The Objective
Telecomunicaciones

Cataluña ultima su independencia digital de España

La nueva red pública catalana busca conseguir la soberanía digital y la desconexión total del sistema español

Cataluña ultima su independencia digital de España

Salvador Illa y Pedro Sánchez. | EP

Cataluña ultima su independencia digital gracias a la pequeña tecnológica local, Sirt Connecta, y la china Huawei, las mejor valoradas por el concurso lanzado para construir XCAT. Un proyecto con el que la Generalitat prepara su mayor salto tecnológico en décadas y con el que tiene como principal objetivo desconectar definitivamente del resto de redes de país, estar ajena de las grandes operadoras –Telefónica, MasOrange y Vodafone– y no compartir los datos de los usuarios de sus servicios públicos con Madrid, según ha confirmado THE OBJECTIVE.

Y es que XCAT es mucho más que una red pública de fibra óptica destinada a conectar más de 5.400 sedes institucionales, abarcando desde los Mossos d’Esquadra hasta hospitales, juzgados y escuelas: es el instrumento de una independencia digital que Cataluña lleva años dibujando. La Generalitat quiere su propia infraestructura, una red soberana, capaz de transportar datos y decisiones sin depender de Telefónica, Vodafone ni Orange. Es, en esencia, independencia digital por fibra óptica: una república de datos, tendida con cable.

Para ello se ha dotado de un presupuesto récord, nada menos que 127 millones, el doble de lo que factura Sirt, la mejor valorada en el concurso por delante de las históricas telecos por parte del Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (CTTI), el organismo de la Generalitat encargado de las telecomunicaciones públicas. Es verdad que aún hay que abrir las ofertas económicas, pero todo indica que la pequeña consultora tecnológica, sin ninguna experiencia en redes digitales –pero con apoyo de Huawei– será la adjudicataria del proyecto.

Desconexión de Cataluña

Pero XCAT viene de lejos. Es la culminación de intereses marcados desde hace décadas por la Generalitat y que pasan por conseguir la soberanía tecnológica, la autonomía operativa y control de su información institucional. Recupera el espíritu de la Xarxa Oberta de Catalunya, la red pública lanzada en 2010 como embrión de una infraestructura neutra. Aquella iniciativa fue el primer intento de emancipación tecnológica con una red abierta y mayorista que conectaba 700 sedes. 15 años después, XCAT multiplica por siete el alcance y refuerza el propósito original: una red catalana, de titularidad pública y gestión local.

Con XCAT, Cataluña no solo tendrá su propia red, sino que también podrá controlarla, gestionarla… y desconectarla. No es casual que esta decisión signifique en la práctica sustituir a Telefónica como proveedor de la Administración, cortando el último cordón umbilical digital que une al Govern con Madrid. Con una red propia, pretende reducir costes estructurales y asegurar el control de sus comunicaciones críticas, desde los datos sanitarios hasta los sistemas policiales. Pero la idea es emanciparse digitalmente, no solo de los grandes operadores españoles, sino también de los marcos regulatorios que limitan su autonomía tecnológica.

De esta manera, XCAT no es solo un proyecto de ingeniería y redes, es la materialización de una declaración de principios. La Generalitat quiere conectar 5.400 sedes públicas, incluidas 78 comisarías de Mossos, 100 juzgados, 180 parques de bomberos, 812 hospitales y 2.381 centros educativos. El objetivo final es tener, en 2031, una red pública catalana independiente que garantice soberanía digital completa. «Una república de fibra óptica», dicen las telecos españolas. «Una necesidad estratégica» indican en el CTTI.

Participación del Huawei

Una filosofía que comparte la favorecida Sirt y que es el eje de actuaciones de la asociación GrausTIC, entidad presidida por Josep-Ramon Ferrer, director de innovación de Sirt. El directivo ha indicado en varias ocasiones que la soberanía tecnológica es «la libertad de crear valor y reducir dependencias de gigantes extranjeros». Precisamente la entidad trabaja sobre esta filosofía casi desde su fundación en 2016 y realiza diferentes actos para reforzar esta idea.

La gran paradoja es la elección de Huawei como proveedor tecnológico, empresa duramente cuestionada por la Unión Europea, precisamente por los contratos que mantiene España con el operador, y que, a juicio de Bruselas, pone en peligro la soberanía estratégica del continente. Cataluña busca independencia frente a España mientras se ata a la tecnología china, con la excusa de la desconexión digital.

De hecho, el propio responsable del CTTI catalán, Demetri Rico, fue alto directivo de Huawei hasta 2022, lo que añade combustible político al debate. Con todo, más allá de las polémicas, XCAT marca una inflexión: el soberanismo catalán entra en la era de los datos. La independencia ya no se vota: se cablea. Y Cataluña está cerca de tender su primer kilómetro.

Publicidad