Tensión entre Aena y Puente tras fracasar el plan para impulsar los aeropuertos en España
La empresa pública se decanta por los grandes aeropuertos, mientras que Transportes quiere potenciar los pequeños
El ministro de Transportes, Óscar Puente. | EFE
El Ministerio de Transportes y la empresa pública Aena tensan su relación a raíz de un plan para impulsar los aeropuertos españoles que tienen menos de tres millones de pasajeros anuales. El cometido, un encargo del ministerio, comenzó a trabajarse a finales del pasado año, y durante este año la compañía pública ha lanzado sin éxito varias propuestas para incentivar que las aerolíneas diseñen trayectos hacia los aeropuertos menos demandados.
Sin embargo, el plan de Aena no es atractivo para las aerolíneas porque apenas reduce las tasas aeroportuarias, lo que empuja a estas a evitar esas rutas porque el negocio es poco rentable. Una realidad que parece no incomodar a la empresa controlada en un 51% por el Estado, que ha ganado 1.450 millones de euros en los nueve primeros meses del año y además ha aumentado el valor de su acción más de un 20% en 2024.
El presidente de la compañía, Maurici Lucena (exdiputado del PSC), lleva desde julio de 2018 (toda la era Sánchez) al frente de Aena. Durante su presidencia han pasado tres ministros de Transportes distintos. Lucena tiene clara la hoja de ruta de la empresa para lograr beneficios: si se accede al plan estratégico se observa la intención de que los grandes aeropuertos de este país (como Madrid, Barcelona y Málaga) amplíen las zonas VIP y se conviertan en hubs comerciales. Una realidad que permite a Aena generar fuertes ingresos, porque a través de sus tasas se lleva grandes porcentajes de las ventas que hacen las tiendas en los aeropuertos.
Tirón de orejas de Puente
El pasado lunes 16 de diciembre, por primera vez, el ministro de Transportes, Óscar Puente, lanzó un dardo a Aena. Durante un encuentro en Valladolid, tal y como recoge el Diario de Valladolid, el ministro aseguró que «el plan de Aena de incentivos para las aerolíneas que operan en aeropuertos de menos de tres millones de pasajeros al año no ha conseguido el objetivo esperado, ya que los resultados no están siendo espectaculares, más allá del incremento en alguno».
Una declaración que tuvo su impacto porque Aena es una empresa que reporta al Ministerio de Transportes y que está completamente alineada con sus intereses. No obstante, también es cierto que la compañía pública nutre su músculo financiero a través de dos tasas aeroportuarias que gravan tanto a los comercios como a las aerolíneas, y que en los aeropuertos grandes se incrementan de forma sustancial.
Por un lado, obtiene una media en España de 5,5 euros por cada pasajero que pasa por un aeropuerto, a través de las compras. De hecho, y según informó Expansión, Aena recibe el 54% de las ventas de chocolates y confiterías de un duty free (lugares exentos de impuestos), el 52% de la venta de juguetes, el 28% de accesorios tecnológicos, el 48% del tabaco y el 49% de las bebidas alcohólicas, entre otros. Por otro lado, cuenta con las tasas que carga a las aerolíneas, que pagan 9,5 euros por viajero. El resultado de multiplicar las tasas por los millones de pasajeros y de mercancía vendida en los aeropuertos da la facturación de Aena.
Por eso, la empresa pública mantiene un pulso con el ministro Puente, que busca impulsar los aeropuertos pequeños de todo el país. Una idea que choca con el objetivo de convertir los grandes aeropuertos en nuevas experiencias que se alejen del concepto tradicional de aeropuerto, que el pasajero observa como un mero lugar desde donde tomar un avión. La realidad, mientras tanto, es que hay una cantidad considerable de aeropuertos con un tráfico de pasajeros precario, con la incertidumbre de si a los pasajeros les interesa realmente que un aeropuerto se convierta en un hub comercial.
Incentivos este año
Aunque la compañía pública mantiene unas tasas aeroportuarias elevadas, durante este año ha aprobado algunos cambios. En junio anunció un incentivo para fomentar el tráfico aéreo de mercancías e impulsar la programación de rutas y frecuencias de aeronaves de carga por parte de las compañías aéreas: «Un reembolso en la tarifa media de aterrizaje de cada compañía a las operaciones de llegada que tengan lugar en el periodo de 12 meses considerado respecto a los doce meses anteriores, operadas con aeronaves cargueras de fuselaje ancho (un peso máximo al despegue de más de 191 toneladas)».
El pasado mes de octubre, AENA anunció que ampliaba los incentivos para los aeropuertos regionales que aún no habían recuperado el tráfico anterior a la pandemia. Estos consistían en un 100% de descuento en las prestaciones de seguridad aeroportuaria y de PMR (Pasajero con Movilidad Reducida) a los pasajeros adicionales con respecto a la temporada equivalente del año 2023.
