Óscar Puente refuerza su control sobre Renfe con un nuevo dedazo en la filial de Viajeros
La ex directora general de Transporte por carretera es la cuarta persona que procede del ministerio

El ministro de Transportes, Óscar Puente. | EP
El Ministerio de Transportes continúa con su desembarco en la compañía pública ferroviaria Renfe. Después de la llegada de su presidente, Álvaro Fernández de Heredia, y de otros directivos, es el turno de la exdirectora general de Transporte por carretera, Roser Obrer, nombrada nueva gerente del área de Servicio Público en la dirección territorial. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, la decisión se ha tomado tras la reunión del Comité de Dirección del pasado 18 de noviembre con el objetivo de «reforzar» la filial de Renfe Viajeros.
Roser Obrer fue destituida el pasado mes de febrero, cuando cumplía apenas 13 meses en dicho cargo. Un periodo de tiempo parecido al que estuvo en el ministerio su ahora nuevo jefe, Fernández de Heredia, durante diez meses (marzo de 2024 a enero de 2025) secretario general de Movilidad Sostenible. Además de los dos mencionados, hay un tercero que también saltó del ministerio a la empresa pública Renfe, José Alfonso Gálvez. El actual ‘número dos’ de la compañía fue previamente director general de Estrategias de Movilidad del ministerio durante 12 meses (de marzo de 2024 a marzo de 2025), tras llegar al organismo que dirige Puente de la mano de Heredia.
Y hay un cuarto caso. Heredia colocó también en la empresa que preside a otro cargo procedente del ministerio: su amiga Marta Serrano, nombrada el pasado mayo directora del Área Técnica, Seguridad y Experiencia de la compañía tras su cargo de secretaria general de Transporte. La empresa pública sacó un concurso a principios de ese año, pero no se seleccionó a ninguno de los cinco candidatos y la oferta quedó desierta. Unos meses después, y en medio de la tramitación del despido de Serrano en el ministerio, ganó la plaza.
Por último, otro amigo de Heredia, Adrián Fernández, llegó a Renfe en 2024 procedente de un organismo adscrito al Ministerio de Transportes, Fundación Ferrocarriles Españoles, con el puesto de director de Sostenibilidad y Eficiencia Energética. En ese momento, Heredia trabajaba en el Ministerio de Transportes, donde tenía la función de asesor. Estos movimientos no gustan en Europa, donde se recomienda independencia entre el gobierno y las empresas ferroviarias, sobre todo cuando compiten con otras en un mercado liberalizado.
Nuevo concepto de Renfe
Desde enero de 2025, la estrategia de Renfe está centrada en dar un salto cualitativo en la gestión del servicio público y rediseñar el concepto de la empresa pública, algo que ha desembocado en que varias personas del mundo del autobús desembarquen en la compañía pública. El movimiento ha generado una crítica interna en la empresa porque, según fuentes de los empleados, «no es lo mismo la gestión de un autobús que la de un tren». Un ejemplo es el de Rafael Cortés, que llegó en octubre de 2024 como director general de Renfe Viajeros procedente de la empresa de autobuses Avanza y apenas duró nueve meses en el cargo.
Mientras tanto, la empresa estudia los despidos forzosos de 1.300 empleados hasta 2027. Unos 300 trabajadores están recibiendo cartas de extinción de contrato para el próximo 31 de diciembre. Entre estos, hay unos 50 directivos (conocidos como la ‘vieja guardia’ de la empresa) a los que se trata de sustituir por gente próxima a Puente o a su hombre de confianza, Heredia. Una maniobra que diluirá el talento interno de la empresa, porque se irán los más experimentados y que mejor conocen la casa en un momento clave para la compañía.
Hace unos días, el Congreso atestó un golpe dañino, tanto al Ministerio de Transportes como a Renfe, y así lo demostraron en sus apariciones públicas. La compañía aseguró que iba a evaluar la fórmula jurídica necesaria para seguir aplicando las indemnizaciones actualmente vigentes por los retrasos de los trenes a partir de una hora, pese a que PP, Vox, Junts, ERC, Podemos y BNG aprobaron en el Congreso que vuelvan las indemnizaciones desde los 15 minutos de retraso.
El Ministerio de Transportes tildó de «demagógica y populista» esta medida, que creen que solo busca «un titular de prensa», ya que volver a las indemnizaciones de 15 minutos pondría a la empresa pública Renfe en condiciones de inferioridad frente a los operadores extranjeros, Ouigo e Iryo, que solo devuelven dinero desde los 60 minutos.
