentarse a un entorno regulatorio hostil. La Comisión Europea sigue sin abrir la mano en las fusiones del sector de telecomunicaciones pese a que las operadoras llevan años pidiendo mejores condiciones. La última fusión de Orange con MásMóvil -tras dos años de tramitación- sacó lo peor de la burocracia comunitaria, arrojando condiciones draconianas para conseguir su autorización. Y ni Telefónica ni ninguna de sus homólogas quiere vivir una situación similar. Hay coincidencia respecto a que el Informe Draghi es la hoja de ruta a seguir y que hay que consolidar actores fuertes para que puedan tomar sobre sus espaldas el desafío de la autonomía estratégica y de la inversión en la UE, pero -hoy por hoy- en Bruselas nadie está moviendo ficha para facilitarlo.
Marc Murtra es un directivo que viene del mundo de las finanzas, británico de nacimiento conoce el funcionamiento de la City de Londres como pocos y sabe que no se puede emprender un plan de crecimiento sin medir exhaustivamente cada paso. Es consciente también, y así lo demostró en Indra, de que hay que preservar el valor del accionista, los objetivos industriales y la disciplina financiera. Y para ello se ha rodeado de un equipo de gestores. Designó como consejero delegado a Emilio Gayo, quien consiguió que la filial española -la joya de la corona- resistiera la guerra comercial y mantuviese el crecimiento de manera consistente durante el último lustro. Y fichó a Borja Ochoa como responsable en España. Un directivo en la línea de Murtra, conocedor del mundo tecnológico, pero administrador antes que nada.
Ventas en Latinoamérica
Murtra es un gestor y así lo demostró en su primera gran decisión, nada más aterrizar en febrero en Telefónica. Aceleró la salida de la compañía de Latinoamérica, un lastre para las cuentas por la inestabilidad de sus mercados y por las fluctuaciones de los tipos de cambio. Y lo hizo en tiempo récord. Desde 2021 se habían explorado sin éxito opciones de salida, pero en menos de cuatro meses se confirmó la marcha de Argentina, Perú y Colombia, por unos 2.000 millones de euros. Y se espera que pronto lo haga en Chile.
Además, ha logrado recuperar la confianza de los mercados. Desde que tomó las riendas de Telefónica en febrero, las acciones llegaron a subir un 22% hasta los 4,50 euros, el récord desde mediados de 2022. Ahora rondan los 4,30, con una mejora de poco más del 10%. El mercado premia que la compañía quiera ser protagonista, pero también están a la espera de lo que pueda ofrecer el plan estratégico y -en especial- las operaciones que se comiencen a desplegar a partir de 2026. Hay analistas que creen que la bolsa ya le ha dado a Murtra su voto de confianza, pero que ahora toca presentar una hoja de ruta que cumpla con las expectativas.
Deuda de Telefónica
Y esto pasa por ofrecer un plan con riesgos calculados, con operaciones interesantes y rentables sobre la mesa, pero que no pongan en peligro las finanzas de la compañía. Telefónica tiene una ratio de endeudamiento sobre ebitda de 2,75 veces y una caja de 6.000 millones, pero con problemas para incrementar su flujo de caja libre. Esto supone que para emprender fusiones tendría que recurrir a la financiación bancaria e incluso apuntar a otras opciones como una ampliación de capital, si el desembolso es superior a los 5.000 millones de euros.
Con el actual nivel crediticio, se conseguirían buenas condiciones en el mercado. De ahí la importancia de medir cada uno de los pasos que se den de ahora en adelante. Porque el objetivo detrás de todo es generar valor para el accionista. Si Telefónica crece, sus ingresos también lo harán y la percepción en el mercado será mejor y -en definitiva- subirá la acción. No se trata de que se dispare de manera irregular, pero sí una mejora sostenida y progresiva que le permita acercarse a las valoraciones de las grandes telecos del continente: las big four con las que quiere compartir mesa.