El calentamiento global acabará con el 33% de los parásitos de la Tierra
Una nueva investigación apunta a que el cambio climático podría acabar con una tercera parte de las especies de parásitos en todo el mundo de aquí a 2070. De hecho, los parásitos son una de las formas de vida más amenazadas y su posible extinción alteraría enormemente el funcionamiento de nuestro ecosistema, de acuerdo con los autores del estudio.
Una nueva investigación apunta que el cambio climático podría acabar con una tercera parte de las especies de parásitos en todo el mundo de aquí a 2070. De hecho, los parásitos son una de las formas de vida más amenazadas y su posible extinción alteraría enormemente el funcionamiento de nuestro ecosistema, de acuerdo con los autores del estudio.
Es cierto que los parásitos tienen mala reputación y están asociados a aspectos negativos. Estos organismos, que abarcan desde garrapatas o piojos hasta lombrices, son responsables de la transmisión de un sinfín de enfermedades. Con todo, desempeñan una labor esencial en la preservación de los ecosistemas. Esto se debe fundamentalmente a que permiten el control de la población animal.
El estudio, financiado por la Universidad de California y el Consejo de Investigación de Ciencias Naturales e Ingeniería de Canadá y publicado en la revista especializada Science Advances, pone de manifiesto que a pesar de que el interés de los biólogos se ha centrado en otras especies, la contribución de los parásitos en la vida silvestre es decisiva. «Tener parásitos es un buen indicador de que el ecosistema ha sido estable”, dice Anna Phillips, zoóloga y experta en la Colección Nacional de Parásitos de los Estados Unidos en el Museo Nacional de Historia Natural de la Smithsonian Institution. “Significa que el sistema tiene una diversidad de animales y que las condiciones se han mantenido el tiempo suficiente como para que estas complejas asociaciones se desarrollen».
Los investigadores decidieron averiguar cómo afectará el cambio climático en la amplísima gama de especies parasitarias recurriendo, en primer lugar, a las colecciones de los museos. De estos centros obtuvieron mucha información sobre gusanos, pulgas y piojos, por ejemplo, así como los lugares donde están distribuidos por el mundo. La Colección Nacional de Parásitos de los Estados Unidos, que cuenta con registros desde 1892, fue una de las principales fuentes. Estos datos los combinaron con bases especializadas y exhaustivas, de acuerdo con Futurity.
Una vez analizaron la información, pudieron desarrollar predicciones sobre posibles propagaciones y su capacidad de adaptación al clima con los aumentos de temperatura esperados. Al final, llegaron a analizar 457 especies de parásitos distintas. Los investigadores dibujaron diferentes escenarios para los próximos 50 años, y el más pesimista aventuró el fin de una tercera parte de los parásitos. El más optimista predijo una pérdida de alrededor del 10 por ciento.