El Monte Everest sufre atascos en su cima por la saturación de turistas
Comienza la temporada más concurrida y peligrosa en el Monte Everest, Nepal, tras la distribución del gobierno nepalí de un número récord de permisos de escalada para visitantes extranjeros este año. Eso sumado a la cantidad de sherpas nepalíes que se usan como guías incrementa el número a unas 800 personas dentro de la superficie de la montaña.
Comienza la temporada más concurrida y peligrosa en el Monte Everest, Nepal, tras la distribución del gobierno nepalí de un número récord de permisos de escalada para visitantes extranjeros este año. Eso, sumado a la cantidad de sherpas nepalíes que se usan como guías, incrementa el número a unas 800 personas dentro de la superficie de la montaña.
En este sentido, y según recoge el Washington Post, el alpinista británico Tim Mosedale comentó en Facebook que cuando se disponía a descender el Monte Everest por quinta vez consecutiva a través de la cascada helada de Khumbu se cruzó con un gran grupo de escaladores inexpertos luchando con todo el equipo de montaña que llevaban a la espalda. Incluso uno de ellos llevaba crampones, dispositivos metálicos de tracción, en el pie equivocado.
Este año, los grupos grandes sumados a los escaladores que intentan llegar hasta la cima sin la ayuda de un tanque de oxígeno han dado lugar a una “combinación tóxica” en la cumbre más alta de la tierra, ha comentado Mosedale en su perfil. Los expertos esperan “atascos” en las laderas heladas a partir de mayo cuando el viento en la montaña no es tan fuerte y proporciona una mayor probabilidad de llegar a la cima. “De media, cada temporada alta hay tres o cuatro días con las condiciones apropiadas para escalar de forma segura hasta la cumbre”, ha revelado Ang Tshering Sherpa, el presidente de la Asociación de Alpinismo de Nepal. “Sin embargo, tener 800 escaladores intentando alcanzar la cima al mismo tiempo puede ser muy problemático”.
El campamento base del Everest, en donde los alpinistas se aclimatan a la altitud durante semanas, no ha parado de crecer. Son cada vez más los turistas y excursionistas que alquilan helicópteros para sobrevolar la zona y pasar el día, e incluso, en algunos casos, traen consigo champán para desayunar mientras disfrutan de las vistas.
La seguridad es un tema constante en el campamento, que alberga unos 1.500 voluntarios entre médicos, miembros del equipo y alpinistas. “Estamos preocupados por los números”, ha puntualizado Mingma Tenzi Sherpa en el Washington Post, un guía que ya ha alcanzado la cima seis veces y que ahora lidera su equipo. “Nuestros debates en el campamento base siempre se centran en los mismo: qué hacer si los problemas por el “tráfico” llegan a ocurrir de verdad”.
El año pasado, Mingma y sus clientes se demoraron cuatro horas en la subida, más una hora de espera en el famoso ‘Hillary Step’, una pared vertical de piedra y hielo en donde los escaladores pueden ascender por cuerdas fijadas. Al final dos de sus clientes perdieron varios dedos de los pies debido a la congelación.
Por ahora, ya ha muerto una persona, el suizo Ueli Steck, quien sufrió un accidente en su ascenso por una pendiente helada del Nuptse. Steck era uno de los alpinistas más afamados y uno de los más ágiles. Además, sus compañeros de profesión le conocían por su destreza en el alpinismo de velocidad en el que ostentaba varios récords. El alpinista suizo se especializaba en escarpar montañas en solitario, hazaña que logró en algunos de los picos más peligrosos del planeta. Ganó el prestigioso premio Piolet de oro de montañismo en 2009 y 2014 y ahora se disponía a realizar la travesía Everest Lhotse sin oxígeno. Su cuerpo será incinerado este jueves en un monasterio budista a la sombra de la más alta cumbre de la Tierra, según cuenta AFP. Además, se prevé que varios alpinistas bajen de las laderas del Everest para asistir a la ceremonia, según Nimesh Karki, de la empresa Seven Summits, que ayudó a Steck en su expedición.
A altitudes altas, el cuerpo recibe mucho menos oxígeno en cada inhalación, así que las tareas físicas se vuelven mucho más duras. Los síntomas incluyen confusión, pérdida del conocimiento, dolores de cabeza agudos, náuseas y falta de equilibrio. La cantidad de tráfico es más que una molestia; la espera puede ser muy peligrosa. “Como te mueves muy despacio y pierdes el tiempo esperando, de pie, sin moverte, tienes muchas posibilidades de que las extremidades de tu cuerpo acaben por congelarse”, ha confirmado Kuntal Joisher, un alpinista indio que alcanzó la cima en 2016. “Además, si esperas, el oxígeno se agota”.
El Everest trae consigo unos beneficios de 4.5 millones de dólares cada año, más los gastos en hoteles, guías y compañías de transporte. En 2015, el gobierno propuso medidas para hacer la escalada más segura, incluyendo una obligatoria prueba de aptitud en una montaña más baja para alpinistas no experimentados y la prohibición de alpinistas menores de 18 años y mayores de 75. Sin embargo, las medidas deben aprobarse y es difícil que eso ocurra. “Hoy, todo el mundo piensa que no se necesitan habilidades ni experiencia para escalar el Everest, que es como pasear por el parque”, ha concluido Joisher.