Como una patada en la entrepierna
Rompedores, histriónicos y demoledores… Friends marcó una época y la NBC amenaza con resucitarla. Una serie que fue capaz de plantear temas realmente espinosos para la sociedad de los 90 como la homosexualidad, el racismo o los conflictos de pareja. Vamos, de plena actualidad.
Rompedores, histriónicos y demoledores… Friends marcó una época y la NBC amenaza con resucitarla. Una serie que fue capaz de plantear temas realmente espinosos para la sociedad de los 90 como la homosexualidad, el racismo o los conflictos de pareja. Vamos, de plena actualidad.
Los guionistas hicieron ese cóctel perfecto. Cogieron todos esos conflictos, los moldearon y plantearon en la pequeña pantalla de una forma dicen que conciliadora. De las series siempre se sacan moralejas y moralinas. De hecho no dejan de ser un reflejo de nuestros patrones de comportamiento. Patrones que son parodiados hasta la extenuación porque, reconozcámoslo, en muchas ocasiones de nuestras vidas y en nuestras sociedades somos ridículos, incongruentes, y quizá hasta un poco mezquinos.
Aplicar a todas esas cualidades (¿?) un cierto sentido del humor, como hacía Friends, no sé si nos hace mejores personas pero quizá nos hace replantearnos muchas cosas a diario. Incluso ese alto grado de crítica, algo que echo en falta en la televisión de hoy, en los medios en general y en la sociedad en particular.
No sé si se si recomendaros desde esta columna que copiéis los patrones de comportamiento de Rachel, Monica, Phoebe, Joey, Chander o Ross pero viendo cómo está el percal societario y el estado de nuestro Estado abogaba por darles grupo parlamentario propio. Planteádselo a Patxi López. Nos íbamos a reír.
Ahora es cuando Rachel lee mi columna y dice: “Es casi tan genial como una patada en la entrepierna o un escupitajo en el cuello ”.