La eutanasia se abre camino en España tras la aprobación este jueves en el pleno del Congreso, con una amplia mayoría y el voto en contra del PP, Vox y UPN, de la proposición de ley que regulará la ayuda médica para morir.
Los datos: tras un duro debate sobre la vida, la muerte y el derecho de cada persona a poner fin a sufrimientos intolerables sin perspectiva de curación o mejoría, 198 diputados han votado a favor de la ley, 138 en contra y 2 se han abstenido, con lo que la norma pasará ahora al Senado y será aprobada definitivamente en 2021.
PP y Vox han reivindicado los cuidados paliativos como alternativa a la eutanasia, pero el resto del hemiciclo ha subrayado que no bastan y ha apostado por una ley que consideran garantista y que amplía derechos despenalizando la ayuda médica a morir en un centro sanitario o en el domicilio, tras un proceso deliberativo y con el control de una comisión especifica.
Según el proyecto, podrán solicitar la eutanasia, que se prestará tanto en centros sanitarios como en el domicilio, las personas que sufran una enfermedad grave e incurable o un padecimiento grave, crónico e imposibilitante.
La decisión de pedir la ayuda para morir debe ser autónoma, informada y sin presiones externas. Como regla general se tendrán que formular dos solicitudes con al menos quince días de separación entre ellas, pero si el paciente no se encuentra en el pleno uso de sus facultades y ha pedido la eutanasia en un testamento vital o de voluntades anticipadas también se podrá facilitar la prestación.
Una comisión de garantías y evaluación, formada por médicos y juristas, se encargará en cada comunidad autónoma de vigilar de forma previa que se cumplen todos los requisitos y recibirá toda la información tras realizarse la eutanasia.
Será una prestación incluida en la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud, financiada públicamente, y los profesionales sanitarios tendrán derecho a la objeción de conciencia.