El Congreso de los Diputados ha aprobado este jueves la Ley de Cambio Climático y Transición Energética. El Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos la ha sacado adelante gracias a los partidos que apoyaron a Sánchez en la investidura y a la abstención del PP. Vox es el único partido que ha votado en contra. Tras una ardua tramitación y más de 750 enmiendas presentadas, la ley por fin ha visto la luz.
En contexto: la ley, aprobada 10 años después de su anteproyecto, es la primera norma orientada a luchar contra la crisis climática que se aprueba en España y su objetivo es cumplir con los compromisos globales de cara a 2050.
La ley parte con dos fechas clave para su desarrollo: una, 2030, cuando España deberá reducir un 23% las emisiones de gases de efecto invernadero respecto a 1990 (tres puntos más del texto que el Gobierno envió al Congreso hace ahora casi un año), y otra, 2050, año para alcanzar la neutralidad climática.
Para Equo y Más País, la ley necesita de una mayor ambición climática y han urgido más «valentía» para que no nazca vieja, sino que sea una palanca de cambio en la transición ecológica y que esté a la altura del consenso entre ecologistas y la comunidad científica.
En la misma línea, las organizaciones ecologistas han incidido en la necesidad de incrementar hasta un 55 por ciento la reducción de emisiones para 2030 y, garantizar así, que España contribuya, de acuerdo con su capacidad y responsabilidad, a limitar el calentamiento global a 1,5 grados, tal como persigue el Acuerdo de París.