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Sidenor podría afrontar multas en Talgo de hasta 250 millones por no cumplir contratos

El fabricante necesita un socio ferroviario que le ayude a ejecutar su cartera de pedidos de 4.000 millones de euros

Sidenor podría afrontar multas en Talgo de hasta 250 millones por no cumplir contratos

El dueño de Sidenor, José Antonio Jainaga (a la derecha) | Arnaitz Rubio / Europa Press

La carrera por Talgo se ha decantado en favor de la vasca Sidenor, pero ahora empieza un largo camino para resolver los problemas de producción de la compañía considerada estratégica por el Gobierno. El fabricante ferroviario ya tiene sobre la mesa una multa de Renfe por incumplimiento en la entrega de pedidos por valor de 116 millones, una cifra que se podría elevar hasta los 250 millones, según indican directivos del sector ferroviario a THE OBJECTIVE, si no se cumplen contratos comprometidos con la alemana Deutsche Bahn y la danesa DSB para este año y el próximo.

Este lunes -menos de 72 horas después de que Sidenor y Trilantic alcanzaran un principio de acuerdo para adquirir el 29% de Talgo- la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) anunció movilizaciones y paros en el fabricante ferroviario, ya que estiman que sus salarios se verán mermados en 10 millones de euros para este 2025 debido a la multa de 116 millones de euros impuesta por Renfe por incumplir con los plazos para entregar un pedido de trenes.

Talgo deberá provisionar en sus cuentas de 2024 estos 116 millones lo que acarreará pérdidas e impedirá el cobro de las remuneraciones variables al no cumplirse los objetivos de beneficios establecidos. El fabricante de trenes ha retrasado en más de dos años la entrega de los alta velocidad del modelo Avril (serie 106) a Renfe, y esta multa equivale al 20% del contrato de fabricación de 30 trenes cifrado en 580 millones de euros. En CSIF piden que se retire esta multa porque este retraso se produjo por el parón de la pandemia, el mismo argumento utilizado por la dirección de la compañía.

Contrato con Alemania

El problema es que estas multas podrían repetirse en otros grandes contratos. Según publicó El Economista en verano, la empresa germana Deutsche Bahn (el segundo mayor operador ferroviario de Europa) confirmó que Talgo no cumpliría con los plazos iniciales y no entregaría los trenes encargados hasta 2025, «según la nueva planificación». La española insiste en que cumplirán, aunque en el sector no descartan que puedan producirse más retrasos, lo que indefectiblemente acarrearía una multa como la que ya impuso Renfe.

El contrato alemán tiene dos tramos. En 2019 se firmó el acuerdo para la producción del modelo Talgo 230 con un primer pedido de 23 unidades por 550 millones y en 2023 se amplió a otros 56 trenes hasta un total de los dos pedidos de 1.400 millones de euros. Solo el primer tramo debe cumplirse en 2025 y, si nos atenemos a los contratos habituales en el sector, la penalización rondaría el 20% lo que se traduciría en una multa de unos 110 millones de euros.

En el caso de la danesa DSB, se firmó el contrato en 2020 para ocho trenes del modelo 2030 por otros 134 millones. En abril de 2023 se amplió el contrato para otras ocho unidades por un total de 500 millones. Nuevamente, la entrega más inmediata es la del primer tramo, por lo que la penalización estaría en torno a los 27 millones de euros si es que no cumplen los planes pactados. En total, 253 millones si se suman los 116 de Renfe y los posibles 110 millones de la alemana Deutsche Bahn.

Cartera de 4.000 millones

Las fuentes del sector consultadas por este periódico indican que efectivamente hay un componente de retraso por la pandemia -y la elevada demanda de trenes por la descarbonización del transporte- que generó que los pedidos y la capacidad de producción se desacoplaran, no solo en Talgo, sino en todos fabricantes de todo el continente. No obstante, también advierten de los problemas estructurales de la compañía española, de sus limitaciones de producción y de su imprevisión al firmar muchos más contratos de los que podía asumir en el último lustro.

Los últimos resultados presentados correspondientes al tercer trimestre del año indican que su cartera de pedidos es de 4.000 millones de euros y nadie en el sector cree que puedan cumplirla con su actual nivel de producción. Talgo ahora mismo tiene dos grandes problemas: no tiene suelo para cumplir con sus compromisos comerciales ni un socio industrial lo suficientemente grande para llevarlos a cabo, dicen las fuentes del sector consultadas por este diario.

Y precisamente cubrir esta carencia era uno de los principales objetivos de la búsqueda de un nuevo socio. Un requisito que cumplía la húngara Magyar Vagon, cuya opa fue vetada por Moncloa; y la polaca Pesa, con una oferta bloqueada por las presiones del Gobierno antes de que se presentara. Una condición que no podría llegar a solventar la vasca Sidenor sin otro gran socio industrial que aporte cartera, por la escasa capacidad de producción que ahora mismo tiene la compañía española.

Pesa renuncia a Talgo

La oferta de Sidenor -que se selló el viernes pasado- fue de 4,15 euros por acción en fijo y otros 85 céntimos en variables, cuyas condiciones todavía no se cierran. Una propuesta cercana a los 190 millones que se consiguió gracias a la aportación del fondo público vasco Finkatuz y las fundaciones BBK y Vital. En este consorcio, solo la vasca tiene conocimiento del sector, aunque lejos de la fabricación de trenes: son expertos en producción de aceros largos especiales, pero están lejos de ser ese gran socio industrial del nivel de Magyar Vagon, Pesa o la india Jupiter Wagon.

Siempre con los resultados de 2023, Sidenor facturó 933,9 millones, mientras que el fabricante de trenes ingresó 652 millones, lo que deja claro que Talgo tendrá muy difícil mejorar su producción solo con la ayuda del fabricante vasco. Esto implica que con toda seguridad deberán buscar un socio industrial que le ayude a cumplir con su elevada cartera de pedidos y evitar nuevas penalizaciones que podrían seguir lastrando sus cuentas.

Por su parte, este lunes la polaca Pesa se pronunció por primera vez tras abandonar a última hora la puja por Talgo e indicó que tras un «análisis final y exhaustivo, el cual abarcó tanto factores directamente relacionados con la operación como otros aspectos externos e indirectos, concluyó que la operación no podía materializarse por completo en las circunstancias actuales». No obstante, calificaron a Talgo como un socio de valor y reconocieron que existen oportunidades para que «la colaboración entre Talgo y Pesa continúe en el marco del Memorando de Entendimiento (MoU) firmado en septiembre de 2024». Descartaron realizar una inversión de capital en Talgo como accionista minoritario, pero se mostraron abiertos a «explorar otras formas de cooperación en el futuro».

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