Puente pide a Hacienda que salve 'in extremis' la compra de Talgo por los problemas de Sidenor
Después de tres meses y medio, la operación no está cerrada y el consorcio vasco solo tiene hasta mediados de junio

El ministro de Transportes, Óscar Puente. | Europa Press
Óscar Puente mueve ficha in extremis para desbloquear la compra de Talgo por parte de Sidenor, estancada desde que a mediados de febrero se alcanzara un preacuerdo que -casi cuatro meses después- sigue sin ratificarse. Según ha podido confirmar THE OBJECTIVE con fuentes conocedoras de estos movimientos, el ministro de Transportes ha pedido a Hacienda que apoye económicamente la operación a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) o del Instituto de Crédito Oficial (ICO), para desbloquear un acuerdo que corre el riesgo de descarrilar por la falta de financiación del grupo acerero vasco.
Estas mismas fuentes indican a este diario que ahora mismo la situación es compleja, ya que Sidenor, la cara visible del consorcio que junto con entidades públicas vascas acordó la compra del 29% de Talgo, no tiene los recursos necesarios para afrontar la operación, y que la banca tampoco está dispuesta a dar la financiación necesaria. Según el acuerdo preliminar entre las partes, las condiciones acordadas en febrero solo se respetarán hasta mediados -o como mucho finales- de junio, un plazo que expira en un mes.
Esto supone que si Sidenor no consigue estos recursos en los próximos días, las fuentes consultadas indican que la compra se caerá y todo volverá a la casilla de salida. Esto supone que el operador ferroviario volverá a estar en el mercado y abierto a negociar con otros socios, en especial extranjeros, que son los que se han mostrado más interesados.
Oferta de Sidenor
Y si la compra se cae, el más tocado dentro del Gobierno será Óscar Puente. El ministro lleva meses promocionando una solución española para Talgo, lo que ha llevado a bloquear -con la ayuda del Ministerio de Economía- todas las ofertas extranjeras: la de Magyar Vagon, rechazada en agosto por el escudo antiopas; y la de la polaca Pesa, abortada días antes de presentarse por las presiones políticas. Incluso la de india Jupiter que se interesó, pero nunca llegó a anunciar formalmente sus intenciones.
Tras eliminar de facto a toda la competencia –incluso con ofertas que en el papel eran mucho más atractivas para los accionistas de Talgo- Sidenor llegó a un acuerdo con el fondo Trilantic igualando los cinco euros por acción ofrecidos hace un año por los húngaros de Magyar Vagon, aunque pagaderos en dos tramos: uno fijo de 4,15 euros por acción, y otro variable de 0,85 euros supeditado a la consecución de determinados parámetros futuros que no se hicieron públicos, pero que en todos los casos no se abonará hasta 2029.
Esto obliga al consorcio -que también conforman, además de la empresa de José Antonio Jainaga, el Gobierno Vasco y las Fundaciones Vital y Bilbao Bizkaia Kutxa (BBK)- abonar un primer pago de 153 millones y elevar el desembolso total hasta los 184 millones. De este montante, entre 60 millones y 100 millones deben ser pagados por Sidenor, pero hasta la fecha la banca se resiste a facilitar estos recursos, lo que mantiene paralizada la operación.
Opciones de la SEPI
Desde que se cerrara el acuerdo, la situación de Sidenor ha empeorado por los aranceles que ha impuesto Estados Unidos a la industria europea del acero. Sus últimos resultados publicados (2023) confirman que no pueden comprar Talgo con sus propios recursos, ya que tienen una tesorería de 87 millones, unas reservas de 147 y una deuda de 142. Un margen demasiado escaso para asumir a un operador ferroviario necesitado de proyectos y de músculo industrial para cumplir con una cartera de pedidos de 4.100 millones.
Es en este punto es donde se necesita apoyo y es aquí donde Óscar Puente -que tiene buena parte de su capital político comprometido en esta operación- busca el apoyo del Ministerio de Hacienda. Desde que los húngaros mostraron su interés en comprar Talgo, el ministro se ha resistido frontalmente a cualquier oferta extranjera y ha situado la solución en el marco de las empresas estratégicas españolas y, por tanto, en la conformación de un núcleo de control español. No obstante, más de un año después nada se ha cerrado y nuevamente la única solución posible parece ser la del dinero estatal.
Desde el comienzo de todo este proceso, la SEPI -y más concretamente el Ministerio de Hacienda- se ha negado a participar en alguna operación que implique la compra de un paquete accionarial. Y no parece que la situación actual sea la más propicia. A día de hoy, la cartera de María Jesús Montero sigue siendo reticente a entrar en el fabricante de trenes, pese a las peticiones de Puente, lo que abre la puerta a otras fórmulas de financiación como el ICO. Esta última podría ser un crédito blando a Sidenor y avalado por el Estado. Una solución intermedia, pero útil para desbloquear la situación.
Futuro de Talgo
Con todo, las últimas declaraciones del Gobierno vasco siguen siendo optimistas. Hace cuatro días, el lehendakari Imanol Pradales mostró su confianza en que Sidenor culmine la compra de Talgo en junio, el mismo tiempo que destacó la solvencia de su dueño, José Antonio Jainaga: “Ha dado un paso adelante, arriesgado, pero firme y valiente, y eso hay que agradecerlo públicamente”, indicó. Las fuentes oficiales siguen insistiendo que todo pasa porque Renfe perdone la multa de 116 millones a Talgo, pero la realidad es que el problema es muy diferente.
Y es que incluso si Sidenor logra el dinero para comprar Talgo, al no tener más recursos le será imposible financiar el plan industrial del operador ferroviario. Por ello, en el proyecto de Puente siempre ha preferido que la SEPI sea el socio de referencia, con el músculo suficiente para cumplir con centenares de millones de euros en contratos y realizar alianzas con operadores extranjeros. Ahora, las conversaciones entre ministerios continúan, aunque el tiempo se agota.