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Transporte

El presidente de Renfe coloca a su entorno en puestos directivos con concursos a medida

Álvaro Fernández de Heredia ha enchufado en la empresa pública a varios amigos en puestos directivos

El presidente de Renfe coloca a su entorno en puestos directivos con concursos a medida

El presidente de Renfe, Álvaro Fernández de Heredia. | EP

El presidente de Renfe, Álvaro Fernández de Heredia, tiene a varias personas de su entorno en puestos directivos de la empresa pública que dirige. Además, fuentes internas de la compañía aseguran a este medio que estos nombramientos se han llevado a cabo a través de concursos a medida. Heredia, que llegó a la presidencia en enero de 2025, es uno de los hombres de confianza del ministro Óscar Puente, con el que ha trabajado tanto en el Ministerio de Transportes como durante su etapa en el Ayuntamiento de Valladolid.

A principios de octubre, un amigo suyo, José Alfonso Gálvez, fue elegido director general de Negocios y Operaciones, en la práctica el número dos de la empresa. Ocurrió tras ganar un concurso cuyos requisitos se ajustaban llamativamente a su perfil. Por un lado, se pedía un «máster en materias relacionadas con el transporte y la movilidad sostenible» y, por otro, «estudios de postgrado en planificación territorial y urbana». Precisamente Gálvez cuenta con ambos: un máster en Urbanismo por la Universidad de Granada y un máster en Planificación, Economía y Operación del Transporte Urbano y Metropolitano por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.

Antes de llegar a Renfe, Gálvez fue gerente de la Empresa Municipal de Autobuses Urbanos de Valladolid (Auvasa), sustituyendo a Heredia en 2023. Cuando Puente perdió la alcaldía, fue repescado por este —junto con Heredia— para conformar una nueva área que creó el ministro en Transportes en marzo de 2024: «la pata de la movilidad sostenible». Una posición que les ha servido a ambos de trampolín para hacerse con el poder de Renfe.

El pasado mes de mayo, su amiga Marta Serrano fue nombrada directora de Área Técnica, Seguridad y Experiencia de la compañía. La empresa pública sacó un concurso a principios de ese año, pero no se seleccionó a ninguno de los cinco candidatos y la oferta quedó desierta. Unos meses después, y en medio de la tramitación del despido de Serrano como secretaria general de Transporte del Ministerio, ganó la plaza.

Entre los requisitos valorables que figuraban en la oferta estaba la experiencia en movilidad e infraestructuras y formación de posgrado en Transporte Público. Precisamente Serrano es ingeniera de Caminos, Canales y Puertos por la Universidad de Castilla-La Mancha y cuenta con un diploma de Gestión del Transporte Público en UITP (Unión Internacional de Transporte Público). Además, se tenía en cuenta la experiencia en servicio de transporte público de viajeros, lo que coincidía con los cargos que ocupó vinculados a la política, como directora de comunicación de la empresa municipal de Madrid y directora gerente de su homóloga en Valencia.

Serrano ganó relevancia mediática tras unas declaraciones que hizo como secretaria general de Transporte del Ministerio en las que acusó al programa infantil Peppa Pig de generar sesgo de género en el sector porque «todos los operarios de carreteras» que aparecían en la serie eran «señores gigantes y muy musculosos». Por lo que, según ella, lanzaba un mensaje a las niñas para que no se dedicaran a esa profesión.

Unos meses antes de la llegada de Heredia a la presidencia de Renfe, su amigo Adrián Fernández aterrizó en la empresa con el puesto de director de sostenibilidad y Eficiencia Energética. En ese momento Heredia ya tenía mando en plaza en el Ministerio porque, poco antes, Puente lo había recuperado para que fuera secretario general de Movilidad Sostenible y miembro de su consejo asesor. Fernández logró ese puesto tan solo unos meses después de ser destituido como director gerente de la Fundación Ferrocarriles Españoles, donde apenas estuvo año y medio.

La oferta quería «preferentemente» un ingeniero civil, que era la titulación de Fernández. También buscaba entre los requisitos valorables haber trabajado en organismos relacionados con la sostenibilidad, que coincidía con su paso por Greenpeace. Por último, se exigía experiencia en empresas privadas del sector ferroviario, lo que encajaba con su trayectoria en Alstom. Cabe mencionar el bajo nivel de inglés que se pedía en el concurso (una titulación mínima de B1).

Renfe no es la única empresa bajo el paraguas del Ministerio de Transportes acusada de crear concursos ad hoc para colocar a afines. Tal y como publicó este medio, el gestor de la red ferroviaria exigió en la oferta para ser director de comunicación de la empresa el dominio de lenguas cooficiales, además del castellano, lo que permitió al valenciano Salvador Almenar, ex alto cargo del socialista Ximo Puig, entrar en la cúpula de la empresa. Una situación parecida ocurrió con el hijo de la directora de Recursos Humanos de ADIF, Concepción Casillas, que fue colocado tanto en Renfe como en ADIF.

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