El Jefe
Iván Redondo es el Jefe de Gabinete del Presidente, pero para desgracia de Pedro Sánchez la mayoría de la gente de su entorno, incluidos sus ministros
Iván Redondo es el Jefe de Gabinete del Presidente, pero para desgracia de Pedro Sánchez la mayoría de la gente de su entorno, incluidos sus ministros, dan más importancia a las decisiones de Redondo que a las del propio presidente, porque saben que a Redondo corresponde la última palabra. Es decir, que en el título de su cargo sobran las palabras “de Gabinete”. Es el auténtico Jefe.
En el pasado tuvieron mucho peso político Carmen Díez de Rivera, Alberto Aza, Roberto Dorado, José Enrique Serrano, Javier Zarzalejos, Moragas, secretario general de la Presidencia unos, Jefes de Gabinete otros. Moragas incluso nombró a Andrea Levy Vicesecretaria de Estudios y Programas del PP –o indujo a Rajoy a nombrarla–, pero ninguno de ellos tomó una decisión tan relevante como fijar la fecha de unas elecciones generales porque considera que es la más adecuada para conseguir el mejor resultado.
Fecha que Sánchez “le compró” a Iván Redondo sin dudarlo, le considera el mejor oráculo que nunca ha habido. Y lo cierto es que Iván Redondo acumula varios éxitos en su haber, no solo con Pedro Sánchez; también ha trabajado para dirigentes del PP, que hablaban maravillas de él aunque ahora ya no lo hacen tanto porque se pasó al enemigo. A Redondo se le adjudica incluso que fue quien empujó a Pedro Sánchez a que presentara la moción de censura a Rajoy, y se le adjudica que le “sopló” varios nombres para ministros.
Sea verdad o medio verdad, lo cierto es que en Moncloa hay un hombre muy poderoso, con una cabeza políticamente muy lúcida, y con la osadía necesaria para promover iniciativas arriesgadas. Y ese hombre no es Pedro Sánchez.
Que tomen nota sus adversarios, porque de las decisiones osadas casi siempre surgen los mejores resultados.
No es Sánchez la persona a la que el PP debe lanzar sus dardos más envenenados: mientras Redondo esté junto al presidente, Sánchez cuenta con una fortaleza difícil de derribar.