El liceo y los indultos
«Una de las razones para estar en contra de los indultos es la nula confianza en que sirvan para que los independentistas renuncien a lo que para ellos es su razón de ser»
Vaya por delante que esta periodista está en contra de los indultos a los independentistas condenados por sedición y malversación. Y vaya por delante también que a esta periodista le encantaría que los indultos sirvieran efectivamente para poner punto final a una situación que se envenena más cada día que pasa y dejáramos atrás la pesadilla que ha roto la sociedad catalana y perturba e indigna a gran parte de la sociedad no catalana. El problema es que no se acaba de visualizar que efectivamente los indultos vayan a cumplir ese objetivo. Todo lo contrario, darán aún más alas a los dirigentes secesionistas que además de promover la ruptura de España abominan de su Constitución, quieren una república catalana y no reconocen al Rey como su Jefe de Estado.
Es sintomático que cuanto más insiste Pedro Sánchez en que trabaja por la convivencia y el «reencuentro», más se crecen los secesionistas. Cuantos más banqueros y empresarios se pronuncien a favor de los indultos, más se crecen los sanchistas … y es seguro que este lunes de apoteosis Sánchez en el Liceo, donde se espera la asistencia de 300 notables de diferentes sectores sociales, los secesionistas lo vivirán con un subidón, con el ánimo desatado.
Puigdemont y Junqueras no dejan de insistir una vez y otra en que jamás renunciarán a la independencia, que nunca se apartarán del camino marcado, que lucharán con uñas y dientes para conseguir lo que llevan reivindicando desde hace años, sobre todo los seis últimos. Llegaron a declarar la república catalana en el Parlament, aunque les entró el miedo en el cuerpo y a los 57 segundos anunciaron que no la pondrían en práctica. De momento. Porque eso es lo más preocupante de esta historia: Sánchez repite que trabaja para abortar los avances independentistas[contexto id=»381726″] a través del diálogo diálogo diálogo, y los secesionistas responden que no renuncian a la independencia y harán lo que sea necesario para conseguirla. Y, desgraciadamente, se ha demostrado a lo largo de todo este tiempo que Puigdemont, Junqueras y compañía, lo que dicen, lo hacen.
Los presos serán indultados. Y una vez en la calle, que les echen un galgo. Una de las razones para estar en contra de los indultos es la nula confianza en que sirvan para que los independentistas renuncien a lo que para ellos es su razón de ser.
Ojalá nos equivoquemos, pero esa medida de gracia gubernamental solo llevará a seguir llorando. De tristeza y de rabia.