Telefónica estudia compras por 11.300 millones: estas son las opciones para financiarlas
El plan estratégico de la operadora prevé la reducción del dividendo en un 28% en el año 2025, hasta los 22 céntimos

El presidente ejecutivo de Telefónica, Marc Murtra. | Albert Gea (Reuters)
Telefónica se prepara para afrontar una de las semanas más decisivas de la última década con la presentación de su nuevo plan estratégico, el primero de su presidente, Marc Murtra, y uno de los que ha generado más expectación en el mercado. La clave de su futuro más inmediato no se jugará en las líneas maestras que presente, sino que lo hará en las operaciones que ahora mismo tiene en marcha con un valor conjunto de 11.300 millones de euros. Y para ellas, el recorte del dividendo que probablemente se anuncie el próximo martes será solo el primer paso.
Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE indican que lo más probable es que no se haga ningún gran anuncio de fusión o adquisición, pero esto no significa que las conversaciones no sigan su marcha, evaluando escenarios y mirando cuidadosamente cada operación. En las últimas dos semanas se han intensificado los rumores de mercado. El 20 de noviembre se conoció que Telefónica estaba valorando la compra de la operadora 1&1 en Alemania, según una información publicada por el diario Handelsblatt.
Sobre la mesa, una adquisición de unos 4.000 millones por el cuarto operador del mercado alemán, pieza clave en un entorno de futuras consolidaciones y que podría acercar a Telefónica al líder histórico Deutsche Telekom y al segundo en liza, Vodafone. Una de las claves de esta operación es recuperar su contrato mayorista, que históricamente había sido de la operadora española, pero que hace un año pasó a manos de la teleco de origen británico.
Reino Unido
Esta semana el Financial Times publicó que Virgin Media O2, (VMO2) la británica filial al 50% de Telefónica y la estadounidense Liberty Global, está en negociaciones para adquirir Netomnia, el cuarto operador de red de banda ancha del Reino Unido. Una operación valorada en 2.300 millones de euros y que ayudaría a la española a consolidar el mercado de fibra óptica británico y comenzar a ordenar un mercado extremadamente fragmentado. La otra opción es adquirir a Liberty el 50% que no controla, aunque esto elevaría los costes hasta los 15.000 millones, más 25.000 millones de deuda. Algo, a priori, inasumible si se quiere emprender varias operaciones en paralelo.
Los dos movimientos se estudian a medio plazo y pese a que quizás el de Reino Unido está más maduro, parece difícil que se puedan presentar la próxima semana. Algo similar pasa con Vodafone en España. Desde antes del verano, se han comenzado a publicar informaciones respecto de una eventual fusión con Telefónica, que han perdido fuerza en el comienzo de este curso. No obstante, este diario ha confirmado que los acercamientos no se han frenado y que se sigue trabajando en las opciones que se abren con esta integración.
Es la opción preferida del Gobierno (dueño del 10% a través de la SEPI) para convertir a Telefónica en un operador europeo de primer orden, aunque desde el punto de vista regulatorio tiene difícil encaje. En estos momentos, la operación se valoraría en unos 5.000 millones de euros, aunque Zegona no se bajaría de los 10.000 millones, incluyendo deuda. Es difícil, pero se espera que madure con el paso del tiempo.
Dividendo de Telefónica
En cualquier caso, hablamos de compras totales por al menos 11.300 millones, lo que lleva todos los focos del plan estratégico que se presente el próximo martes a la forma en la que se financiará este plan de crecimiento. De entrada, Telefónica tiene un pequeño colchón de 2.000 millones tras el rally de ventas de sus operaciones en Latinoamérica y todavía faltaría desprenderse de Venezuela y Chile, este último en negociaciones.
A ello hay que sumar la reducción del dividendo, que —por lo que se conoce hasta fecha— sería una de las medidas que se presentarán el martes. Se recortará un 28% para 2025, hasta cerca de los 22 céntimos (actualmente estaba en 30 céntimos), lo que permitiría un ahorro de 450 millones. En 2026 la reducción sería algo inferior, por tanto, los ajustes serían de unos 400 millones. En total, menos de 1.000 millones en dos años, bastante menos de lo que esperaba el mercado, que incluso llegó a poner sobre la mesa la suspensión total durante tres años por valor de unos 5.100 millones que terminaran de financiar completamente una de las posibles compras en Alemania o España.
No obstante, reticencias de los accionistas, en especial de Criteria, que históricamente ha puesto como una de sus líneas rojas preservar la remuneración como condición necesaria para mantenerse en Telefónica, han impulsado a que finalmente se opte por una reducción en que la rentabilidad por dividendo se recortará a un 4,8% para este año y en torno al 5,2% para el próximo. Es una fórmula que permitiría mantener los niveles de endeudamiento a raya sin poner en peligro la calificación de investment grade, ni superar las 2,8 veces ebitda de apalancamiento que mantiene actualmente.
Ampliación de capital
Con todo, este montante es insuficiente para cumplir —al menos— con las operaciones que han aparecido en prensa. Esto sugiere que una ampliación de capital por unos 4.000 millones sea la vía más fácil y rápida, ya que no implicaría endeudamiento ni tener que recurrir a la banca. Solo necesitaría del compromiso de los principales socios de sufragar la operación para bloquear la posibilidad —remota— de que nuevos accionistas se cuelen en el capital. Con todo, seguimos hablando de un total que sigue siendo inferior al coste de intentar adquirir 1&1 y Vodafone en España.
Las otras opciones para conseguir financiación son la venta de activos, y aquí hay dos movimientos que se analizan en el mercado. El primero es la entrada de un socio minoritario en Brasil, el mercado más pujante de la compañía fuera de Europa y donde se han generado importantes ingresos en el último lustro; y la creación de una gran Fiberco en España para dar entrada a un fondo o socio financiero que aporte capital y permita monetizar los 32 millones de unidades inmobiliarias de la compañía, una de las redes más grandes del continente.
En el primero de los casos, juega a favor la revalorización del real, que en lo que va de año ha crecido un 16% en relación con el dólar, aunque luego de desplomarse un 30% en 2024. Y en el caso del segundo, el mayor hándicap sería el bajo interés que en el sector de la banca de inversión hay por las Fiberco. Ya lo vivió MasOrange y Vodafone, que tuvieron que reducir sus expectativas con la entrada de GIC y la propia operación de Telefónica y Vodafone, que todavía no resuelve la entrada de su partner un año después de salir al mercado.
Recurrir al mercado
Por último, siempre está la posibilidad de recurrir a la banca. Murtra ha dicho que la disciplina financiera está por encima de todo, lo que sugiere que solo se pondrán en marcha operaciones que garanticen rentabilidad y no hipotequen las cuentas de Telefónica. En estos momentos, la deuda es de 27.000 millones, excluyendo arrendamientos, la mitad de lo que tenía hace una década. Precisamente, la reducción del pasivo fue uno de los grandes logros del anterior presidente, José María Álvarez-Pallete, pero también la causante de una parálisis estratégica que los mercados terminaron penalizando.
En este sentido, el mercado no vería mal que Telefónica se endeudase, siempre que fuese con sentido y en unos parámetros asumibles que no pongan en peligro esta disciplina financiera. A su favor juega su grado de inversión y su bajo apalancamiento, que le permitirían conseguir condiciones más favorables con tasas de interés inferiores a la media del mercado.
