El presidente de Birmania Htin Kyaw, cercano a Suu Kyi, renuncia al cargo
El presidente de Birmania, U Htin Kyaw, ha anunciado este miércoles su dimisión, tras dos años en el cargo, según anuncia un mensaje publicado en la cuenta de facebook de la oficina de la presidencia del país.
El presidente de Birmania, U Htin Kyaw, ha anunciado este miércoles su dimisión, tras dos años en el cargo, según ha anunciado la oficina de la presidencia del país en su cuenta de Facebook.
Esta renuncia se produce después de que el gobierno de la Liga Nacional para la Democracia (NLD), de la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, admitiera que U Htin Kyaw había viajado varias veces al extranjero para someterse a varios tratamientos médicos.
El vicepresidente primero del país, Myint Swe, será quien ejerza de jefe de Estado interino durante los próximos siete días, el plazo establecido por la Constitución para que el Parlamento nombre a un sustituto.
La portavoz de la NLD, Monywa Aung Shin, ha adelantado que una comisión presidida por Suu Kyi, la jefa de facto del Gobierno, se encargará de seleccionar al próximo presidente, un cargo de representación, pero que no tiene carácter ejecutivo.
El de U Htin Kyaw, junto con la líder Suu Kyi, es el primer gobierno democrático en este país del sudeste asiático tras casi medio siglo de dictadura militar.
No obstante, las Fuerzas Militares se reservaron en esta nueva etapa varios privilegios en la Constitución, promulgada en 2008, como las carteras de Defensa, Interior y Asuntos Exteriores, y un cuarto de los escaños en los parlamentos nacional y regionales.
Poco después de que se anunciase la dimisión de Htin Kyaw, el presidente de la Cámara Baja del Parlamento, Win Myint, decidió presentar su renuncia. La renuncia ha provocado que muchos analistas empiecen a especular si Win será el décimo presidente birmano desde la independencia, proclamada en 1948.
El Gobierno de Htin Kyaw se ha visto ensombrecido por la crisis de los rohingya, minoría étnica musulmana que no tiene el reconocimiento de ciudadanía en Birmania. Ante la falta de sus derechos, cerca de 688.000 rohingyas han tenido que exiliarse al país vecino, Bangladesh, y muchos de sus poblados fueron quemados por el Ejército nacional.
Esta represión militar ha llevado a la ONU a denunciar que había indicios de «genocidio» y «limpieza étnica», y a acusar al Gobierno de Suu Kyi de no hacer suficiente para impedirlo, informa Efe.