Los minoritarios de Talgo frenan su recurso contra el veto del Gobierno a los húngaros
Esperan alguna reacción de la compañía ferroviaria, de Ganz-Mavag o incluso del propio Ejecutivo
Los accionistas minoritarios de Talgo, que representan el 50% de la compañía española de fabricación de trenes y a unos 8.000 accionistas, frenan su recurso contra el Gobierno tras la decisión de estos a finales de agosto de vetar la compra del cien por cien del capital de la compañía por parte de un consorcio húngaro. La nueva decisión de los minoritarios llega unas semanas después de que la asociación que los reagrupa anunciase que acudiría a los tribunales «para defenderse de la injerencia del Gobierno».
«El recurso está parado. Se está viendo si se producen movimientos del fondo y de la compañía, o incluso del Gobierno con nuevos posibles compradores», aseguran a THE OBJECTIVE fuentes conocedoras sobre el recurso de los minoritarios. Por otro lado, desde el consorcio húngaro, Ganz-Mavag, existen dudas sobre si presentar también el recurso. Fuentes de la compañía aseguran que sus equipos jurídicos están estudiando estrategias «por si merece la pena», porque «nadie quiere perder un recurso». Mientras tanto, el tiempo -que está limitado a dos meses- se va descontando.
El pasado 27 de agosto, y después de que se conociera el veto del Gobierno a la entrada de los húngaros por Talgo, la asociación principal de accionistas minoritarios en empresas cotizadas aseguró que «impugnarían la ‘ley antiopas’ (una normativa que permite la suspensión de inversiones extranjeras por parte del Ejecutivo) y que además recurrirían judicialmente los actos dictados por el Gobierno y por la Junta de Inversiones Exteriores que no se ajustasen a la ley y que resulten arbitrarios, reclamando los daños producidos a los accionistas». Todo ello ante la jurisdicción española y europea. Para ello, denunciaron que el veto del Gobierno «estaba plagado de irregularidades».
Atado por el Gobierno
Una de las razones por las que surgen dudas -tanto por parte de los húngaros como por parte de los accionistas minoritarios- se debe al argumento de peso con el que cuenta el Gobierno. Según el Ejecutivo, cuentan con informes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) que desaconsejan la entrada de Magyar, por lo que existe optimismo. Así, se remarca que, tratándose de seguridad nacional y formando parte del expediente informes de Inteligencia y del Consejo de Seguridad Nacional, el Supremo acabará tumbando el recurso de los húngaros porque la Sala Tercera tendría que sustituir el criterio de seguridad nacional del CNI por el suyo propio, lo que desborda los límites del control jurisdiccional porque no es un dictamen jurídico.
Además, la única forma que podría desbaratar este devenir judicial que proyectan desde el Ejecutivo, según fuentes conocedoras del caso, es si el alto tribunal apreciase los informes irrazonables o arbitrarios. Una decisión compleja para los jueces precisamente porque el expediente comprende informes de los servicios secretos.
Presión en el Congreso y caída en Bolsa
Hasta ahora, el nombre alternativo a Ganz-Mavag, y que ha sonado de forma continuada en los últimos meses ha sido el de la empresa checa Skoda. Desde el consorcio húngaro -sus principales competidores- aseguraron a este medio que esta compañía no iba a solucionar el problema industrial que tenía Talgo por su falta de recursos. Una afirmación que pareció a priori acertada tras la oferta que lanzaron los checos -y que se hizo pública por la CNMV- donde limitaron su operación a una fusión del negocio eludiendo una opa.
En el Congreso de los Diputados, tanto el Partido Popular (PP) como VOX, presionan al Gobierno para conocer las razones por las que se vetó a Magyar Vagon. Por otro lado, también buscan conocer si existe algún tipo de operación liderada por alguna empresa pública o participada alternativa a la de los húngaros o si tienen conocimiento de que exista una empresa privada interesada.
De momento, el escenario está sumido en la incertidumbre. Hoy la acción de la compañía cotiza a su valor más bajo desde que se conocieron las intenciones de los húngaros en comprarla (a finales del pasado 2023). En el último mes, la cotización ha caído un 16,9%.
El 40% de las acciones de Talgo son del fondo de Luxemburgo Pegaso Transportation SCA (que es el vehículo inversor que usa de forma indirecta el fondo Trilantic en la compañía ferroviaria y donde participa también la histórica familia de la empresa, los Oriol y el empresario Juan Abelló). El segundo máximo accionista es la compañía familiar Torrblas, con el 5%, y por último la cúpula directiva, que tiene un 2,4%. El resto, el 52,5% de las acciones, son free float, capital flotante en manos de particulares o pequeños grupos inversores.