El alto cargo recolocado en ADIF, salpicado también por enchufar al hermano de Koldo
Juan Pablo Villanueva participó en la contratación de Jésica R., que se produjo unos días después

El hermano de Koldo, Joseba García. | Europa Press
El recién nombrado director general de Negocio y Clientes, Juan Pablo Villanueva, participó en 2019 en la contratación del hermano de Koldo, Joseba García, en la empresa pública Ineco. Lo hizo tras un encargo de Adif Alta Velocidad (AV), de la que era director general y por donde pasaban todos los contratos. Este alto cargo -el único superviviente de la revolución del nuevo presidente en la cúpula directiva- también está salpicado por la contratación de Jésica R., la amante del exministro José Luis Ábalos.
Según recoge una resolución de Transparencia analizada por THE OBJECTIVE, el hermano de Koldo García prestó sus servicios en Ineco entre febrero de 2019 y noviembre de 2021. Joseba García, señala en su escrito la empresa pública, tenía un contrato temporal «para los servicios de asistencia técnica de obra para un encargo de ADIF Alta Velocidad». Fuentes oficiales de ADIF han rechazado comentar con este periódico la responsabilidad de Villanueva por esta contratación.
Joseba García entró en Ineco unos días antes de que llegase Jésica. Esta última aseguró en el Tribunal Supremo que durante su estancia laboral en Ineco «trabajaba para Joseba García». Una situación que ha generado cierta incredulidad en la empresa pública ADIF porque -aseguran- «ADIF AV no paga administrativos en sus encargos como medio propio a personal de Ineco».
Trayectoria similar
Por otro lado, a principios de este mes, el hermano de Koldo García declaró en el Tribunal Supremo que no tuvo nada que ver con la contratación de Jésica Rodríguez en Ineco. Además, según sostuvo, la empresa pública impuso su fichaje, pero quiso dejar claro que la pareja del exministro José Luis Ábalos no se encontraba bajo su responsabilidad. Tanto Jésica como el hermano de Koldo siguieron una trayectoria similar en el Ministerio de Transportes: comenzaron en Ineco y prolongaron su estancia en otras empresas vinculadas al Gobierno, Tragsatec y Emfesa.
Hace unos días, este medio informó de que la empresa pública vinculada al Ministerio de Transportes, Emfesa, no iba a renovar el contrato a Joseba García. En Emfesa los empleados ya denunciaron nepotismo por el presunto enchufe de una docena de familiares de sus directivos. La decisión de prescindir del hermano de Koldo García se tomó hace unos días, después de que el afectado se reincorporara a su puesto tras una baja médica de larga duración.
Alto cargo en ADIF
Juan Pablo Villanueva era hasta ahora director general de Construcción y director general de ADIF AV. Dentro de la empresa es conocida la buena relación que mantiene con la que fuera expresidenta de ADIF, Isabel Pardo de Vera, que se encuentra salpicada por el caso Koldo. Según fuentes conocedoras de la situación, se hicieron amigos a partir de 2012, cuando coincidieron como gerentes de área en las obras para la construcción del AVE en Galicia. Unos años después, en 2018, cuando Pardo de Vera fue nombrada presidenta de la empresa pública, elevó a la cúpula de la empresa a Villanueva.
Villanueva está salpicado por un presunto amaño de varios contratos entre los años 2019 y 2021, cuando era director general de Construcción. Estos hechos se remontan a una denuncia en el canal ético de ADIF por directivos y trabajadores de la empresa pública hace unos años. Según los especialistas, la compañía Obras Públicas y Regadíos (OPR) no debió obtener la mejor puntuación técnica en ninguna de las tres licitaciones evaluadas; consideraron que al menos en una de ellas se habría producido «un cambio significativo» en el orden clasificatorio final de las empresas.
Villanueva fue interrogado internamente junto con dos técnicos, y todos negaron los hechos «categóricamente». Finalmente, el ente público dio carpetazo al asunto y concluyó que no existían «indicios de irregularidad» en favor de OPR unos días después de que este periódico informase sobre el caso. Una forma de actuar que ya se observó en otro contrato de 20,4 millones de euros y cuya investigación también la cerró la empresa pública sin apreciar anomalías, pese a que había incluso audios explícitos que señalaban el amaño y las modificaciones de las puntuaciones.