El contrato de Jésica obligaba a ADIF a supervisarla: Pardo de Vera es responsable
El gestor de la red ferroviaria podía verificar si la acompañante de Ábalos cumplía con los requisitos del puesto

La amante del exministro Ábalos, Jésica Rodríguez. | Europa Press
El encargo que hizo ADIF Alta Velocidad (AV) a la empresa Tragsatec para el contrato de personal al que más tarde se adhirió Jésica Rodríguez, la mujer relacionada con el exministro de Transportes, José Luis Ábalos, obligaba a ADIF AV, en su cláusula decimocuarta, a inspeccionar su trabajo.
Según se desprende del encargo, «el lugar de la ejecución de los trabajos tendría que ser las oficinas de ADIF AV (en Madrid) o donde el responsable de ADIF AV estimase, así como los locales e instalaciones donde se debería efectuar los trabajos de control de la obra y siempre bajo las facultades inspectoras de ADIF AV».

Además, ADIF AV contaba con las competencias para verificar si Rodríguez cumplía con los requisitos. De esta forma, según la cláusula octava del encargo, «corresponde exclusivamente a Tragsatec la selección del personal que, reuniendo los requisitos de titulación y experiencia exigidos, en su caso, por las bases técnicas, formará parte del equipo del trabajo adscrito a la ejecución del encargo, sin perjuicio de la verificación por parte de ADIF AV del cumplimiento de aquellos requisitos». El pasado mes de febrero, Jésica Rodríguez reconoció en su declaración ante el Tribunal Supremo que estaba contratada en dos empresas públicas (Ineco y Tragsatec), pero que no iba a trabajar.
El contrato de ADIF AV con Tragsa se refiere a un «servicio de asistencia para el apoyo a la gestión presupuestaria, control sistemático de expedientes administrativos y soporte técnico en ADIF AV para el periodo 2019-2021». El presupuesto de este encargo rozaba los dos millones de euros (1.194.344,02 euros) durante 24 meses con posibilidad de prórroga de dos años más. Fue a este contrato al que se unió Jésica Rodríguez en febrero de 2021, tras su paso por la pública Ineco, hasta septiembre de ese mismo año.
No obstante, fuentes conocedoras señalan que dentro del presupuesto donde se contrata personal en este tipo de encargos «no todos son enchufados, sino que se trata de la minoría». La pública ADIF ha mantenido un perfil discreto desde que se conoció el escándalo de la contratación de Jésica Rodríguez en Ineco y Tragsatec. De hecho, durante aquellos días se mantuvo en silencio, pese a que era la responsable última de los contratos. Sin embargo, hace unos días se ha comenzado a señalar directamente, a través de voces autorizadas, a la empresa de gestión ferroviaria, y en concreto a la expresidenta de la compañía, Isabel Pardo de Vera.
A principios del pasado mes de marzo, Pardo de Vera declaró ante el Tribunal Supremo que la presencia del cabecilla de la trama Koldo, Víctor de Aldama, en la sede del Ministerio de Transportes era habitual. Además, afirmó que lo veía con regularidad en la tercera planta y en la zona restringida de la sede ministerial, pero que dejó de hacerlo cuando preguntó por él al entonces ministro, José Luis Ábalos.
El comisionista Aldama medió para que la empresa de la trama, Soluciones de Gestión, consiguiera adjudicaciones por 60 millones de euros para suministrar material sanitario, 32,5 millones de dos organismos adscritos a Transportes. Sobre esto último, la auditoría que encargó el exministro de Transportes, Óscar Puente, señaló a la antigua cúpula de ADIF (que presidía Pardo de Vera) por contratar con la empresa de la trama contra el criterio de sus técnicos.
Indignación en Tragsa
Mientras se dirimen responsabilidades, Tragsa ha golpeado primero señalando a ADIF AV como la responsable de esta contratación. Durante la comisión de investigación en el Senado sobre el caso Koldo, que indaga los detalles de la contratación de Jésica Rodríguez por parte de Tragsatec, el presidente del grupo Tragsa, Jesús Casas Grande, ha cargado contra dicha contratación. Según él, de confirmarse que Jésica Rodríguez fue enchufada y que efectivamente no trabajó ni una hora en los meses de 2021 que pasó por su empresa, sería «lamentable para España, para la imagen de esta empresa y absolutamente asqueroso».
Casas Grande señaló que se enteró del paso de Jésica Rodríguez por el grupo que él preside «a través de la prensa» y negó conocer a Koldo García. «No me ha llamado nunca jamás, no me he reunido con él», ha señalado, además de transmitir lo mismo sobre el exministro Ábalos. Por último, señaló que tampoco habló de ello con Isabel Pardo de Vera, entonces presidenta de ADIF y que, tal y como se reveló en la comisión del pasado martes, tenía a Jésica Rodríguez en su equipo más cercano de presidencia.