Pardo de Vera, al llegar a la presidencia de ADIF: «El código ético no pretende ser exhaustivo»
Unos meses después de presentar el documento comenzaron los presuntos amaños en adjudicaciones públicas

La presidenta de ADIF, Isabel Pardo de Vera. | Europa Press
Los empleados de la empresa pública de gestión ferroviaria ADIF comparten jocosamente estos días una carta de la expresidenta de la compañía Isabel Pardo de Vera en la que presentó el código ético de la empresa en 2018. Unos meses después de que este documento se presentase comenzaron los presuntos amaños en adjudicaciones públicas, con un papel relevante de la propia presidenta, como asegura el último informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.
Según los agentes de la UCO, Koldo García -el que fuera asesor del exministro de Transportes, José Luis Ábalos- «se valía» de la expresidenta de ADIF Pardo de Vera y del exdirector general de Carreteras Javier Herrero para la «manipulación» de procesos de contratación. Además, los agentes subrayan que la expresidenta del ente público tuvo un «papel determinante» en este presunto caso de corrupción.

En la presentación del nuevo código ético aparece una frase llamativa en la que la presidenta reconoce que el nuevo código «no pretende tener un carácter exhaustivo, sino proporcionar directrices». Una carta que comienza así: «Tengo el placer de presentaros el nuevo código ético y de conducta de ADIF, un fiel reflejo de nuestro compromiso con los principios éticos de integridad y de responsabilidad que asumimos como propios y de nuestra cultura corporativa. El código ético y de conducta es una representación de nuestros valores y de los compromisos que adquirimos tanto con nuestros compañeros, proveedores y clientes, como con la sociedad en su conjunto».
Y concluye: «Pese a que el código no pretende tener un carácter exhaustivo y abarcar la totalidad de situaciones que puedan producirse, nos proporciona directrices que nos servirán para orientar nuestro comportamiento y tomar decisiones lícitas y éticas. Os invito a que lo leáis con detenimiento y paciencia. Cuento con todos vosotros para dar cumplimiento a los preceptos desarrollados en el código. Es responsabilidad de todos respetar y hacer respetar los principios enunciados en este código, actuando conforme a él en el desempeño de nuestras funciones».
El código ético, que se define como «la guía de comportamiento ético y responsable de las personas que trabajan en ADIF», se dividía en una serie de apartados, algunos de ellos vinculados a la corrupción: «Lucha contra el fraude y buen uso de los recursos públicos».
«Nos oponemos a todo tipo de fraude y de corrupción en el ejercicio de nuestras funciones; nos comprometemos a comunicar
cualquier indicio de fraude por las vías habilitadas para ello; promovemos una cultura que ejerza un efecto disuasorio para cualquier tipo de actividad fraudulenta; transmitimos información fiable a la sociedad, lo que permite formarse una imagen fiel de las actividades, estrategia y desempeño económico, social y ambiental de ADIF y, por último, no admitimos conductas engañosas, fraudulentas o maliciosas que lleven a Adif a la obtención de ventajas indebidas o desleales». No obstante, entre 2018 y 2023, según pudo saber este periódico, se llevaron a cabo presuntos amaños por parte de la empresa.
Tres contratos
Los contratos señalados por la UCO que beneficiaban a Acciona por parte de ADIF son las siguientes: unas obras por 62 millones de euros para el proyecto de construcción de la integración del ferrocarril en Sant Feliu de Llobregat (Barcelona), unas obras valoradas en 158,8 millones de euros para el proyecto de construcción del soterramiento de la red arterial ferroviaria de la ciudad de Murcia y el proyecto de construcción de la plataforma del corredor mediterráneo de alta velocidad Murcia-Almería (tramo Pulpí-Vera) por 121,1 millones de euros.
La UCO describe la forma en la que conseguían presuntas mordidas Ábalos, Koldo y Cerdán: «Se observa a través de los diferentes audios cómo Koldo realiza junto a Ábalos una recapitulación de las cantidades económicas que se les debe a ambos, uniendo estas cuantías a adjudicaciones concretas que han podido ser identificadas. Posteriormente, Koldo se dirige a Santos (Cerdán), con quien discute, nuevamente, sobre los adeudos concretos, pareciendo ser el propio Santos la persona encargada de gestionar esos presuntos pagos». Según la UCO, las mordidas ascenderían a 620.000 euros, aunque según el criterio de Koldo aún quedarían 450.000 euros pendientes de abono.