The Objective
Transporte

Empresas extranjeras se vuelven a interesar por Talgo ante los retrasos de Sidenor

La entrada de un socio industrial ferroviario parece inevitable si finalmente fracasa la compra del consorcio vasco

Empresas extranjeras se vuelven a interesar por Talgo ante los retrasos de Sidenor

Fachada de la sede de Talgo. | Ricardo Rubio / Europa Press

Empresas industriales extranjeras vigilan de cerca la situación de Talgo a la espera de acontecimientos. Fuentes conocedoras de estos movimientos han confirmado a THE OBJECTIVE que el interés de estos grupos -algunos ya pujaron por el fabricante hace unos meses- sigue vivo y que no descartan intentar la compra del operador ferroviario si fracasa la venta al consorcio vasco liderado por Sidenor. Eso sí, no moverán ficha hasta que se haya abortado completamente este proceso.

Las fuentes consultadas por este diario indican que desde hace más de un mes, consultoras contratadas por grupos industriales extranjeros han contactado con expertos en el mercado ferroviario español y con inversores locales para conocer los avances de la compra de Talgo y por el funcionamiento del sector en general. A esto hay que sumar empresas -que ya manifestaron su interés por el operador- que no han desmontado sus estructuras en España, pese a que sus intentos fracasaron.

Hace casi un año, el grupo húngaro Magyar Vagon presentó una oferta de cinco euros por acción, pagaderos en efectivo, por la totalidad de Talgo, una opa que el Gobierno consideró hostil por las vinculaciones de la compañía con el Ejecutivo de Viktor Orbán y con la Rusia de Putin; pero que fue bienvenida por los accionistas, incluyendo al fondo Trilantic, dueños del 29%. Finalmente, la operación fue bloqueada por el escudo antiopas en agosto, argumentando razones de “seguridad nacional”.

Sidenor y Talgo

Desde el primer momento en el que Magyar Vagon presentó su opa, el Ministerio de Transportes y Óscar Puente señalaron a Talgo como una empresa estratégica -por su posición privilegiada como suministrador de trenes de Renfe y por su tecnología de producción única en Europa- y, por tanto, pusieron sobre la mesa la necesidad conformar un núcleo de control accionarial español. Cerraban así la venta a cualquier compañía hostil, al mismo tiempo que empezaban a buscar a ese socio local o extranjero afín que pudiese adquirir una participación en el fabricante.

Pero las negociaciones fueron infructuosas y al menos hasta finales de 2024 no se encontró la solución de Sidenor, una empresa acerera vasca. Un interés que se produjo en paralelo al de los polacos de Pesa y de la india Jupiter. La primera incluso llegó a anunciar una oferta en firme por todo el grupo -semanas después de la primera propuesta de los españoles-, pero finalmente no se presentó por presiones políticas. En el caso de los indios, nunca llegaron a hablar de condiciones, aunque en sus conversaciones preliminares con el Ejecutivo tampoco percibieron interés en su propuesta.

A comienzos de febrero, sólo se presentó una oferta mejorada de Sidenor, en esta oportunidad de la mano del fondo de inversión del Gobierno vasco, Finkatuz, y las fundaciones de BBK y Vital. Se cerró un acuerdo con Trilantic por un pago total de cinco euros por acción: uno fijo de 4,15 euros y otro variable de 0,85 euros, supeditado a la consecución de parámetros futuros que no se hicieron públicos, pero que no se abonará hasta el año 2029.

Futuro de Talgo

Esto eleva la operación hasta los 153 millones con el pago fijo y los 184 con el variable. Y de ellos, entre 60 y 100 millones deben ser abonados por Sidenor. El caso es que casi cuatro meses después de lograr un principio de acuerdo, la operación no se ha cerrado. Las últimas declaraciones del Gobierno vasco hablan de que todo estará certificado en junio, pero a mediados del próximo mes expira el plazo para la venta de este 29% de Trilantic. Pasada esta fecha, y si no hay prórroga, el pacto decaerá y Talgo volverá a estar en el mercado.

Este diario ya publicó que las dificultades de Sidenor son financieras y que ahora mismo no tiene los recursos necesarios para financiar la operación. Desde hace semanas se indica que la piedra de toque es la multa de 116 millones de Renfe a Talgo por incumplimiento en la entrega de pedidos, y que si se perdona se desbloquearía el acuerdo. No obstante, la realidad es que ni los vascos tienen la liquidez ni los bancos quieren a día de hoy conceder la financiación necesaria para pagar la operación.

Esto ha obligado a Óscar Puente a pedir al Ministerio de Hacienda que intervenga para que aporte financiación, ya sea mediante la entrada de la SEPI con una participación accionarial de control o con un crédito avalado por el Estado a Sidenor. Pero hasta la fecha la cartera de María Jesús Montero no quiere participar porque -entre otras cosas- considera que ya hay comprometida financiación pública con el Gobierno vasco, lo que ya ha rebajado considerablemente la factura a la acerera.

Escudo antiopas

Esto lleva a Talgo a una encrucijada propicia para la entrada de una empresa extranjera. Si finalmente Sidenor no cierra el acuerdo, el capital político de Puente en la operación se quedará agotado y con pocas opciones de bloquear administrativamente las futuras arremetidas de empresas industriales extranjeras. Las compañías que ya presentaron ofertas, e incluso algunas nuevas, se mantienen vigilantes y a la espera de acontecimientos. Las fuentes consultadas por este diario indican que si se despeja el camino -ya sin la presencia del fabricante vasco- “con toda seguridad habrá más de una propuesta”.

Una oferta que podría concretarse -creen- incluso a un precio menor que hace unos meses, ya que no existiría la presión de una puja con una empresa apadrinada por el Ejecutivo. Eso sí, descartan entrar en algún acuerdo de colaboración con Sidenor. Abren la puerta a los vascos, pero como proveedores o socios minoritarios. Y esto pondría nuevamente al Gobierno en un gran problema. Con una o dos compañías pujando con Talgo, y tras fracasar el candidato oficialista, no tendrán demasiados argumentos para bloquearlas. Ni para utilizar el escudo antiopas.

Opciones de la SEPI

Este diario ha indicado en varias oportunidades que el fabricante de trenes necesita un socio industrial para cumplir con su cartera de pedidos cercana a los 6.000 millones de euros y que ahora mismo no podrá cubrir solo con la entrada de Sidenor. De hecho, en el sector existe el convencimiento de que la entrada de los candidatos del Gobierno solamente sería posible con la SEPI y que si esto se produce solo hay dos opciones: que la sociedad pública aporte gran cantidad de liquidez para cumplir con los proyectos o que haga una inversión acotada y renegocie todos los plazos.

En cualquiera de los casos, la entrada de un socio industrial ferroviario extranjero parece lo más razonable y rentable, aunque implicaría un enorme coste político para Puente. Existe, incluso dentro de los gestores del fabricante, la sensación de que es mucho más favorable para la compañía que fracase la opción del Gobierno y así abrir la puerta a una empresa extranjera en mejores condiciones de futuro.

Publicidad