El nuevo presidente de Renfe engorda la cúpula directiva con un coste extra de 1,5 millones
Los sindicatos critican que los nuevos fichajes no tienen experiencia en el ferrocarril en plena batalla contra Ouigo e Iryo

Tren de Renfe de Alta Velocidad. | Europa Press
El presidente de Renfe, Álvaro Fernández, ha engordado la cúpula directiva de la empresa pública con hasta quince altos cargos, la mayoría puestos de nueva creación y en solo cinco meses de mandato, según ha podido saber THE OBJECTIVE de fuentes sindicales. Una situación que preocupa a la plantilla y a representantes de los trabajadores, que denuncian que la llegada de afines al directivo se produce coincidiendo con los pésimos resultados de comienzos de año, con pérdidas operativas de 100 millones de euros, como ya informó este diario.
El sindicato SFF-CGT calcula que el coste extra que ha comprometido la compañía con estos fichajes es de al menos 1,5 millones de euros, que se incorpora a los gastos de plantilla y que supone que cada uno de estos nuevos directivos tiene una nómina anual de unos 100.000 euros. Estamos hablando de puestos de alta dirección, entre direcciones generales y direcciones. Cargos que además vienen del mundo del autobús, de la EMT de Madrid, de la de Valencia y de Interbus de Andalucía. Todos vinculados a anteriores etapas profesionales de Fernández.
Una de estas últimas incorporaciones ha sido la de la exsecretaria general de Transporte Terrestre, Marta Serrano, que fichó a comienzos de mayo en Renfe Viajeros. Se ha sumado a otros fichajes como Paola Fernández (del grupo Interbus), José Alfonso Gálves en Renfe Operadora (proveniente de Autobuses Urbanos de Valladolid (Auvasa); Josep Enric García Alemany, en Cercanías Cataluña, tras ser general de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Valencia; y Carmen Fernández, que llega a recursos humanos tras una larga trayectoria en Avanza.
Politización de los cargos
Una serie de incorporaciones que -dicen en la plantilla- aumentan la politización y estrechan los vínculos con el Ministerio de Transportes. Consideran que la llegada de Fernández, un personaje muy cercano a Óscar Puente, ha sido el punto de inflexión en el rumbo de la compañía, que cada vez converge más con los intereses del Gobierno. Por otro lado, advierten de que el desembarco de hasta quince directivos con experiencia en el sector del autobús -sustituyendo a los históricos expertos ferroviarios- va en contra de la gestión técnica del operador ferroviario, en plena guerra comercial con Ouigo e Iryo.
SFF-CGT no entiende por qué se están contratando cada vez más directivos que proceden de empresas de transporte urbano por autobús. “Dentro del grupo Renfe hay personas muy capacitadas para gestionar el transporte ferroviario, por lo que no deberían incrementarse los costes en 1,5 millones de euros, máxime cuando los resultados de este año están siendo pésimos a pesar de estos fichajes estrella”.
El sindicato indica además que la llegada de Fernández parecía un cambio en la línea del modelo ferroviario defendido por el personal de Renfe “apostando por lo público y su garantía social”. “Sin embargo, nada de lo que se presuponía ha sucedido y la sensación es que vamos a peor en todos los aspectos, incluso en la imagen que se está dando por la mala gestión como empresa de transporte ferroviario y que va en detrimento del trato que se está dando al colectivo”.
Pérdidas de Renfe
Entre las tareas pendientes que no ha abordado el nuevo presidente, SFF-CGT menciona la privatización del transporte ferroviario de mercancías; el abandono de la Sociedad de Ingeniería y Mantenimiento; las transferencias del servicio público de Cercanías a las autonomías sin garantías de que Renfe las gestione; el maltrato continuo a la empresa pública Logirail; el abandono de los tráficos internacionales; la inacción para garantizar la prórroga del Contrato Programa hasta 2032 con la liberalización del sector en el punto de mira y la paralización de la negociación del próximo convenio colectivo.
Este diario ya publicó que Renfe registró pérdidas operativas históricas de más de 100 millones de euros durante el primer trimestre de este año. Un fuerte desequilibrio que se produjo tras reducir el desequilibrio anual desde los 125 millones a los tres millones en 2024. En los primeros tres meses de 2025 han aumentado también las averías, los retrasos y las cancelaciones en los trenes de alta velocidad, lo que mermado la reputación y la credibilidad un servicio que hasta no mucho era uno de los mejor valorados por los ciudadanos.
Los trabajadores y mandos medios de la propia Renfe advierten de que el nuevo presidente ha alejado el foco de la competitividad, al mismo tiempo que no ha manifestado voluntad por recortar costes ni por mejorar el servicio, más allá de apostar por una filosofía pública que consiste en reforzar las redes de Cercanías (donde no se gana dinero, ya que las tarifas están congeladas y subvencionadas) y dejar de lado la Alta Velocidad, que es donde se pueden sacar los mayores márgenes económicos. Un periodo en el que la compañía ha vuelto a acusar la batalla comercial contra Ouigo e Iryo en una veintena de rutas.