El calentamiento y los daños medioambientales están llevando al Amazonas a un punto de no retorno que podría convertir a uno de los mayores ecosistemas del mundo en una árida sabana en medio siglo, así lo asegura un estudio en la revista Nature Communications.
También el ecosistema de los arrecifes coralinos del Caribe podría desaparecer en solo 15 años, según los autores de este estudio liderado por el profesor Simon Willcock, de la Escuela Universitaria de Ciencias Naturales de Bangor, en el Reino Unido.
En ambos casos, las causas de estos cambios irreversibles son el cambio climático y los daños medioambientales, así como la deforestación del bosque amazónico y la contaminación y acidificación en los arrecifes.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), formado por expertos de la ONU sobre cambio climático, estima que un aumento de 1,5 ºC de la temperatura mundial respecto a los niveles preindustriales arrasaría el 90% de los corales de las aguas poco profundas. Una subida de 2 ºC los destruiría casi por completo. Hay que tener en cuenta que la temperatura ya se elevó más de 1 ºC hasta ahora.
El punto de no retorno para la Amazonía en cuanto a la temperatura es menos evidente, pero los científicos estiman que la eliminación del 35% de su superficie podría suponer su declive irreversible.
Alrededor del 20% de la cuenca amazónica que comparten siete países y cubre más de cinco millones de km2 fue arrasada desde 1970, especialmente debido a la producción de madera, soja, aceite de palma, biocombustibles y ganadería.
Los cambios se aceleran, según los expertos
«La humanidad debe prepararse a que los cambios lleguen antes de lo previsto», advierte Willcock. Los recientes incendios descontrolados en el Amazonas y en Australia -en ambos casos más intensos y probables debido al cambio climático- sugieren que muchos ecosistemas se «asoman al precipicio», añade este científico.
«A no ser que se tomen acciones urgentes de inmediato, podemos estar al borde de perder el mayor bosque tropical del mundo y el más biodiverso, que existe desde hace al menos 58 millones de años y del que dependen decenas de millones de personas», reaccionó Alexandre Antonelli, director de Ciencias de la Royal Botanical Gardens de Kew (Reino Unido), a la luz de los resultados de esta investigación.
Otro estudio publicado la semana pasada indicó que los bosques tropicales en el mundo están perdiendo rápidamente su capacidad de absorber el dióxido de carbono procedente de los combustibles fósiles y causantes principales del calentamiento.
Los bosques, especialmente tropicales, absorben entre 25 y 30% de la cantidad de CO2 que la humanidad expulsa a la atmósfera. Los océanos hacen lo propio para un 20-25%.
Los investigadores del estudio publicado el martes analizaron las transformaciones de más de 40 entornos naturales en tierra y mar. Uno de ellos, el Sáhel en África, pasó de albergar un paisaje forestal al desierto, si bien en un periodo más largo. «Los grandes ecosistemas pueden colapsar más rápidamente de lo previsto», dijo el coautor del estudio, John Dearing, profesor de la Universidad de Southampton, en Inglaterra.