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Telecomunicaciones

Los inversores apuestan por una fusión de Vodafone con MasOrange en vez de Telefónica

La integración de sus redes y la combinación de sus negocios dan más sentido industrial a la operación

Los inversores apuestan por una fusión de Vodafone con MasOrange en vez de Telefónica

Sede de MasOrange en Madrid. | Europa Press

El plan estratégico de Telefónica puso paños fríos a la ola de consolidaciones de la que se ha hablado durante todo el año. Sin embargo, no paran ni los movimientos ni las quinielas sobre las sinergias ni las opciones y rentabilidad que podrían generar estos movimientos. En esta línea, informes de inversores a los que ha tenido acceso THE OBJECTIVE se decantan por una fusión de Vodafone con MasOrange y no con Telefónica. Las razones tienen que ver con una integración con más sentido industrial y un recorrido regulatorio que podría ser un poco menos tortuoso.

Los informes parten de la base de que la fusión de Vodafone con Telefónica en España está sobredimensionada, básicamente porque las posibilidades de concretarse son limitadas en estos momentos. Esta conclusión se basa en el complejo escenario regulatorio que debería abordar en la Comisión Europea, los problemas de integración que tendrían sus redes fijas y móviles y el enorme peso de la compañía resultante en el mercado, con la subida de su facturación conjunta a cerca de 14.000 millones (el doble que MasOrange) y con el 45% del mercado fijo y móvil. Esto obligaría a realizar importantes cesiones.

Hay cierta coincidencia en que una integración entre MasOrange y Vodafone podría tener más sentido industrial. Pero no sería inmediata. Se prevé que la Unión Europea apruebe una nueva directiva de fusiones que flexibilizará las normas antimonopolio en dos o tres años, para cuando la operadora española habría materializado plenamente las sinergias de la fusión de Orange con MásMóvil. Para entonces, Vodafone ya tendría resuelta su estructura de capital y debería estar ganando clientes, según sus propias previsiones.

MasOrange y Vodafone

El análisis indica que ambas compañías tendrían una cuota de mercado muy elevada en abonados (68% en móviles y 50% en fijo), pero similar a la de Telefónica en términos de ingresos por servicios (unos 10.000 millones), lo que resultaría más aceptable para los reguladores y menos delicado políticamente. Es este sentido, los informes a los que ha tenido acceso este diario indican que el modelo a seguir debe ser la adquisición de SFR en Francia en la que los tres principales operadores —Orange, Iliad y Bouygues Telecom— han hecho una oferta de 17.000 millones para repartiese sus activos y clientes.

En el caso español, MasOrange debería actuar como el operador adquirente y ceder cuota de mercado a telecos más pequeñas como podría ser Digi. Hasta ahora se ha indicado que la función de líder de la operación debería ser ejercida por Telefónica, pero en este caso el gran hándicap son sus elevados ingresos y su infraestructura. Es más fácil ceder cartera de clientes y cuota de mercado que infraestructuras o unidades de negocio, que son las que generan el grueso de sus ingresos.

Y las sinergias de estas redes serían mucho mayores en el caso de MasOrange y Vodafone. Actualmente, ambas están altamente integradas, en red fija con la FiberCo Surf con la que quieren cubrir 11,5 millones de hogares y 4,5 millones de clientes en su primer año; y en red móvil con RAN compartida en poblaciones de hasta 175.000 habitantes. Además, sobre la mesa hay un plan de crear una gran NetCo similar a lo que ya hicieron con sus redes de banda ancha. Elementos que permitirían una integración más fluida que la que se daría con Telefónica.

Telefónica y Digi

Por otro lado, en 2028 Vodafone España podría sacar sus emplazamientos de telefonía móvil de la gestión de Vantange Towers con la que han manifestado discrepancias porque Zegona considera muy elevados los precios que les cobra la compañía en manos del grupo británico. Y el principal candidato para quedarse con el contrato es la TowerCo de Orange, Totem.

De esta manera, la conclusión a la que se llega es que la entidad resultante podría mantener las actividades B2B conjuntas y probablemente solo tendría que vender algunas de las marcas de bajo coste a Digi y parte del espectro radioeléctrico. Por su parte, Telefónica no afrontaría riesgos financieros (en momentos en los que intenta mejorar su flujo de caja y reducir su apalancamiento), ni de ejecución, captaría clientes prémium y seguiría beneficiándose de una recuperación del mercado y una reducción de la tasa de abandono (churn).

Telefónica podría además explorar la vía de Digi, mucho menos onerosa, con más sinergias y ya sin trabas de Bruselas. Este diario ya explicó que la primera es su proveedor mayorista en redes móviles, lo que facilitaría la integración técnica. También se podría mantener la marca Digi como enseña independiente, pero con una política de precios más racional y sostenible. No sería una compra para crecer en clientes, sino para garantizar estabilidad y control del mercado. El «market repair» que necesita el sector, profundamente desequilibrado desde la irrupción de MásMóvil y las dinámicas del low cost.

Orange Francia

En cualquier caso, estos informes de inversores dicen que ninguna integración sería inmediata. En el caso de MasOrange, se ha despejado el camino con el anuncio de la compra de Orange del 50% que no controlaba de la operadora española, pero deberá resolver primero la adquisición en Francia de SFR, donde debería desembolsar unos 5.000 millones. Por su parte, en España deberá esperar hasta mediados de 2026 para cerrar la adquisición y tener manos libres para emprender otras eventuales operaciones. En cuanto a precios, nada debería cambiar: los 10.000 millones que pide Zegona seguiría siendo el punto de partida de cualquier negociación.

Otro asunto relevante es el de los tiempos, que en el caso del fondo británico podrían coincidir con Orange Francia. Los bancos de inversión consideran que no será hasta mayo cuando pueda reorganizar su capital tras pagar a Vodafone Reino Unido el préstamo que recibieron para la compra de la operadora española. A partir de entonces tendrán manos libres para decidir su futuro y comenzar a monetizar la compañía. Los analistas creen que tras este movimiento Zegona pasará a valer de los actuales 5.000 millones a 10.000 millones, ya que pagarían deuda y se quitarían de encima la tutela de los británicos. Sería el momento propicio para mover ficha.

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