Montero agita el fantasma del sabotaje y culpa a Ouigo del nuevo caos ferroviario
El operador ha respondido indicando que no tiene ninguna responsabilidad y ha recordado que el gestor de la red es ADIF

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero | Europa Press
La vicepresidenta primera de Gobierno, María Jesús Montero, ha vuelto a agitar este miércoles el fantasma del sabotaje para explicar el caos ferroviario que esta semana paralizó durante 14 horas los trayectos de alta velocidad entre Madrid y Andalucía. En conversación con los representantes de Sumar, en su reunión para intentar encarrilar la legislatura, la Ministra de Hacienda ha sido cazada con un micrófono abierto mientras intentaba explicar su particular versión de la caída del servicio y en la que sugirió la teoría del boicot que ya utilizó Óscar Puente en la crisis de mayo.
«Y yo incluso he planteado si hay un cierto sabotaje, yo no lo puedo entender. Yo soy usuaria de ese AVE», dijo a los representantes de Sumar agregando que otro de los responsables pudieron haber sido los propios trenes de Ouigo, competencia de Renfe desde hace un par de años. «Con los ‘Ouigo’, sí, porque dicen que esas máquinas tienen dificultades, entonces es una máquina que está haciendo que se pare y que provoque un retraso en toda la cadena», agregó pocas horas después de que fue restablecido el servicio y de que decenas de viajes se retrasaran o fueran cancelados.
No es primera vez que el Gobierno apunta a un sabotaje como culpable del caos ferroviario. Ya lo hizo en mayo el titular de Transportes, Óscar Puente, indicando que le parecía muy raro que se robara cable en tres puntos diferentes y al mismo tiempo para realizar un fallo controlado. Es más, desde hace semanas que los satélites del Ejecutivo en redes sociales vienen agitando teorías respecto de movimientos coordinados para que falle el servicio y se perjudique el poco capital político que le queda al ministro y al propio Pedro Sánchez.
ADIF responde a Montero
En el caso de la investigación de mayo, tanto técnicos de ADIF como de las propias empresas operadoras; Renfe, Ouigo e Iryo, descartaron el móvil del sabotaje y ninguna investigación judicial logró dar con los supuestos culpables. Este diario publicó además que la teoría del sabotaje encaja perfectamente en las razones de causa mayor que establece la legislación española y que exime en este caso a Renfe de asumir las indemnizaciones que se pudiesen generar por el fallo del servicio.
Al respecto, Ouigo ha contestado rápidamente a Montero indicando que “no ha estado en el origen de ninguna de las incidencias producidas en la línea de Alta Velocidad entre Madrid y Andalucía” y que es perfectamente responsable del mantenimiento de sus trenes, siendo la seguridad “la máxima prioridad de la compañía”. Han advertido además de que según la legislación ferroviaria, es Adif y no Renfe, quien dispone y tiene el deber de ejercer y coordinar los medios de socorro de los trenes en caso de indisponibilidad de la red.
También han indicado que el mantenimiento de la infraestructura ferroviaria y la gestión del tráfico en situación normal y en el caso de avería de la infraestructura “es una competencia exclusiva de ADIF”. “El gestor de la infraestructura repercute íntegramente todo el coste del mismo a las operadoras ferroviarias a través de los cánones ferroviarios. La separación entre gestión de infraestructura y operación de servicios es un mandato legal europeo que garantiza la competencia en igualdad de condiciones”, han concluido.
Problemas de la red
Precisamente, este diario publicó este miércoles que la culpa del caos ferroviario nada tiene que ver con sabotajes. Al contrario, estamos hablando de una infraestructura ferroviaria envejecida que ha multiplicado el uso en los últimos años y que ha colapsado en momentos en los que el ministerio de Óscar Puente ha tomado la decisión de realizar obras sin parar el servicio. De esta manera, si es que se realizan mejoras al mismo tiempo que funcionan todos los trenes, el riesgo de colapso es mucho mayor.
Una situación que se agrava porque también las reparaciones y nuevas obras se han multiplicado en el último año empujadas por la necesidad de ADIF de gastar fondos europeos Next Generation en obras que deben estar acabadas antes de agosto del próximo año. En el operador ferroviario existe el temor de que no se llegue a ejecutar todo el montante por el retraso de algunos trabajos, por lo que han acelerado todo lo posible, con lo que además han tensionado el sistema en momentos en los que además crece la competencia de Ouigo e Iryo en algunas rutas.
Las fuentes consultadas por este diario insisten en que todo este cóctel de malas decisiones políticas, sumado a las prisas en la ejecución de fondos europeos para no perder los recursos, no solamente mantendrán el caos ferroviario, sino que éste irá a peor en los próximos meses. En primer lugar, porque el Ministerio de Transportes de Óscar Puente no está haciendo nada por mejorar la planificación de las obras –al contrario, se dedican a buscar culpables ajenos agitando frecuentemente el fantasma del sabotaje– y en segundo lugar porque tampoco hay voluntad en ADIF de tener un plan coherente para prevenir estos constantes fallos.