El Congreso de Estados Unidos ha aprobado este lunes con los votos favorables de la Cámara Baja y del Senado un paquete de estímulo por valor de 900.000 millones de dólares (unos 736.000 millones de euros) para hacer frente a la devastación económica causada por la pandemia. Para su entrada definitiva en vigor queda el trámite de la ratificación por parte del presidente saliente, Donald Trump.
Lo más importante: el Senado ha dado su visto bueno al rescate con 91 votos a favor y siete en contra después de que la Cámara Baja hiciese lo propio con 359 favorables y 53 contrarios. Los 900.000 millones del paquete de estímulo quedaron incluidos dentro de la ley de gasto para financiar la administración federal hasta septiembre 2021 por un valor total de 2,3 billones de dólares (cerca de 1,9 billones de euros).
Los puntos más llamativos del paquete de estímulo son el del pago de 600 dólares (algo más de 490 euros) a todos los estadounidenses con ingresos menores a 75.000 dólares anuales (algo más de 60.000 euros) y el subsidio al desempleo de 300 dólares semanales. Estos beneficios podrían hacerse efectivos la próxima semana, según ha anunciado el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.
El paquete de estímulo también incluye 325.000 millones de ayuda a las empresas (275.000 de ellos para el pago de nóminas), 45.000 millones de rescate a los sistemas de transporte público, 82.000 millones para escuelas, 20.000 millones para la distribución de vacunas contra la COVID-19[contexto id=»460724″] o 13.000 millones para cupones de comida.
Demócratas y republicanos anunciaron el acuerdo el domingo por la noche tras meses de negociaciones para incluir el rescate dentro de la ley de gasto para 2021. El Congreso aprobó en marzo, al inicio de la pandemia, un rescate de 2,2 billones de dólares, el mayor de la historia del país, pero los beneficios, incluido el subsidio al desempleo, se han ido agotando a medida que pasaban los meses.
Los demócratas intentaron aprobar en verano un nuevo rescate de más de tres billones de dólares, pero los republicanos y la Casa Blanca bloquearon ese gasto y las negociaciones fracasaron en varias ocasiones desde entonces. El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, ha mostrado su apoyo a la aprobación de este rescate de 900.000 millones de dólares, aunque ha avisado que no es suficiente y que se necesitarán más fondos cuando llegue a la Casa Blanca en enero.