El autor del ataque supremacista de Nueva Zelanda confiesa un año después
Tarrant se declaró no culpable en junio del año pasado de los 92 cargos que se le imputan
El australiano Brenton Tarrant se ha declarado este jueves culpable del ataque supremacista de marzo de 2019 contra dos mezquitas en Nueva Zelanda, que se saldó con 51 muertos, y se prevé sea condenado a cadena perpetua una vez que pase la cuarentena impuesta en el país por el COVID-19 [contexto id=»460724″]. Tarrant, que en junio del año pasado se declaró no culpable de los 92 cargos que se le imputan, compareció por videoconferencia en una vista ante el Tribunal Superior neozelandés, que fue convocada anoche por sorpresa sin que se sepa por qué el acusado de 29 años cambió de parecer.
«Culpable», respondió tres veces Tarrant de forma impasible, ante los 51 cargos de asesinato, 40 de tentativa de asesinato y uno por terrorismo. El juez Cameron Mander indicó en un documento judicial publicado después de la vista que la declaración de culpabilidad «representa un paso muy decisivo para finalizar este proceso penal«, especialmente porque la pandemia provocará retrasos masivos en la celebración de los juicios en el país.
El tribunal se ha marcado hasta el próximo 1 de mayo para anunciar qué día hará pública la sentencia, aunque el anuncio puede retrasarse aún más dependiendo de la situación por el nuevo coronavirus. Tarrant es la primera persona acusada por terrorismo desde que Nueva Zelanda implementó la Ley de Supresión de Terrorismo tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
El acusado retransmitió en las redes sociales parte del asalto del 15 de marzo del año pasado en el que disparó a quemarropa contra los musulmanes, incluyendo niños que se encontraban en las mezquitas para la oración de los viernes. En la mezquita de Al Noor mató a 42 personas en menos de seis minutos y en el Centro Islámico de Linwood, donde llegó diez minutos después, acabó con la vida de otras siete disparando desde el exterior.
Tarrant, que también publicó en las redes sociales su ideario supremacista, tomó por sorpresa a las autoridades, dado que no tenía antecedentes y obtuvo la licencia de armas en noviembre de 2017 tras cumplir con los requisitos legales. Tras el ataque en Christchurch, el Gobierno de Nueva Zelanda adoptó varias medidas, como la reforma sobre la posesión de armas semiautomáticas, e impulsó a nivel mundial regulaciones a las redes sociales para evitar la propagación de mensajes de odio. También creó una comisión especial para investigar los hechos.